México necesita una voz en Washington
Apesar de las fotos sonrientes del presidente electo Barack Obama y el presidente mexicano Felipe Calderón tras su primera reunión en Washington D.C., México tendrá que esforzarse para ser escuchado dentro del gobierno de Barack Obama, y no sólo porque Estados Unidos tendrá prioridades más urgentes en otras partes del mundo.
Es cierto que Obama dijo, tras su reunión con Calderón del lunes, que las relaciones entre Estados Unidos y México «pueden ser aún más fuertes, y ese será el compromiso de mi administración''.
Sin embargo, a juzgar por los funcionarios que Obama ha escogido para conformar su gabinete y por la historia personal del presidente electo, México –que está enfrentando una guerra contra los carteles de la droga que ha cobrado unas 5,700 vidas el año pasado– se encontrará sin interlocutores de alto nivel en el nuevo gobierno estadounidense.
Fíjense en los siguientes datos:
• Obama nunca ha visitado México, ni tampoco el resto de Latinoamérica, y no tiene una conexión personal con la región. El presidente electo me dijo en una entrevista durante la campaña que planeaba visitar México antes de asumir su cargo, pero nunca alcanzó a hacerlo. Visitó Europa e Irak, pero no el sur.
El presidente saliente George W. Bush había tenido un trato cotidiano con México como gobernador de Texas antes de su elección presidencial del 2000, y había visitado México antes de ser presidente.
• Obama, quien hizo su carrera política en Illinois, realizará su primer viaje al extranjero a Canadá, según dicen funcionarios de su equipo. En comparación, Bush hizo su primer viaje presidencial al exterior a México.
• México perdió a su interlocutor más importante en el equipo de Obama cuando el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, retiró recientemente su nominación al cargo de Secretario de Comercio, tras una investigación federal sobre contribuciones políticas.
Richardson, cuya madre es mexicana y vive en México, habla español con fluidez y conoce México como pocos políticos estadounidenses. Recientemente me dijo, divertido, que cuando le informó a su madre que se presentaría como candidato presidencial en el 2008, ella le preguntó: «¿De qué país?''.
El Secretario de Comercio saliente, Carlos Gutiérrez –quien nació en Cuba pero se educó en México– ha sido un influyente interlocutor de México en temas comerciales y de inmigración. Ahora que Richardson ya no está, México no tiene un amigo similar en el gabinete de Obama.
• La Secretaria de Estado designada, Hillary Clinton, a pesar de que ha viajado frecuentemente a la región como Primera Dama, nunca se destacó por destinarle un interés especial a México o a Latinoamérica. Durante su campaña, sus asistentes se esforzaron por demostrar que supuestamente se había opuesto al acuerdo de libre comercio con México, que Obama prometía renegociar.
El martes, en su presentación ante el Senado durante su audiencia de confirmación, Clinton se refirió a México y al resto de Latinoamérica casi al final de su lista de prioridades regionales, por debajo de Australia y el sudeste asiático y sólo antes de Africa.
• El vicepresidente electo Joe Biden, quien ocupó el cargo de presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y que será una voz influyente dentro del equipo de política exterior de Obama, no ha sido muy amigo de México en el pasado.
''México es una ex democracia'' que tiene ''un sistema corrupto'', dijo Biden el 27 de noviembre del 2006, según lo citó The Associated Press. De hecho, las siete décadas de gobierno autoritario unipartidario de México terminaron en el 2000.
Con respecto al libre comercio, un tema clave para México, Biden se ha opuesto a todos los recientes acuerdos de libre comercio con países latinoamericanos, incluyendo el acuerdo con Perú, respaldado por Obama.
Personas cercanas al equipo de transición de Obama dicen que, aunque el retiro de Richardson dejará un enorme agujero para Latinoamérica en el gabinete de Obama, las políticas serán mucho más importantes que los nombramientos en el nuevo gobierno.
''Lo fundamental, y mucho más importante que las designaciones, es que los valores del gobierno de Obama serán valores mucho más caros a los latinoamericanos, como el multilateralismo'', me señaló Nelson Cunningham, un ex funcionario del gobierno de Bill Clinton cercano al equipo de Obama. «El propio Obama se crió en el exterior y entiende bien la perspectiva del mundo en desarrollo''.
Mi opinión: Estoy de acuerdo en que los valores de Obama, como el multilateralismo y el hecho de que no esté contaminado por el fiasco de la guerra de Irak, le darán una enorme oportunidad para empezar a recuperar la imagen estadounidense en América Latina.
Pero, quiérase o no, las relaciones personales y las afinidades culturales pesan mucho en Washington. México –y Latinoamérica en general– necesitarán un amigo en el círculo íntimo de Obama. Ojalá el presidente electo sea consciente de ese vacío y haga algo al respecto.
- 28 de diciembre, 2009
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