América latina y la llegada de Obama a la Casa Blanca
Madrid – El 20 de enero Barack Obama será el nuevo presidente de Estados Unidos. No solo significa un cambio importante para EE.UU., sino tambien para América Latina en donde el relevo demócrata en la Casa Blanca plantea expectativas e incógnitas. La región está pendiente de sus primeras decisiones y de cuál será su postura frente al régimen de Raúl Castro, el de Hugo Chávez, así como ante la relación estratégica con la Colombia de Álvaro Uribe, el Brasil Lula y el México de Felipe Calderón.
El plan de Obama para América latina está recogido en 13 páginas y lleva por título "Una nueva relación para Las Américas" (A New Partnership for the Americas) y trata de rescatar la política del "Buen Vecino" que impulsara en los años 30 Franklin Delano Roosevelt.
Se apoya en tres pilares: defensa de la democracia y las libertades políticas, mejora de la seguridad colectiva e impulso al bienestar en la región.
La primera oportunidad para comprobar ese cambio de relación se producirá en abril cuando los países latinoamericanos deben reunirse con el presidente Obama, en la Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago. La V Cumbre de las Américas que tiene como lema central: "Asegurando el futuro de nuestros ciudadanos mediante la promoción de la prosperidad humana, la seguridad energética y la sostenibilidad ambiental", está programada del 17 al 19 de abril.
Al mismo tiempo, Obama se enfrenta a la decisión de los países de la región de crear una OEA en la que no estén los Estados Unidos. Treinta y tres países de América Latina y el Caribe celebraron en diciembre una cumbre regional sin la presencia de Estados Unidos y en la que se decidió impulsar una OEA sin el vecino del norte.
Cuba, siempre Cuba
El reto más importante de Obama, y de su secretario de Estado, Hillary Clinton, en América latina será la relación con Cuba. Desde la isla, el régimen castrista está sondeando al nuevo presidente: Raúl Castro propuso canjear a presos castristas en Estados Unidos por disidentes presos en la isla.
Además, Obama se verá presionado por el resto de dirigentes de la región que piden que Estados Unidos abra la mano al régimen cubano. Lula da Silva ha dicho que espera que el nuevo presidente levante el embargo a Cuba ya que es "un bloqueo que no tiene ninguna justificación". Castro, por su parte, dijo que "el señor Obama dijo que se suavizará el bloqueo, pero también que se mantendrá el bloqueo, y eso es como la zanahoria y el garrote".
México, vecino y aliado
Barack Obama siempre ha sostenido que México es su prioridad en América Latina por lo que consideraba necesario acercarse a este país para promover el desarrollo económico y el empleo. Obama deberá de una forma u otra dar una solución al problema migratorio que afecta sobre todo, aunque no exclusivamente, a México pues "quiere concretar un plan comprensivo de inmigración", que afectaría a México y Centroamérica
Además, Obama se ha comprometido a seguir respaldando el Plan Mérida contra los cárteles del narcotráfico. Bill Richardson, el nuevo secretario de Comercio, ya dijo en su momento que la futura administración apoyaría el Plan. En cuanto al TLC con México, Obama es partidario de reformarlo, lo que provocará que el gobierno de Felipe Calderón esté especialmente atento a las decisiones del Presidente en torno a ese tema.
Asignaturas pendientes: Colombia, Bolivia y Chávez
Obama, que se ha opuesto a la ratificación del TLC con Colombia, tendrá que afrontar la ofensiva diplomática del gobierno de Álvaro Uribe para lograr que el nuevo presidente cambie de opinión. En cuanto al Plan Colombia, Obama lo va a mantener aunque podría cambiar las prioridades del gasto: más para temas sociales que para el esfuerzo militar.
Hugo Chávez se ha mostrado muy cercano a Obama durante la campaña y tras el triunfo dispuesto a colaborar con el nuevo presidente en materia terrorista. La duda es saber si esa actitud continuará por largo tiempo y si el presidente venezolano renunciará a los beneficios electorales internos de su discurso "antiyanqui".
Bolivia espera que con Obama la relación bilateral mejore. El conflicto entre el Gobierno de Evo Morales y el de George W. Bush ha llegado a un punto de quiebre con la expulsión del embajador de EEUU en Bolivia y la decisión de Bush de dejar fuera a Bolivia del alcance de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de Drogas.
Reforzar la alianza con Brasil
El buen feeling entre Obama y Lula facilitará la profundización de la alianza estratégica entre ambos países, que ya se estableció entre George W. Bush y Lula. Lula da Silva ha señalado que está "muy esperanzado de que haya un cambio para una mejor política de los Estados Unidos para América Latina".
En la conversación con Lula tras resultar elegido, Obama destacó el papel de Brasil como líder regional y su papel en las discusiones internacionales en torno a la crisis financiera mundial. Al respecto, el presidente electo norteamericano insistió en la necesidad de que las discusiones sobre la crisis no se limiten al grupo de las ocho economías más grandes del mundo, sino que se aborden en un foro más amplio en el cual "Brasil es fundamental".
Reestablecer la relación con Argentina
Desde que estallara en diciembre de 2007 "el escándalo del maletín" las relaciones entre Argentina y los Estados Unidos no han sido buenas. Las críticas de Néstor Kirchner y de Cristina Kirchner contra la administración Bush han enfriado la relación. Ahora, Obama tiene el reto de lograr restaurarlas algo que parece más propicio por la cercanía entre Cristina Kirchner y el nuevo presidente norteamericano.
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