Es hora de decirles “Adiós” a la GM y la Chrysler
La General Motors fabricó mi primer automóvil. Era un Chevrolet de dos tonos del 1955 con cambio manual y gomas negras. Tenía un radio AM y aire acondicionado si yo bajaba la ventanilla a mano en el verano. Venía con asientos corridos, para uno llevar a su compañera más cerca. Lo compré de uso en el 1961. Mi papa firmó como fiador en mi pagaré de $750, que yo pagué. En esa época uno podía llenar el tanque con cambio. En alguna parte todavía tengo guardados viejos recibos que muestran un tanque lleno de gasolina regular que me costó $3.
Chevrolet, Buick, Pontiac y Cadillac eran los puntales de la GM, como el Fairlane, Crestline Skyliner, Falcon y luego el Galaxie lo eran de la Ford, algunos de los cuales tuve cuando adulto. También tuve algunos productos Chrysler, así que he contribuido a las ganancias de los “Tres Grandes” (Big Three).
Ford se las está arreglado sin ayuda de Washington, pero GM y Chrysler han presentado sus planes de reestructuración al gobierno a fin de recibir más miles de millones para mantenerse solventes. El martes pasado, GM recibió los últimos $4 mil millones de un compromiso federal de $13.5 mil millones. La Chrysler, que también está recibiendo $4 mil millones, ya ha solicitado $3 mil millones más. El dinero está condicionado a que la GM y Chrysler presenten amplios planes de reestructuración que le prueben al gobierno que han hecho un creciente progreso desde que les pidieron ayuda a los legisladores el pasado diciembre. Los miembros del Congreso les dijeron a los principales ejecutivos de las compañías que todos tenían que hacer sacrificios, incluyendo administración, sindicatos, suministradores, inversionistas y accionistas.
He aquí una idea mejor: Déjenlos morir una muerte lenta, con énfasis en lenta. Díganles a los obreros (la administración siempre parece salir bien) que tienen un tiempo determinado para buscar nuevos empleos. El gobierno les ayudará con entrenamiento y educación, pero el gobierno no puede seguir ayudando a compañías que ya no hacen productos que la gente quiera comprar en suficientes cantidades para que ellos tengan utilidades.
Hay muchas razones por las cuales las compañías de autos están en problemas, y todas han sido reportadas por los medios, pero eso es el pasado y ya es demasiado tarde para poder hacer mucho para garantizar pensiones y cuidado de salud que fue lo que terminó afectando a la GM aun después de que la empresa negociase exitosamente con los miembros del sindicato UAW para reducir los beneficios de jubilación que, honestamente, es algo como dejar de fumar después de haber sido diagnosticado con cáncer.
Algunos de los carros de mi niñez ya no existen. Kaiser-Frazier fue el reto mayor de la postguerra a los Tres Grandes. Sus modelos incluía el Kaiser Custom Vagabon de 1949, el sedan de cuatro puertas Frazer Manhattan de 1948, los sedanes Dragon y los dos puertas Henry J. En 1970, Kaiser, que entonces se llamaba Kaiser Jeep Corporation se vendió a American Motors Corporation.
Otras compañías o cerraron o fueron compradas. Entre estas estaba la Packard, la Studebaker, y Hudson, que empezó a fabricar autos en el 1909 y, al igual que otras empresas automotrices, a principios de 1942 recibió órdenes del gobierno de dejar de fabricar autos y concentrarse exclusivamente en los contratos de guerra. En el 1954, Hudson eventualmente se unió a Nash-Kelvinator para convertirse en American Motors, una compañía que duró de una u otra forma hasta 1987 cuando Chrysler la tomó.
Ninguna de estas compañías (y muchas más antes y después de ellas con nombres como Tucker, DeLorean y Duesenberg) recibieron ayuda del gobierno. Si no podían vender sus productos con ganancias, se vendía o cerraban. La gente que trabajaba para ellas encontraba otros empleos. Nadie se moría de hambre.
Los estadounidenses se han beneficiado del capitalismo. Nuestro gobierno no debe estar socavando un sistema económico que ha producido más prosperidad para sus ciudadanos que cualquier otra nación en la tierra. No puede estar sosteniendo por siempre a compañías que fabrican productos que no toda la gente desea comprar. Si un creciente número de personas prefieren autos que no son fabricados por la GM y la Chrysler, ¿cómo podrá un plan de rescate del gobierno hacer que los compren?
El cartel de “cerrando el negocio” debe ponerse ahora. No debe esperarse que los contribuyentes estén sosteniendo a compañías moribundas, a menos que nos den un auto gratis. Pero eso sólo pasa en el programa de TV de Oprah. © 3009 Tribune Media Services, Inc.
var gaJsHost = (("https:" == document.location.protocol) ? "https://ssl." : "https://www.");
document.write(unescape("%3Cscript src='" + gaJsHost + "google-analytics.com/ga.js' type='text/javascript'%3E%3C/script%3E"));
var pageTracker = _gat._getTracker("UA-2202298-2");
pageTracker._trackPageview();
- 28 de diciembre, 2009
- 16 de junio, 2012
- 1 de octubre, 2012
- 8 de junio, 2012
Artículo de blog relacionados
Perfil A estas alturas, todos nosotros, cuando trabajamos y tenemos necesidad de controlar...
17 de octubre, 2009Por Marcelo Elizondo Clarín Plantea Robet Adkinson (Information Technology & Innovation Foundation) que...
24 de enero, 2024Editorial – Diario Exterior Los primeros pasos de Felipe Calderón como presidente de...
20 de diciembre, 2006Por Jorge Castro Perfil En las últimas dos semanas, Estados Unidos experimentó la...
22 de septiembre, 2008