¿Vivir sin BlackBerry?
La temporada de vacaciones y fiestas de fin de año que hoy se inicia puede ser la oportunidad propicia para identificar si usted como usuario impenitente del BlackBerry puede vivir sin este pequeño y versátil computador portátil. Para comenzar su ayuno, identifique primero si usted es uno de tantos adictos al BlackBerry, rendido como por encanto a la atracción fatal que genera tener siempre y en todo lugar su oficina y sus comunicaciones entre el bolsillo, o colgadas del cinturón.
A continuación usted encontrará una sencilla guía que le permite identificar su grado de adicción al BlackBerry. ¿Envía mensajes de correo a sus colegas que se encuentran presentes en su misma oficina? ¿Lo hace entre las once de la noche y las seis de la mañana? ¿Utiliza su BlackBerry cuando está en cine, almorzando, comiendo o incluso en un entierro o en misa? ¿Tiene su BlackBerry en su mesa de noche, conectado y prendido por si acaso? ¿Utiliza su BlackBerry en modo silencioso en conciertos y eventos deportivos? ¿Verifica su aparato antes de irse a dormir todas las noches, incluidos de manera especial los fines de semana?
Si usted respondió afirmativamente algunas de estas preguntas, o todas, no se angustie, usted sencillamente 'sufre' de adicción al BlackBerry, y seguramente al trabajo también, afección que le permite anticiparse a los problemas antes de llegar físicamente a su oficina. Tranquilo. Esta enfermedad se deriva directamente de una gran dosis de responsabilidad en la que no está solo. En efecto, usted puede respirar de manera plácida en su sillón favorito, pues para sorpresa de muchos, está muy bien acompañado en este padecimiento. El caso más célebre de adicción al BlackBerry es nada menos que la del presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, quien durante toda la campaña presidencial fue visto con su aparato de comunicación al cinto.
Según informes de prensa, Obama todavía utiliza su BlackBerry y su antigua dirección de correo personal, a la cual le remiten memorandos e ideas para la transición, que al menos por ahora, le permiten circunnavegar la burocracia que lo rodea como presidente electo de la primera potencia del planeta. De tiempo atrás, Obama recibe en su BlackBerry informes e incluso pruebas de texto de sus libros para su lectura y revisión, el cual solo fue prohibido por ambas campañas durante los debates públicos realizados por televisión. Los mensajes a sus asesores son precisos y bien redactados, enviados a cualquier hora del día o de la noche.
El veloz desarrollo de las comunicaciones ha consolidado una nueva cultura de tiempo real en la que el correo (e-mail) es el eje en torno al cual giran sin cesar problemas y soluciones al diario vivir empresarial y de gobierno. El signo clave de esta adicción, de acuerdo con el profesor Gayle Porter que adelantó el estudio para la antigua Universidad de Rutgers de New Jersey en Estados Unidos, se presenta cuando aquellos que se concentran en el BlackBerry ignoran a todos los que lo rodean. Si usted ha llegado a este punto, recuerde que estamos en Navidad: ¡apague su BlackBerry, descanse y disfrute en familia!
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