¡Que vaina más graciosa!: Ley de soberanía alimentaria “marxista”
Me cuentan que el artículo 11 de la recién aprobada habilitante 2008 “Ley de Seguridad y Soberanía Alimentaria” acepta como estamento nada menos que el concepto del valor-trabajo del marxismo del siglo XIX, cuando reza:
“El tiempo socialmente invertido para la producción eficiente de los bienes provenientes de la labor agrícola es el elemento fundamental para la determinación del trabajo de las productoras y productores agrícolas…”
Como se sabe, por allá cuando Bolívar estaba en plenas batallas independentistas y Marx tenía 1 añito de edad, la teoría del valor-trabajo fue planteada por Ricardo en 1817, y en 1825 un tal Hodgskin, primer socialista, la respaldó (1).
Justamente ahora cae la nueva ley de seguridad alimentaria, como aplicada por “empresas socialistas”, y decide eliminar de un solo trazo la existencia del capital y su valor — lo que resulta incoherente, entre otras cosas porque se sigue aplicando (que sepamos), la contabilidad capitalista. A menos que se cambie.
De modo que el nuevo valor del producto, o sea su costo, e indirectamente su precio, dependerá de las horas aplicadas por los trabajadores, presumiblemente todos al mismo salario por hora, sin mayor respeto por diferencias de educación ni por las cargas de capital, que tendrían que ser despojadas de las ganancias implícitas, para ser utilizadas.
Solamente posible aplicando nuevos códigos de contabilidad que registren y apliquen los nuevos conceptos. Por ejemplo un tractor, que estaría integrado, digamos, por unas cinco mil pequeñas piezas, tendría que cuantificarse no a su valor de mercado, sino a la integración de todas las horas de trabajo requeridas para su fabricación y ensamblaje, a un cierto precio, incluyendo la miríada de subcontratistas hasta las materias primas iniciales. Todo logrado por la “Estrella de Peters”. “Simple tarea en tiempos de veloces computadores” Sin meternos por ahora en la discusión de la plusvalía (2).
¿Cabe esta concepción en alguna cabeza medianamente lúcida?
¡Qué atajo de orates!! – ¡Sálvese quien pueda! – ¡Dios, ten misericordia de nosotros!!
Notas
(1). “Ricardo, que estaba asociado íntimamente con Bentham, Malthus y James Mill, enseñaba que el valor en cambio de un producto se debe enteramente al trabajo empleado en realizarlo. Publicó su teoría en 1817, y ocho años más tarde, Thomas Hodgskin, un ex funcionario de la marina, publicó la primera réplica socialista, El trabajo defendido contra las pretensiones del capital, Argüía…que si todo el valor es conferido por el trabajo… la parte obtenida por el terrateniente y el capitalista tenían que ser una mera explotación” (Russell, Historia de la Filosofía Occidental, tomo II, 1947, p. 398). La idea venía desde Santo Tomás, total, la agricultura tenía poco capital y mucho sudor humano y bestial.
(2). Ver “Socialismo del siglo XXI” (Soberanía.org, 2005) y “Desleyendo a Dieterich (NoticieroDigital, 2005).
Esto de la plusvalía lo hemos tratado en diversas ocasiones. V. p. ej. “Nota al Mecanismo Principal de Estímulo a la Producción Socialista” (Analitica.com, El Independent.org, junio 2008). La existencia de una explotación (“plusvalía”) de los trabajadores por parte del capital del Estado – la exacción del sueldo de los asesores cubanos (e.g.medicina y deportes) en Venezuela es muy destacada. Mientras que la “explotación al revés” en muchas empresas e instituciones del Estado por parte de los trabajadores, ejemplarizado por los contratos colectivos abusivos, es frecuente en Venezuela y otras regiones hispanoamericanas, cuando la renta de exportación lo permite.
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