Las llamadas de Barack Obama
Si ustedes quieren saber cómo el presidente electo Barack Obama y su equipo de transición ven el resto del mundo, he aquí una manera poco científica pero muy interesante de averiguarlo: observar el orden de las llamadas telefónicas de Obama a los líderes extranjeros tras las elecciones del 4 de noviembre.
En base a lo que pude establecer examinando los comunicados de prensa del sitio web de Obama, www.change.gov, y a entrevistas que realicé con miembros del equipo de transición de Obama, el presidente electo ha estado llamando a líderes extranjeros desde el 6 de noviembre. Los asistentes de Obama sólo me dieron los países a cuyos mandatarios llamó Obama por orden alfabético, señalando que no siempre se puede leer algo en el orden en el que fueron llamados los mandatarios.
Sin embargo, si ustedes coinciden conmigo en que Obama probablemente respondió los llamados de felicitación de los líderes extranjeros en orden de importancia, vemos que emerge un cuadro interesante:
• El 6 de noviembre, Obama llamó a nueve líderes extranjeros: los de Canadá, México, el Reino Unido, Israel, Francia, Alemania, Japón, Corea del Sur y Australia (no he respetado el orden alfabético de la lista que me dio el equipo de Obama, porque algo me dice que Australia no fue el primer país que llamó el presidente electo después de ganar las elecciones).
• Entre el 7 y el 10 de noviembre, Obama llamó a los líderes de China, Rusia, Arabia Saudita, Pakistán, Egipto, Italia, España, Turquía, Ucrania y al comandante de la OTAN. (Nuevamente, no he seguido el orden alfabético de la lista oficial de este grupo, ya que tengo problemas en creer que Obama llamó a Ucrania antes que a China, o Rusia).
• El 11 de noviembre, llamo al Papa Benedicto XVI y a los líderes de Kenya, India, Brasil y Jordania.
• El 17 de noviembre, llamó a los líderes de Georgia, Filipinas y Turquía.
• El 18 de noviembre, llamó a los líderes de Irlanda, Chile, Argentina, la Autoridad Palestina y Kazajistán.
• El 19 de noviembre, llamó a los líderes de Nigeria, Senegal, Sudáfrica, Colombia y al Secretario General de las Naciones Unidas.
• Entre el 20 y el 24 de noviembre, llamó a los presidentes de Afganistán, Indonesia, Haití y al presidente de la Comisión Europea.
• A partir del 24 de noviembre, ha estado llamando a los líderes de países y organizaciones internacionales más pequeños, incluyendo una llamada del 26 de noviembre al líder de los Emiratos Arabes Unidos.
Cuando le pregunté sobre la lista, un miembro del equipo de transición de Obama me dijo: «Hubo ocasiones en las que el orden en que se devolvieron las llamadas estuvo determinado por conflictos de agenda, ya que tuvimos que encontrar un momento adecuado para el líder al que llamábamos y para el presidente electo''.
Sin embargo, el cuadro general que emerge de las llamadas telefónicas de Obama indica que empezó llamando a los vecinos inmediatos de Estados Unidos, a sus aliados más estrechos. Además de Canadá y México, algunas de las primeras llamadas que hizo fueron a Inglaterra, Alemania, Japón y Corea del Sur.
Inmediatamente después, llamó a los mayores rivales de Washington y algunos de los países de mayor importancia estratégica del mundo, incluyendo a China, Rusia, Arabia Saudita y Pakistán. Después, llamó a las potencias emergentes, como India y Brasil, y luego al resto del mundo.
¿Qué fue lo que más me sorprendió de la cronología de los llamados? Entre otras cosas, que no haya llamado aún al presidente de Irak, y que se haya tomado más de dos semanas y por lo menos 33 otros llamados a líderes extranjeros antes de llamar a Colombia, un aliado clave
de Estados Unidos en el hemisferio.
Mi opinión: A juzgar por el orden de sus llamadas a líderes extranjeros, Obama confirma lo que ya sabemos a partir de los nombramientos para su gabinete: su administración cambiará la política exterior del gobierno de Bush, pero no implicará un cambio radical de la diplomacia tradicional de Estados Unidos.
Lo que me preocupa un poco es la baja prioridad que le dio a Latinoamérica, una región que debería ser considerada más importante para Washington que ninguna otra en lo que hace a temas que afectan la vida cotidiana de los estadounidenses, incluyendo el comercio, el tráfico de drogas, la inmigración, el medio ambiente y el petróleo (efectivamente, Estados Unidos importa más petróleo del continente americano que del Medio Oriente).
Vamos hacia una economía global regionalizada, en la que el mundo estará dividido en tres bloques: las Américas, Asia y Europa. Para seguir siendo competitivo y expandir sus mercados, Estados Unidos tendrá que promover relaciones económicas más estrechas con sus vecinos del sur, y viceversa.
Por favor téngalo en cuenta, señor presidente electo. Estamos entusiasmados con su elección, y por los nombramientos que ha hecho hasta ahora, pero estaríamos aun más contentos si colocara a sus vecinos latinoamericanos en un lugar un poco más alto de su lista.
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