Debate de la muerte

Después de estar en el altar político, la candidata a la vicepresidencia por el Partido Republicano, Sarah Palin, descendió al fondo del abismo en sólo tres semanas. Hoy, las esperanzas de su jefe, John McCain, partido están enfocadas en un debate que será de vida o muerte.

Si Palin se presenta como lo hizo recientemente con Katie Couric, conductora del programa de noticias de la cadena CBS, su muerte en la tarima política es inminente. Los mismos seguidores de su partido la criticaron por su falta de conocimiento en cuestiones pertinentes a las relaciones internacionales y asuntos de la economía.

“Qué revistas o periódicos lees para enterarte de los problemas del mundo”, le preguntó Couric.

Si Palin hubiese querido presentarse como una persona inteligente, su respuesta podía haber sido: “Foreign Relations” o “Foreign Affairs” o alguna revista académica de cualquier centro universitario de prestigio.

Las revistas investigativas y de opinión de Newsweek, Time Magazine o la revista británica Economist, le hubieran dado algunos puntos a favor. Incluso, si es que nombraba al periódico de New York Times o el Washington Post o nuestro mejor periódico en español, La Opinión, le hubieran sacado del aprieto.
Palin buscó la respuesta más fácil y al mismo tiempo la menos convincente. “Leo todo lo que me encuentro en la mano”, subrayó. No especificó el nombre de la revista, a pesar de la solicitud de Couric.

Algunos comentarios con relación a la guerra en Irak, el terrorismo en Afganistán y Pakistán y el conflicto nuclear con Irán fueron también incoherentes.

En consecuencia, en las entrevistas de Charlie Gibson y especialmente de Katie Couric, Palin demostró que no está preparada para suplantar a McCain, en caso de que éste ganara las elecciones y tuviera que alejarse de la Casa Blanca por problemas de salud.

Así, el debate de hoy es crucial para la gobernadora Palin. Existen muchos caminos que ella puede adoptar para salir a flote.

Primero, puede utilizar el mismo formato de la Convención Republicana, en donde usó sus atributos físicos al pie de la letra, se presentó como una mujer conservadora y luego su discurso se precipitó contra la figura del candidato demócrata Barack Obama. Los resultados fueron óptimos, pero temporales. Los medios de comunicación se encargaron en desenmarañar a la persona indotada de conocimientos oculta detrás de su belleza.

La otra estrategia sería presentarse como una mujer conservadora, inteligente, conocedora de los temas más importantes del país. Así lo hizo en las entrevistas con Gibson y Couric, pero en las dos se desplomó.

La última opción sería que los asesores de McCain la dejen actuar de acuerdo a su juicio político. Es decir, que participe según lo que ella es y lo que ella siente, sin exigirle un formato de respuestas preparadas. Este camino la llevaría directamente al infierno.

De manera que el camino de Palin, previo al debate de esta noche, esta obstruida por barreras y chubascos de todo tipo. En frente tendrá a un Joe Biden listo para torturarla con su mirada, a unas cámaras de televisión que la exaltarán los nervios y a una población que la mira con un mofo en la boca.
Todo indica que el espíritu de la muerte estará presente en el debate. ¿Será que se lleve a Palin?

Humberto Caspa es profesor universitario y autor del libro: “Terror en el barrio latino: La llegada de la nueva derecha al gobierno municipal.”