El fin del periodismo impreso
La nueva polémica entre el periodismo escrito o impreso y el periodismo virtual o ciudadano (el periodismo por Internet), se parece a la vieja predicción de la década de los 50’s, de que la televisión sepultaría a la radio y dañaría al cine.
De momento la radio y el cine siguen vivos y pujantes, sin hacerle mucho caso a la pantalla televisiva y a sus predicciones amenazantes.
Los agoreros del fin del periodismo escrito o impreso, ya argumentan con énfasis que el ocaso de ese género del periodismo impreso o clásico se hace inevitable ante el avance de la nueva tecnología electrónica, el periodismo ciudadano o virtual.
Veamos por pasos: Lo que convierte a un escritor o ciudadano común en periodista es simplemente su pasión por informar la verdad del acontecer a la comunidad. Y en cualquiera de los géneros periodísticos se aplica esta sentencia con admirable precisión.
Tanto el periodismo de noticias, de investigación, de opinión, de reportaje, de crónica, que todos terminan en la plana impresa, como el novedoso periodismo ciudadano o virtual, que navega por Internet, todos buscan informar a la sociedad sobre las parcelas del acontecer.
Y lo que diferencia a un periodismo bueno del mediocre, es precisamente su energía por encontrar la verdad más cercana al hecho que aconteció.
El periodismo de calidad, en todas sus modalidades, debe intentar ser como el espejo plano. Lo que ocurre es lo que se informa.
También en el periodismo, en cualquiera de sus géneros expresivos, tiene que haber una persistencia de acero, pues investigar o acercarse al hecho, conlleva riesgos, agudeza en la mirada y una voluntad profesional para evitar el protagonismo.
El periodismo es simplemente un instrumento para ser eco del quehacer cotidiano que ocurre en la comunidad o en el mundo. Alterar ese hecho nunca ha sido ético, o como diría Aristóteles, bueno y equilibrado.
¿Pero es realmente tan grave la supervivencia del periodismo escrito o impreso ante la penetración del periodismo ciudadano o por Internet?
Algunos observadores vaticinan que ante la rapidez instantánea del periodismo virtual o ciudadano (el que navega por Internet), el periodismo impreso o plano carece de respuesta para contrarrestar su poder de impacto.
Yo particularmente, no lo veo así. A pesar de esta intensa polémica de malos augurios para el periodismo tradicional, plano, impreso o escrito, que se escucha por todos los rincones del planeta, coincido con algunos maestros en que los géneros periodísticos en pugna, terminarán en un maridaje complementario.
Y ese maridaje ya se vislumbra, cuando vemos que los grandes medios de prensa escritos y televisivos del mundo, como el New York Times, Univisión, El País de España, CNN, el Tiempo de Bogotá, Telemundo y el Mercurio de Chile, por citar solamente a algunos, todos tienen su página virtual por Internet. No creo definitivamente que el periodismo ciudadano o por Internet sea el enterrador del periodismo impreso.
Pero si pienso que cuando el acceso al Internet se haga más global, o sea que toda la humanidad tenga la opción de navegar por lo virtual, hecho que demorará algunas décadas, entonces los géneros periodísticos se van a especializar.
Esto es lo que vislumbro. Veremos entonces que el periodismo ciudadano o por Internet, por su rapidez instantánea, se quedará con la hegemonía del titular y de la noticia, y el periodismo escrito o impreso, el de los periódicos, profundizará las versiones de la crónica, la investigación, la estadística, las entrevistas y los reportajes. Y tanto, uno como el otro, sobrevivirán en un maridaje informativo maravilloso.
Pero todos, absolutamente todas las versiones o expresiones del periodismo, ya sea el novedoso por Internet, como el tradicional escrito o impreso, en todas sus manifestaciones, tendrán que huir del sensacionalismo, de la corruptela de venderse al mejor postor y de la tentación de ser portadores de la violencia.
Al final, todas las expresiones del periodismo se enriquecerán en la complementariedad. Y vaticino, que todas crecerán en sustancia, para cumplir con la sagrada misión de informar.
(Permítame el amigo lector, que dedique también esta viñeta periodística a mis alumnos del curso Periodismo: Ética y Leyes, que imparto en el Koubek Center de la Universidad de Miami, que me dieron la sorpresa estimulante en el último curso, de pedir más horas y más días de clases de esta asignatura en sus evaluaciones a las autoridades docentes de UM.)
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