El presidente electo y sus amigos
Me equivoque, y lo lamento, pero ahora querría estar equivocado. Mi error fue creer que la raza sería factor en contra de Obama, la realidad fue que aparentemente le jugó a favor. Por supuesto los afroamericanos lo votaron mayoritariamente, pero desde luego eso no es racismo. Pero también lo votaron a favor muchos euro americanos. He adoptado esta denominación pues como se sabe o debería saberse en América no había blancos, sino que llegaron en La Santa Maria, La Niña y La Pinta, buscando la India, y algo mas tarde en el Mayflower, buscando libertad. Y debo aclarar que no es que considerara al factor racial una causa debida, sino fáctica.
La realidad es que el racismo ha imperado a través de la historia, y con este aserto no pretendo justificarlo sino explicarlo. Los países europeos se constituyeron a partir de las diferentes razas blancas o indoeuropeas que los componían. Tanto que cuando en 1939 Deladier y Chamberlain cobardemente entregaron a Checoslovaquia a Hitler en Munich, la pretendida justificación fue el gran componente racial germánico de esa república. Vale recordar las palabras de Churchill en aquella ocasión cuando Chamberlain regresara a Inglaterra: “Han perdido el honor para evitar la guerra y ahora tendrán la guerra sin el honor”.
Me he perdido en la historia, pero hoy el triunfo de Obama se celebra en Europa como una acusación histórica de racismo en Estados Unidos. Seguramente que en cualquier momento podríamos esperar que un argelino musulmán ocupe el palacio de Orleans en Francia, o que un turco, nacido en Alemania, pero por supuesto no alemán llegue a primer ministro en Alemania. A mi juicio toda esta fanfarria europea esta impregnada de ideología y por supuesto de antiamericanismo. Una encuesta reciente mostró que los franceses eran los que más despreciaban a los americanos en el mundo.
El error de desconocer esta realidad europea parte del error histórico y filosófico, de considerar la existencia de una civilización Occidental univoca y representante como tal de la libertad y la democracia como expresión de la virtud política. Pero al respecto permítanme recordar las recientes palabras de Francois Revel en su ultima obra “La Obsesión Antiamericana” refiriéndose a los europeos: “Ellos fueron los que provocaron los dos cataclismos de una magnitud sin precedentes que fueron las dos guerras mundiales. Ellos fueron los que inventaron y realizaron los dos regímenes más criminales jamás infligidos a la especie humana”. Y en sus Memorias Peter Drucker insiste: “Desde Rousseau hasta Hitler hay una línea que incluye a Robespierre, a Marx y a Stalin”. Y yo añadiría a Hobbes, Kant, Hegel y Fichte a esa lista de creadores del totalitarismo, que fuera la nacionalización del despotismo.
La satisfacción europea refleja asimismo la ideología política que allí impera que es la social democracia, que fuera la versión marxista prevista por Bernstain como resultado de la democracia y no de la revolución.. Los actuales problemas de las economías europeas, fundamentalmente de Francia y Alemania preceden a la crisis financiera americana y son el producto de su propio sistema político. Así lo reconocieron la Sra. Merkel y Sarkozy. No obstante no fueron capaces de cambiar un sistema en el que el gasto público supera el 50% del PBI y las regulaciones sociales ahogan el comportamiento de las empresas. Por supuesto ante la crisis americana, la culpa es del capitalismo salvaje de Estados Unidos.
Obama pues para Europa representa el fracaso del capitalismo y por supuesto la esperanza recóndita del fin de la hegemonía americana, que es la nueva denominación del imperialismo tal como lo describiera Lenin en su “Imperialismo Etapa Superior del Capitalismo”. Se pretende ignorar así que la importancia de Estados Unidos en el mundo no fue el resultado del imperialismo de su política exterior, sino de su sistema político interno que Marx denominara capitalismo para descalificarlo éticamente como el resultado de la explotación.
Por esas razones, Daniel Henninger en un articulo reciente publicado por el Wall Street Journal, escribió: En esta elección Estados Unidos se encuentra ante una encrucijada filosófica… El objetivo del Senador Obama y el moderno progresista Partido Demócrata es llevar a Estados Unidos en la dirección de Europa Occidental, el llamado modelo y su economía social de mercado. La idea es que la actividad económica se debe dirigir a apoyar al sistema de bienestar” Por supuesto se ignora que las economías europeas dejaron de crecer y la alemana cayó un 2% antes de que se produjera la crisis americana.
Y viniendo a esta parte del continente llamada América Latina: ¿qué podíamos esperar, sino el regocijo por el triunfo de Obama, pues como he repetido hasta el cansancio, nosotros representamos la farsa ideológica de la tragedia europea, como la describió Revel? El antiimperialismo o sea el antiyanquismo es el sentimiento profundo que impera y que así constituye el elemento demagógico para alcanzar el poder democrática o antidemocráticamente en nuestro continente. (Braden o Perón) (Cuba sí yankees no) Por supuesto ya Chávez, Correa, Evo Morales Castro y Cristina Kirshner han mostrado su satisfacción por el triunfo de Obama. Y ¿cuál es el hilo conductor del pensamiento de esta pléyade latinoamericana. Es el socialismo como expresión del antiimperialismo y consecuentemente la justificación del poder absoluto.
Por supuesto y como era de esperarse, Castro se manifestó contra la posibilidad de que la política del capitalismo salvaje pueda ser modificada en el imperio por Obama. Una vez más Castro necesita el enfrentamiento con Estados Unidos para justificar su poder totalitario, en lo que yo he denominado la guerra sin batallas. En la permanencia de Castro en el poder muestra ante el mundo su triunfo frente al imperialismo. Es por esa razón que me opuse siempre al embargo, pues como bien dijera Maquiavello: “El que no va a usar la daga no debe mostrar la empuñadura” Lamentablemente la empuñadura se ha visto en el mundo como un bloqueo que ha venido a justificar el empobrecimiento causado por Fidel Castro, y ahora imponer democráticamente en el poder a los representantes de la subversión en América Latina. Y la nueva denominación del capitalismo salvaje es el neoliberalismo, que no fue otra cosa que el error de aumentar el gasto público y mantener un tipo de cambio fijo mientras se abría la economía y se privatizaban las empresas del Estado.
Pasando entonces al Medio Oriente no podemos creer que en esa zona encontramos países ejemplos de libertad y democracia. Más allá de que no creo que todo musulmán es un terrorista en potencia, no hay dudas de que en ese medio no se ha logrado la separación de la religión y la política. Como si fuera poco gracias al Sr. Carter y su asesor Brezezinki, Estados Unidos colaboró en la caída del Sha de Irán y el advenimiento de los Mullah con quienes Obama pretende dialogar. Parece que también los países del Medio Oriente están felices por el triunfo de Obama, quien, dicho sea de paso tiene antecedentes musulmanes. En fin no podemos menos que preocuparnos por el hecho de que todos los enemigos ideológicos de Estados Unidos celebran el triunfo de Obama. Dios quiera que yo este equivocado.
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