Presentación del libro Libertad para todos
Discertación de Héctor Ñaupari durante la presentación de su libro “Libertad para todos”, e
ditado en Buenos Aires y prologado por Carlos Alberto Montaner,
Quiero agradecer, antes que a nadie, la presencia de ustedes esta noche. De un modo ú otro, los que estamos aquí hemos defendido la libertad, en iniciativas, plataformas, organizaciones o partidos en los últimos veinte años en el Perú. Y estar aquí ahora, en un momento tan difícil para las ideas que profesamos, es una circunstancia que debo, por fuerza, estimar con afecto y aprecio.
Les doy las gracias a mis presentadores, a Gerardo Bongiovanni, con quien me une una amistad de casi cinco años, tiempo en que he conocido y admirado sus muchos e indudables talentos para promover el liberalismo, aún en los terrenos más adversos, y frente a antagonistas de diversa índole.
Fue Gerardo quien me permitió conocer in situ el gulag cubano, los terribles padecimientos de ese sometido pueblo, y la grandeza del puñado de opositores que son sistemáticamente golpeados por un mal que viene durando cincuenta años, pero que terminará, inexorablemente, con la libertad como precioso inicio. Con Gerardo emprendimos también el sueño de la Red Liberal de América Latina, plasmado ya en más de cincuenta organizaciones que coordinan iniciativas y acciones a favor de la libertad en nuestros países. Por ello, y por sus generosas palabras, le digo sinceramente: gracias.
Tengo también una deuda de gratitud con el profesor Daniel Córdova, Decano de Economía de la UPC, y Director de Invertir, quien organiza, año tras año y con mucho éxito, la Convención de Economía. Mucho debemos los liberales peruanos a su dedicación, su profesionalismo, su esfuerzo, y creo firmemente que, en una fecha muy cercana, brindaremos a esos méritos suyos un reconocimiento todavía mayor a los que ya han recibido, y que, sin duda, merecen.
Te doy especialmente las gracias Daniel por haberte dado el trabajo de revisar Libertad para todos, cumpliendo al mismo tiempo con el severo encargo de conducir la última edición de la Convención de Economía, que acabó apenas ayer. Que estés presente aquí es muestra patente de tu compromiso y amistad, que aprecio y agradezco gratamente.
A ambos se suma el distinguido historiador Betford Betalleluz, liberal, profesor universitario y hombre de su tiempo, quien ya había comentado el último libro que presentara en nuestro país Carlos Alberto Montaner, La libertad y sus enemigos, actividad que tuvimos el honor de co–organizar, y quien sin dudar –gracias también a la fina intercesión de mi querida amiga Cecilia Bernuy– accedió a comentar este escrito que presentamos.
Bien se dice que la historia de la creación de un libro daría lugar a otra obra aparte. Debo decir, con orgullo, que Libertad para todos no es la excepción. La censura editorial que sufrió esta obra en el Perú, debido a su contenido y, todavía más, a su prologuista, nuestro querido Carlos Alberto Montaner, fue inmensa: hubo más de un editor que la rechazó de plano, sin siquiera leerla, por prologarla Montaner; y otros más, que parecía se atreverían a publicarla, pero sin poner su sello.
Esto, sumado al hecho que, de entrada, sería muy difícil que algún impresor peruano “empatara” con la visión del libro y lo plasmara eficazmente, hizo que recurriera a la admirable Rosa Pelz, quien dirige la invaluable editorial argentina Grito Sagrado, y es responsable de haber llevado a lengua española, con magnífica precisión, la monumental obra de Ayn Rand, cuya obra fundamental, La rebelión de Atlas, tiene más de mil páginas.
Quiero dejar constancia aquí que la visión sobre la obra publicada, el diseño de la tapa, la concepción misma del libro, le pertenecen más a Rosa Pelz que a mí mismo. Su valentía, su sapiencia, su solvencia como editora y su exigente determinación fueron la clave que permitió que Libertad para todos viera la luz tal como se presenta a ustedes, lectores.
Debo agregar que sus impecables ediciones tienen debajo de ellas un implacable proceso de corrección (con la dificultad adicional de hacerlo entre Lima y Buenos Aires, entre hoteles, viajes y aeropuertos) el mismo que ha constituido para mí un muy riguroso pero provechosísimo aprendizaje, reconociendo que, en efecto, siempre hay algo nuevo que aprender, como le dijo Eolo a Odiseo, cuando el mítico Rey de Ítaca encalló en la isla del Dios de los Vientos. A lo ya dicho debo agregar las acrisoladas cualidades profesionales de Rosa Pelz y su equipo, que lograron conducir esta obra mía a muy buen puerto.
Del mismo modo, financiar Libertad para todos fue una aventura y toda una empresa. Este libro existe gracias a que un grupo de notables personas creyeron en este autor y apoyaron la edición de este libro de ensayos. Por eso quiero agradecer muy especialmente a Nidia Marchena, Cecilia Bernuy, Katherina Peredo, Milagros Blas y Cecilia Tello.
