Guatemala: Opiniones de opiniones
Pregunta: ¿pueden los re- presentantes de las cooperativas ocupar una silla en la Junta Monetaria – JM? Es cuestión de cómo se interprete la Constitución. Los cooperativistas dicen que sí; el Cacif dice que esa silla les corresponde a ellos, como ha sido siempre. Ante la controversia, el presidente Colom solicitó la respuesta de la Corte de Constitucionalidad (CC), que es la única capaz de resolver la duda. La CC respondió desfavorablemente a las aspiraciones de las cooperativas: el Cacif se queda. Controversia resuelta. ¿O no?
La JM es un lugar de poder. Integrada por ocho miembros (el presidente del Banguat, los ministros de Economía, Finanzas y Agricultura, el Congreso, la Universidad de San Carlos, los bancos y las “asociaciones empresariales”). Allí se define el nivel del crédito al sector privado, se aprueba el endeudamiento público y se interviene en el tipo de cambio y la tasa de interés. Son temas delicados para el desarrollo económico. Los cooperativistas quieren parte de ese poder; el Cacif no lo quiere entregar.
La JM no fue concebida por los constituyentes como un lugar “incluyente” ni “representativo”, mucho menos “democrático”. Su integración claramente responde a exitosos cabildeos durante la redacción de nuestra Constitución, para que los sectores mencionados obtuvieran ese privilegio. Muchos documentos académicos se han escrito respecto de las características ideales de independencia de una Junta Monetaria. La nuestra no parece ser el modelo ideal, pero mientras no reformemos la Constitución, tendremos que vivir con ella.
Es bueno ese entusiasmo de la dirigencia cooperativista por querer participar en otros ámbitos de la vida nacional. Sería mejor si también participasen en el pago de impuestos. Eso, en mi opinión, les daría plena legitimidad en sus intenciones por el poder público. Mientras ese momento llega, ellos están en su derecho de continuar con los procesos legales que consideren convenientes frente a este revés.
Lo que no deja de sorprender es la “frescura” con la que su representante, el Lic. Lizardo Sosa, ha tomado la resolución de la CC. Dijo en una columna de prensa que la opinión de la CC “afortunadamente no es vinculante”. Algo así como que no solo “le viene del norte”, sino que lo que la CC dice es irrelevante. Lo afortunado fue la actitud del superintendente de Bancos, quien tampoco comparte el criterio de la CC, pero inmediatamente lo acató, convocando a una nueva elección en la que se tendrá que “desbancar” al representante de las cooperativas.
La realidad es que hay opiniones y opiniones. Unas más relevantes que otras. Pero las de la CC son para ser respetadas. Una cosa es que no nos gusten; otra, muy diferente, es pretender ignorar su validez. Es penoso tener que recordárselo a los cooperativistas.
- 23 de julio, 2015
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