¿Otra Gran Depresión?
Libertad Digital, Madrid
Dado que los partidarios de Barack Obama y los medios de comunicación están deseando que las políticas de la nueva administración sean similares a las de Franklin D. Roosevelt durante los años 30, podría resultar útil examinar cuáles fueron esas políticas y, sobre todo, cuál fue su resultado.
La opinión mayoritaria de muchos sectores es que el desplome de la bolsa en 1929 fue un fallo del mercado que provocó un paro masivo en los años 30 del que sólo nos salvó las políticas del New Deal de Roosevelt. Pero esto es pura ciencia ficción, como puede comprobarse mirando los datos.
Empecemos por el principio, ¿condujo el desplome de la bolsa al paro generalizado? Las estadísticas oficiales del Gobierno sugieren lo contrario. Y también las nuevas estadísticas realizadas por Richard Vedder y Lowell Gallaway en su libro Sin trabajo. Las estadísticas de Vedder y Gallaway nos permiten seguir la evolución del paro mes a mes. En 1929 el desempleo era del 5% (un mes después del crack bursátil) y en diciembre ascendió al 9%, pero a continuación inició una tendencia bajista, hasta desplomarse al 6,3% en junio de 1930. Fue entonces cuando se aprobaron los aranceles Smoot-Hawley, lo que empujó los índices de paro a los dos dígitos.
Antes de la Gran Depresión, no se consideraba que el Estado tuviera que intentan sacar a la economía de una crisis. Pero el arancel Smoot-Hawley (diseñado para salvar los empleos estadounidenses restringiendo las importaciones) fue una de las primeras intervenciones dirigidas a este propósito que fue seguida, más tarde, por otras aun mayores de Roosevelt.
La subida del paro tras el crack del 29 fue una señal pasajera comparada con el desempleo que se produjo tras las intervenciones federales. Durante casi tres años seguidos, empezando en febrero de 1932, la tasa de paro nunca bajó más de un 20% hasta enero de 1935, cuando se situó en el 19,3%. Dicho de otra manera, la crisis financiera de 1929 no fue la causante del paro masivo, más bien lo fueron las "soluciones" de los políticos contra la misma. ¿Ésa es la historia que queremos repetir?
Políticamente, sin embargo, Roosevelt no pudo haber tenido más éxito. Al fin y al cabo, fue el único presidente en la historia de Estados Unidos que salió elegido cuatro veces consecutivas. Fue un maestro de la retórica política.
Si Barack Obama desea triunfar como político, parece adecuado seguir el camino que marcó Roosevelt. Pero la gente que esté preocupada por la crisis debería repasar la historia. Merecemos algo mejor que repetir los desastres de los años 30.
Pero los paralelismos con esa período no terminan aquí. El discurso del Partido Demócrata fue que tenían que intervenir en la economía para sacarnos del desastre generado por el libre mercado y las políticas laissez faire de Hoover. Hoy, cada vez más economistas reconocen que Roosevelt no fue más que el continuador de Hoover.
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