Más represión
Voces, llegando desde Cuba, nos dicen, “la represión, ha aumentado notablemente, desde la ascención al trono del último heredero”.¡Claro! Junto con el aumento de la pobreza, aumenta en cada cubano, el dolor de la impotencia, y la angustia de no poder cubrir las necesidades de la familia. El hambre es mala consejera, y no se calla. Habla en el estómago de todos los que la padecen y especialmente en el de los niños. También habla en las lágrimas de las madres, imposibilitadas de solucionar el problema. Como efecto, el pueblo hambreado se queja, y la persecución del régimen aumenta.
Los amos tienen techos, los cuales no han caído bajo la violencia de los ciclones. Tienen ropas compradas en el extranjero y sobre todo, tienen almacenes privados, suficientemente grandes como para cubrir el apetito de sus familias. (es apetito, cuando está en el paladar de los amos. Es hambre, cuando está en el de los esclavos). En Cuba el apetito se puede saciar, el hambre no. ¡Los amos, se sienten bien! Solamente los molestan las voces protestando. Las voces de los esclavos, alzándose cada día con más fuerza. Pero eso, se arregla con… represión.
Se gastan muchos lujos, estos herederos. Siguen ordenando, sin importarles las necesidades de sus súbditos. No han permitido a Estados Unidos, ayudar al pueblo cubano en esta tragedia. La ayuda humanitaria, ha sido ofrecida, no una, pero muchas veces a Cuba. Ayuda gratuita. Ayuda humana, de pueblo a pueblo. Pero el heredero, no autoriza la entrada de lo ofrecido, más bien ha querido divertirse con sus respuestas y sus exigencias. Mientras tanto la Cuba esclava, continúa esperando por todo tipo de ayuda.
Si no fuera tan triste, podríamos aplaudir la representación de esta tragedia. Reciben ayuda de otros pueblos, como el ruso, el venezolano, el ecuatoriano. La reciben de cualquier grupo perteneciente a su credo rojo. La reciben, y la venden, y eso sí, le permiten a los cubanos del exilio enviar dólares, como forma de pago.
Para el cubano del exilio, resulta doloroso, ver la apatía, la falta de comprensión del problema, y sobre todo la ignorancia de muchos hombres y mujeres del mundo, que olvidan mirar hacia donde está el dolor de Cuba. Es triste, las voces se pierden al pasar sobre las olas y junto a la brisa, gritando ¡quítame este grillete, que aprieta y aprieta mi vida! ¡Soy impotente, para vencer a mi enemigo! Oír el ruido del dolor y no detener el paso, para ayudar. Escuchar el sonido de las pisadas de aquellos pasando sobre la miseria de un pueblo y no ver la mano dando ayuda, es realmente triste.
Algunas cosas no las entiendo. La Iglesia Ortodoxa de Rusia, ha inaugurado en estos días en la ciudad de la Habana, una iglesia al estilo ruso. Los cubanos comunistas no creen en la religión. Los cubanos, no comunistas, creen en una iglesia de milagros y de justicia.
Esperan con sus manos extendidas para cubrir miserias y bocas hablando a favor de la libertad. Hay un detalle que hace diferencia. El cubano fabricado por la revolución se vio obligado a esconder sus creencias y a vivir alejado de ellas. No veo a los encargados de la iglesia en Rusia actuando como representativos de una religión, con conciencia del significado de la acción realizada por ellos. ¿Por qué lo hacen? Ellos también son ignorantes del caso Cuba. Pero si pueden ignorar, el dolor de entregar a un Cristo en la cruz, en las manos de gobernantes comunistas, ¿por qué no van a poder ignorar los sucesos en nuestra pequeña isla? El heredero en jefe, ha sido cabeza, junto con otros comunistas pertenecientes a la corte de los Castro, en la inauguración de la iglesia. Esa misma iglesia le ha presentado a los hermanos Castro, crucifijos y medallas iguales a las entregadas a personajes creyentes y protectores de la religión. Y lo increíble, les ha otorgado la medalla del príncipe San Damián. Por supuesto, una foto muestra al mundo la formalidad del acto. Hay una sonrisa feliz en los labios del prelado. Hay como un gesto burlón en el rostro del heredero. Hay servilismo en los rostros de los demás representantes de un gobierno comunista, en tierra comunista. La iglesia luce fastuosa, las cúpulas son de bronce bañado en oro. El costo, dos millones de euros.
Los cubanos pueden aprender a rezar, en medio de los montes o en medio de las mugrientas calles de sus ciudades, pero de ninguna manera pueden llenar el estómago de sus hijos en medio de los terciopelos rojos del altar, dedicado a un santo en el cual, no creen. Los prisioneros políticos viven enfermos, en horribles cárceles, sin médicos, medicina o comida. ¿Por qué, esa representación, no se pone de acuerdo y piensa como seres humanos, pregonando la paz y los derechos de los cubanos? Todos lo sabemos, la comparsa comunista de América, no hará nada en favor de los presos políticos. La Iglesia Ortodoxa, no ayuda al pueblo olvidado de Cuba. Ni el ramillete de países comunistas de América ni los comunistas de Cuba ni los de Rusia, harán nada por la libertad en Cuba. El eje Putin, Chávez, Castro, etc, solamente necesita hacer enormes pilas de necesidades, sangre y dolor, para llegar a tener altura, y parados sobre todas las miserias de los pueblos dominados por ellos, hacerse oír con todo su poder.
Hace solo unos días, en una sala de un hospital cubano(lleno de la misma mugre de una celda cubana), fue ingresado un cubano que protesta en nombre de otros hijos de la misma isla. Julián Antonio Monés Borrero. Monés, está pidiendo ayuda para las familias carentes de lo esencial para sobrevivir al desastre de los ciclones Ike y Gustav. Este hombre vive levantando su voz, por años, para pedir respeto para los derechos de su pueblo. No lo atienden, pero a él, no le importa. Sigue de pie en cada esquina, gritando la verdad. Sus palabras se las lleva el viento y caen en los oídos de los que son libres. Los hombres y mujeres que en el exilio están atentos al dolor de Cuba. Hay organizaciones como el Consejo por la Libertad de Cuba, Plantados hasta la Libertad, Directorio Democrático Cubano y M.A.R. por Cuba, presentes en la existencia de estos seres diferentes, reconociéndolos, enseñándolos al mundo, entregando sus palabras. Ellos se unen al hombre protesta, para buscar aliados, para pedir a otras gentes capaces de escuchar las palabras de los oprimidos, alzar las de ellos en busca de justicia.
Monés, estuvo en huelga de hambre, podía enfermar, podía morir, pero no se preocupó. Ese es su credo. Amar a sus hermanos y pedir por ellos. Cuando Monés protesta, se lo llevan detenido porque según la fuerza pública está “atentando contra la autoridad.¿Autoridad? No, autoridad no, la palabra apropiada es represión.
La dictadura comunista en cualquier parte del mundo fabrica hombres silencio. Hombres que no pueden pronunciar una palabra dicha con toda la limpieza de la razón. Los comunistas han hecho del terror sobre pueblos libres su arma de convicción. No importa si los oprimidos no creen. Lo importante es saberlos callar. Para nosotros ciudadanos libres del mundo democrático, lo importante, es repetir cada nombre y cada palabra de cada luchador castigado por no querer guardar silencio, y combatir, al comunismo, (que ya nos vuelve a tocar los talones), de manera que nunca más vuelvan a ser poder, sobre los pueblos libres del mundo. La solución está en tomar ejemplo, liberarnos y repetir como el pueblo judío
¡Nunca más, nunca más!
- 23 de enero, 2009
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