Condecorando a Fidel
La orden del quetzal (con minúscula) nunca volverá a ser la misma luego de que el gobierno de Álvaro Colom la haya entregado al dictador más eficaz de América Latina. Con este gesto, el Gobierno continúa congraciándose con sus integrantes de la URNG en un acto que ofende la memoria de las víctimas de un conflicto armado del cual Castro fue protagonista y patrocinador.
Si el Gobierno de la República, en nombre del pueblo de Guatemala, hubiese querido reconocer la labor humanitaria que los médicos cubanos han realizado en Guatemala, había otras formas más dignas para hacerlo. Por ejemplo, hubiera podido otorgar la orden del quetzal directamente a las “brigadas” médicas. No es la primera vez que dicha orden se hubiese entregado a un grupo. Sin embargo, nuevamente el Gobierno pone a toda una nación como alfombra de la guerrilla y decide “honrar” al “comandante” Fidel Castro.
Dicen que la orden del quetzal es en agradecimiento por la ayuda médica que Castro personalmente autorizó. Es cierto. La férrea dictadura castrista impide que los ciudadanos tengan la más mínima libertad, y por ello no existen personas libres, sino siervos del régimen. Castro, literalmente, “mandó” a los médicos. No existen “voluntarios” en Cuba. Ellos no tuvieron opción alguna y dejaron a sus familias en calidad de garantía de su regreso.
No hay nada que agradecer a Fidel. Es cierto que los guatemaltecos más pobres se han beneficiado de la esclavitud a la que el régimen de Castro somete a su población al mandarla cual peones de sus intereses geopolíticos. Es por ello que, en todo caso, la condecoración debería haber sido para los médicos y para el pueblo que soporta semejante dictadura. Pero no fue así. La condecoración fue para el dictador… y con ello Colom la devalúa para futuras generaciones. Pertenecer a una orden de la cual Castro es “miembro distinguido” no puede enorgullecer a cualquier persona razonable.
Castro es símbolo de revoluciones violentas, de muerte y destrucción, de pobreza y dictadura. Castro tiene las manos manchadas de sangre de ciudadanos de muchos países, y también de sangre guatemalteca. Su patrocinio a la guerrilla y sus buenos oficios para unificarla en la URNG lo hacen directamente responsable de la muerte, destrucción y pobreza que los guatemaltecos vivieron por casi 40 años. Castro no merece condecoración alguna. Por ello es increíble e inexplicable que el presidente Colom insista en complacer a los miembros más extremistas de su gobierno. Con ello neciamente nos regresa a la polarización, abriendo de nuevo las heridas del conflicto armado. Castro es una figura jurásica y obsoleta que representa la etapa más sangrienta de nuestra historia. Condecorarlo es una bofetada y un insulto a la dignidad de todas las víctimas.
- 23 de julio, 2015
- 28 de enero, 2025
- 27 de enero, 2025
Artículo de blog relacionados
The Wall Street Journal Americas El 4 de mayo pasado, Chevron Corporation se...
14 de mayo, 2012- 27 de marzo, 2007
BBC Mundo Incertidumbre. Es la palabra con que el analista Jesús Silva Herzog...
2 de septiembre, 2012El Blog de Montaner Carlos Alberto Montaner nos explica en qué consiste el...
21 de julio, 2020