Así como a Miguel Ángel De la Torre, Marco Moscoso, Miguel Calle, Manuel Quesquén, Ronnie Vásquez, Alfieri Lucchetti, Juan Carlos Buezo de Manzanedo, Carlos Andrés Ferrero, Hans Flury Royle, Víctor Marroquín Merino, Jorge Paccini, Eduardo Sal y Rosas, William Vega de Cusco, José Peredo de Colombia y Walter Justiniano de Bolivia. Por su amistad y su adhesión a la idea de la libertad les estoy doblemente agradecido.
¿Qué me impulsó a escribir este segundo libro? Creo que el mandato de Salvador de Madariaga en su ensayo De la angustia a la libertad: “Al escritor liberal incumbe explorar las ideas implícitas en la fe liberal a fin de renovarlas, y al paso definir el liberalismo y darle vigor”.
Estoy cierto que no hay un tiempo en el cual ese mandato demanda ser más atendido que el actual. Y es que los principios que adscribimos fueron hechos para tiempos como éstos. Momentos en los que todo parece derrumbarse: los mercados, los empleos, los ahorros, los proyectos de vida y, con ellos, la confianza en la libertad económica.
Épocas donde por miedo, incertidumbre, prejuicio o sencillamente odio, el respeto a la opinión distinta, la tolerancia y el apego a la razón como método para resolver los conflictos han desaparecido, junto con el valor de la libertad política.
Frente a este panorama en penumbras, este libro intenta ser una respuesta, continua y firme, como el día que recién amanece, a esas vicisitudes. Si los liberales creemos que estamos en serias dificultades, donde todo parece perdido, Libertad para todos nos dice que aún nos queda el futuro. Todavía nos pertenece nuestra voluntad, nuestra creatividad y nuestras manos. Nuestros héroes intelectuales, aquellos que hemos visto brevemente aquí, nos han enseñado con sus vidas y obras que sólo eso nos basta.
Ellos también nos dicen que no podemos continuar inmóviles. Igual podemos vencer o ser vencidos en la batalla de las ideas, pero estaremos ciertamente perdidos si rehuimos ese combate, el único que importa. Contemplemos a quienes nunca abandonaron esa tarea: perdieron, ganaron, y los llamamos igualmente héroes.
Así, guardar silencio si tenemos una explicación consistente a los problemas actuales, desde una perspectiva liberal, sobre todo cuando los más preclaros defensores y divulgadores de nuestras ideas parecen retroceder y cuestionan los pilares donde ellas encuentran sustento, es una infamia. Y no estudiar, ni leer, ni pensar en una respuesta cuando todo lo que nos rodea nos lo reclama, también lo es.
Sin llegar a dejarlo todo por la libertad, sí podemos hacer lo que mejor sepamos: escribir, enseñar, encontrar recursos para financiar proyectos, o brindarlos, diseñar un programa educativo liberal, ofrecer un aula, una sala o un galpón para dictarlo, hacer un voluntariado, organizar seminarios o eventos, poner un blog, una página Web o un Twitter, estar presentes en eventos como éstos. También, coordinar para que esos esfuerzos se conozcan y participen conjuntamente.
A esto último se le llama trabajar en red. Eso hace la Red Liberal de América Latina, RELIAL, que ha logrado algunas cosas significativas y está en camino de conseguir otras tantas, como este evento, por el que le doy gracias, lo mismo que a Runayay Perú, y a sus directoras, María Isabel Beingolea y Katherina Peredo, por su extraordinaria organización.
Queridos amigos,
Podemos repetir el esfuerzo de RELIAL en el Perú. Las entidades nacionales que integramos la red estamos en ese camino, y los invitamos a formar parte de él. Ya sabemos lo que tenemos que hacer. Si lo hacemos, nuestra contribución, así sea del tamaño de un grano de mostaza, será suficiente para mover las montañas del miedo, de la indolencia, del rechazo a la libertad, de las ideas que cultivan el conflicto y la violencia como generadoras de la historia.
Para concluir, con este libro comparto con ustedes, con los lectores que simpaticen o rechacen sus ideas, mi esperanza de transformar al Perú en un país donde no exista más el privilegio de unos pocos, sino la libertad para todos, tal como escribió Bastiat, cuyo título le rinde así homenaje.
Un país, entonces, con vocación de libertad, donde la libertad sea el principio motor, la síntesis integradora de nuestra identidad, pues es justamente esa esperanza la que nos hace amarlo a pesar de todos sus infortunios y desgarramientos.
Ser liberal significa tener la libertad en el corazón. En el mío, además, se encuentra mi hija, Ana Isabel, a quien he dedicado este libro, con el sueño personal que continúe y alcance este camino difícil, pero que hace toda la diferencia.
A ella, la inspiración de Libertad para todos, y a ustedes.
Muchas gracias.
- 28 de diciembre, 2009
- 26 de enero, 2014
- 23 de junio, 2013
- 27 de noviembre, 2024
Artículo de blog relacionados
- 16 de diciembre, 2008
La Prensa Gráfica, El Salvador El cambio drástico decidido por el electorado español...
27 de noviembre, 2011- 13 de marzo, 2007
Discertación de Héctor Ñaupari durante la presentación de su libro “Libertad para todos”,...
19 de diciembre, 2008