Guatemala: El complot contra colom
El presidente Álvaro Colom ha denunciado un complot para derrocarlo y asesinarlo. Presuntamente el complot fue descubierto por los servicios de inteligencia del Estado. La denuncia de un suceso delictivo es verdadera si el suceso denunciado ha acontecido. Es falsa si no ha acontecido. Si la denuncia es verdadera, esa verdad puede ser o no ser probada. Si es probada, la denuncia es legalmente válida. Si no es probada, no es válida, aunque sea verdadera. Es evidente que la denuncia también puede ser falsa y que esa falsedad puede ser o no ser probada; pero legalmente no se exige probarla.
¿El presidente Colom puede probar la verdad de su denuncia; es decir, puede probar que hubo un complot para derrocarlo y asesinarlo? Él ha denunciado que el complot comenzó en el pasado mes de octubre; que el complot culminaría con su asesinato, en el mes de diciembre; que el crimen “organizado”, estaba involucrado en el complot; que un propósito del complot era recuperar los perdidos negocios que sus derrotados competidores tenían en la administración pública; que la prensa participó en el complot; y que el complot comenzó desde que él fue el candidato presidencial electo.
Precisamente el presidente Colom sólo ha denunciado. No ha probado que su denuncia sea verdadera. En el intento de suministrar alguna prueba, declaró que fue encontrado un documento que contiene el plan para derrocarlo y asesinarlo. Empero, no ha informado sobre quiénes son los autores del documento, ni cuándo, ni dónde ni cómo fue obtenido el documento, ni de qué manera se ejecutaría el plan. Ni ha mostrado alguna página del documento. Y si él cree que sólo hay que denunciar, pero no probar la verdad de la denuncia, entonces puede denunciar que los servicios de inteligencia del Estado han descubierto centenas de complots, y que han sido encontrados millares de documentos que contienen planes para derrocarlo y asesinarlo.
El presidente Colom afirmó que “inteligencia es inteligencia”; con lo cual pareció insinuar que la información sobre el complot, suministrada por los servicios de inteligencia del Estado, es confiable. Conjeturo que no aludía a los servicios que suministra la Secretaría de Inteligencia Estratégica. Lo conjeturo porque recientemente esa institución (que durante el año pasado consumió Q17 millones), admitió que no es capaz de suministrar servicios de inteligencia. Quizá sólo es capaz de suministrar servicios de estupidez.
El presidente Colom también afirmó que, en el caso del complot denunciado, su deber es “decir la verdad”. ¿Quién habrá creído que el deber del presidente Colom sea “decir la falsedad”? La cuestión esencial no es que su deber sea “decir la verdad”, ni cuán estrictamente cumple con ese deber, sino cuál es la prueba de la verdad que pretende decir.
Post scriptum. Dijo Machiavelli que “aquél que engaña siempre encontrará a aquéllos que permiten ser engañados”. El complot denunciado sugiere que el presidente Colom es uno de aquéllos que lo permiten. Y también dijo Machiavelli que “engañar a quien engaña provoca doble placer”. ¿Quién habrá tenido ese doble placer?
- 23 de julio, 2015
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