El destino de Bolivia
Los Tiempos, Cochabamba
Se dice que las naciones, igual que los hombres, tienen un destino. El destino de Bolivia es, sin duda, el de ser una nación que termine de incluir a los pueblos indígenas y afrodescendientes en su ser nacional. El destino de Bolivia es el que los mismos bolivianos buscamos construir, con luces y sombras, desde 1825 y que logró gran impulso después de la Revolución Nacional de 1952 y sobre todo durante los 20 años del periodo democrático actual que
El próximo domingo 25 de enero de 2009, el destino de Bolivia es muy claro. Bolivia será india sí, pero también será blanca y mestiza; será ancestral al reconocer sus orígenes, pero será sobre todo abierta al mundo contemporáneo. Si no es así, Bolivia no será. El reto es reencontrar el destino compartido de todos los bolivianos sin exclusión y el momento de votar habrá que responderse a las siguientes preguntas:
1. El procedimiento en el proceso constituyente y en la aprobación forzada y violenta en La Glorieta, en Oruro y cupular en el Congreso ¿respetó las reglas básicas de diálogo y tolerancia de la democracia?
2. El proceso político desde 2006 tuvo a las masas movilizadas por el MAS como grupo violento de choque, ¿hay riesgo de institucionalizar el corporativismo autoritario y no democrático de las masas movilizadas?
3. Se propone una nueva estructura institucional del Estado, ¿establece ella por largo tiempo la discriminación étnica en contra de unos y a favor de otros, cuando las medidas especiales sólo valen si no crean desigualdad y por un corto tiempo?
4. Se define a Bolivia como plurinacional, que quiere decir muchas naciones, ¿hay el riesgo de considerar a Bolivia como la nación Nº 37 para después, lamentablemente, tener que avanzar en su autonomía política, su propuesta de asociación federal y/o reclamar internacionalmente derechos de minoría?
5. El territorio y sus recursos son de todos los bolivianos, ¿se pretende conceder derechos preferentes y casi exclusivos sobre los recursos naturales renovables y la tierra para los que llama "pueblos y naciones indígenas, campesinos y originarios"?
6. Todos tenemos derechos de ciudadanía, ¿la clase media, indígena o mestiza será desposeída de derechos y no tendrá derechos especiales algún grupo de la población boliviana?
7. En democracia, la hiperconcentración del poder no es positiva ni en el Estado ni en ninguna institución , ¿hay riesgo de ello con la aprobación de la Carta Magna?
8. La política del Gobierno y la Constitución debieran ser fruto de la política democrática, ¿defiende el proyecto de Constitución principios democráticos o privilegia intereses personales de algún caudillo?
9. Es correcto aprovechar los recursos naturales no renovables en bien de todos, ¿el citado proyecto fomenta el rentismo exagerando su importancia y dañando el emprendedurismo, la laboriosidad, creatividad y capacidad de innovación de los bolivianos?
10. Por su historia, Bolivia debe ser indígena, mestiza y blanca, en la misma magnitud ¿garantiza eso el proyecto de Constitución?
Respondiendo con plena conciencia a estas preguntas, un gran número de ciudadanos democráticos hemos tomado ya una decisión. Votaremos por el único destino para una única nación boliviana. Este 25 de enero votaremos por el No, promoviendo un acuerdo político nacional serio y responsable para los cambios constitucionales que se requiera.
El autor es sociólogo y catedrático
- 23 de julio, 2015
- 28 de enero, 2025
- 27 de enero, 2025
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