La ola populista en Estados Unidos
Por Andrés Oppenheimer
El Nuevo Herald
¡Qué tragedia! Justo cuando Estados Unidos necesita desesperadamente abrir nuevos mercados de exportación para enfrentar lo que puede convertirse en su peor crisis económica desde la depresión de 1929, una nueva encuesta que se hará pública en la Conferencia de las Américas de Miami revela que los
estadounidenses se están volviendo cada vez más aislacionistas.
Ante la pregunta de qué habría que hacer con el acuerdo de libre comercio de Estados Unidos con México y Canadá, el 42 por ciento de los estadounidenses dijeron que debería ser revisado, el 17 por
ciento dijo que Washington debería retirarse, y el 21 por ciento dijo que habría que dejarlo como está, según la encuesta realizada por Zogby International.
Ante la pregunta de si el Congreso debería ratificar el acuerdo de libre comercio con Colombia, el 18 por ciento de los estadounidenses dijeron que debería ser ratificado, el 14 por ciento dijo que debía ser rechazado y el 30 por ciento que debería ser ratificado con condiciones adicionales referidas a derechos humanos, algo que de hecho forzaría una nueva negociación del acuerdo.
Preguntados sobre el muro construido por Estados Unidos en la frontera con México, el 58 por ciento dijo que apoya una expansión del muro, y el 34 por ciento que se opone a extenderlo, según la encuesta. (Los resultados completos de la encuesta, que incluye temas sobre inmigración, Cuba y Venezuela, se pueden encontrar en www.miamiherald.com)
»En Estados Unidos, cada vez que se vive un momento de tensión económica como la de ahora, se produce este tipo de reacción colectiva: una reacción contra los de afuera, contra las economías de afuera, contra la gente de afuera», dijo John Zogby, el autor de la encuesta copatrocinada por el grupo Diálogo Interamericano de Washington D.C.
»Pero también puede ser un reflejo del rechazo de la gente a las políticas de Washington. Hay una grave crisis de confianza en nuestras instituciones gubernamentales», agregó Zogby. Señaló que esta y otras encuestas demuestran que, en general, los estadounidenses aún apoyan el libre comercio y un trato humano de los inmigrantes indocumentados, especialmente de los niños traídos por sus padres a Estados Unidos.
Cuando le leí los resultados de esta encuesta a Marcelo Giugale, director de las políticas económicas para Latinoamérica del Banco Mundial, su reacción fue: «Estas cifras
me asustan».
»La encuesta dice que Estados Unidos está dejando de confiar en el resto del mundo», dijo Giugale. «Ahí hay un problema de comunicación enorme. Los beneficios para el país, especialmente en un momento como éste, de integrarse comercialmente con el mundo no se le han explicado suficientemente bien a la gente».
Mi opinión: Estoy de acuerdo. Hay varias razones por las cuales los estadounidenses deberían buscar una mayor integración con Latinoamérica y el resto del mundo, ahora más que nunca.
Económicamente, aún si se logra la aprobación de un nuevo acuerdo de rescate financiero en el Congreso próximamente, la actual parálisis crediticia paralizará la economía, y disminuirá el crecimiento económico estadounidense y del mundo. Agradezcan a los 133 congresistas Republicanos conservadores y los 95 demócratas liberales que votaron en contra del paquete de rescate por las inmensas pérdidas económicas que agravaron con su irresponsabilidad.
En los últimos meses, las exportaciones han sido una de las pocas cosas –si no la única– que han andado bien en la economía estadounidense y que han ayudado al país a compensar su cada vez mayor endeudamiento. Estados Unidos necesita más acuerdos de libre comercio y debería profundizar los que tiene, para poder exportar más y crear nuevos empleos.
En el plano financiero, Estados Unidos depende en gran medida de otros países que compran sus bonos del Tesoro y otros instrumentos de deuda, algo que ha permitido que el gobierno de George W. Bush siguiera gastando alegremente mucho más de lo que entra en las arcas del país. Si la irresponsabilidad de los congresistas republicanos lleva a una recesión profunda y los países dejan de confiar en Estados Unidos y comienzan a invertir en otra parte, los estadounidenses dispondrán de menos dinero para mantener su estándar de vida.
En lo político, si el Congreso no aprueba un paquete de rescate financiero, el caos financiero de Wall Street tendrá un efecto inevitable sobre la imagen de Estados Unidos como un país que funciona. Al próximo presidente le costará predicar la democracia y la libertad económica. El mundo será aún menos civilizado que hoy.
Es fácil ser populista y culpar a otros en momentos como este. Sin embargo, es irresponsable y –como lo demostró la vertiginosa caída de la bolsa el lunes– nos hará a todos más pobres. Lo que se necesita ahora son líderes que arremetan contra el populismo, y expliquen a los norteamericanos que sólo una mayor integración económica les permitirá vender más al resto del mundo, y evitar la pérdida de millones de empleos amenazados por el clima aislacionista reinante en el país.
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