La primera prueba de Barack Obama
WASHINGTON –La primera decisión clave del presidente Barack Obama no será sobre Irak, el Medio Oriente, ni sobre qué cachorro escoger para la Casa Blanca: será si debe apoyar una cláusula de "Compre americano".
La cláusula es respaldada con gran entusiasmo por su propio Partido Demócrata y los sindicatos, pero según los principales socios comerciales de Estados Unidos, podría disparar una guerra comercial como la que condujo a la Gran Depresión de 1930.
¿Qué dirección seguirá Obama? ¿Se arriesgará a antagonizar al líder de la mayoría del Senado, Harry Reid, a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y a la coalición de sindicatos AFL-CIO, cuyos apoyos necesita urgentemente para la aprobación de su paquete de estímulo económico de casi $900 mil millones? ¿O prestará atención a las advertencias de la Unión Europea, Canadá, Brasil y otros socios comerciales, así como las de legisladores republicanos clave del Congreso?
O, para ponerlo en términos más sencillos, ¿llegará Obama a la conclusión de que no tiene más alternativa que gobernar con el sólido apoyo de la mayoría demócrata del Congreso o se arriesgará a sacrificar algunos votos demócratas a cambio de una pequeña minoría de republicanos, con la esperanza de construir una base legislativa bipartidista, y centrista?
La cláusula ''Compre americano'', incluida en el enorme paquete de estímulo económico del gobierno y aprobado la semana pasada por la Cámara de Representantes, requiere que los fondos para proyectos de infraestructura tales como carreteras y puentes se usen exclusivamente para comprar acero, hierro y otros materiales fabricados en Estados Unidos.
Una versión del Senado del mismo proyecto de ley va más allá, exigiendo que los fondos para proyectos de infraestructura sean también usados únicamente para la compra de productos manufacturados hechos en Estados Unidos, como palas o grúas.
''Es un tema de sentido común básico'', me explicó la directora de políticas legislativas del AFL-CIO, Thea Miller. «Los contribuyentes estadounidenses gastarán cerca de mil millones de dólares para estimular la economía y crear empleos. En la mayor medida posible, dentro de nuestras obligaciones internacionales, deberíamos tratar de usar esos dólares para comprar productos estadounidenses.''
Los partidarios de la cláusula ''Compre americano'' niegan que la misma violaría el espíritu –si no la letra– de los compromisos internacionales del país.
''Hay exenciones y excepciones especificadas en nuestras obligaciones comerciales que nos permiten dar cierto nivel de preferencia a los productos estadounidenses'', me dijo Lee. «No hay razones para no aprovechar las disposiciones que hemos negociado en esos acuerdos comerciales''.
Los principales socios comerciales de EEUU ven las cosas de otra manera. La sanción de la cláusula ''Compre americano'' conduciría a ''una oleada de acciones proteccionistas'' que podrían crear ''una caída en picada, como la que ocurrió en el mundo en la década de 1930'', dijo el gobierno canadiense en una carta al Congreso a principios de esta semana.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, les dijo a los periodistas que ''el proteccionismo en este momento agravará la crisis''. Los expertos en comercio dicen que Brasil sería uno de los principales perjudicados por la cláusula, porque exporta acero a Estados Unidos y –a diferencia de Canadá, México, Chile o Perú– no tiene un acuerdo de libre comercio con Washington que podría exceptuarlo de muchas de las disposiciones de la medida.
Los grupos pro comercio señalan que las exportaciones de Estados Unidos cayeron casi un 25 por ciento en diciembre y que otros países también están sufriendo caídas semejantes.
''En ese contexto, cualquier medida estadounidense que sea vista como proteccionista podría darle a los gobiernos del mundo el pretexto necesario para establecer sus propias barreras comerciales'', me señaló John Murphy, vicepresidente de la Cámara de Comercio de EEUU.
Preguntado sobre la cláusula ''Compre americano'', Obama dijo el martes que hay que evitar medidas que «sugieran proteccionismo", agregando que eso «podría llevar potencialmente a guerras comerciales que no podemos permitirnos en un momento en que el comercio se está derrumbando en todo el mundo''.
Aunque los críticos del ''Compre americano'' aplauden las palabras de Obama –fue la primera declaración del Presidente sobre el tema desde que el vicepresidente Joe Biden hiciera comentarios que parecían apoyar la medida–, advierten que la Casa Blanca todavía puede respaldar una versión aguada de la ley que otros países podrían seguir viendo como proteccionista.
Mi opinión: Lo que dijo Obama es clave. Lo importante no es sólo la letra de la ley, sino también la señal que enviará al resto del mundo.
Si les da a otros países un argumento para aprobar sus propias leyes de ''Compre nacional'', las exportaciones estadounidenses caerán aún más y Estados Unidos perderá más empleos de los que la cláusula logre crear, o conservar. Aunque le cueste políticamente con su propia base, no ceda, señor Presidente, porque sería una medida peligrosa para su país y para el mundo.
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