La Constitución del Senador Feingold
Una simple disculpa habría bastado. En lugar de eso, el Senador Russ Feingold ha decidido acompañar su masacre McCain-Feingold de la Primera Enmienda con Feingold-McCain, más vandalismo contra la Constitución.
El Demócrata de Wisconsin, impregnado de la tradición progresista de su estado, explica, como explican con frecuencia los presuntos enmendadores de la Constitución, que él es reticente a modificar de forma chapucera el documento, pero que no tiene otro remedio en vista de que la amenaza para el bien común es inmensa: algunos gobernadores se han venido portando mal últimamente en lo que a designar al candidato a ocupar vacantes en el Senado estadounidense se refiere. La solución de Feingold, de la que John McCain es co-auspiciador, consiste en enmendar la Decimoséptima Enmienda. Ya puestos sería mejor derogarla.
Los Padres de la Constitución establecieron la elección de los senadores por parte de los legisladores de cada estado, bajo cuyo sistema la nación vio el Gran Triunvirato (Henry Clay, Daniel Webster y John Calhoun) y prosperó. En 1913, los progres, seguros de que más democracia, y mucho más directa, es siempre fabulosa, hicieron ratificar la Decimoséptima Enmienda. Ésta regula la elección popular de los senadores, sistema bajo el cual Wisconsin ha elegido, entre otros, a Joe McCarthy, así como a Feingold.
La Decimoséptima Enmienda reza que siempre que se produzcan vacantes en el Senado, "la autoridad ejecutiva" del estado aludido "convocará elecciones para ocupar dichas vacantes: Queda estipulado, que la legislatura de cualquier Estado puede autorizar a su Ejecutivo a realizar un nombramiento provisional hasta que las vacantes sean cubiertas mediante elecciones en la forma que disponga la legislatura.” La enmienda de Feingold reza:
“Nadie ocupará el puesto de Senador de un Estado a menos que dicha persona haya salido elegida por el pueblo del mismo. Siempre que en la representación de cualquier Estado en el Senado se produzcan vacantes, la autoridad ejecutiva de dicho estado convocará elecciones para ocupar dichas vacantes.”
Feingold afirma que convocar elecciones para reemplazar a senadores es necesario para hacer al Senado "tan cercano al pueblo como sea posible.” Bueno, La Cámara, elegida directamente y con mandatos de dos años, fue diseñada para la cercanía. El Senado, elegido de forma democrática indirecta y con mandatos a seis años, era más deliberatorio que cercano.
Además, condicionar la composición del Senado a las legislaturas de los estados cumplía una finalidad en la estructura del federalismo. Conceder a los estados un papel importante a la hora de determinar la composición del gobierno federal daba poder a los estados para resistirse a lo que viene sucediendo desde 1913 — la reducción progresista (en ambos sentidos) de los estados a apéndices administrativos del gobierno federal.
Escindir a los senadores de las legislaturas de los estados, capaces de vigilarlos y hasta de instruirlos, los hizo más susceptibles a la influencia de grupos de interés organizados a nivel nacional radicados en Washington. Muchos de esos colectivos, partidarios de una única escala en Washington para cosechar favores en lugar de escalas en todas las capitales estatales, hicieron campaña en favor de la Enmienda. También hizo campaña la maquinaria política urbana, que por entonces organizaba a un electorado desinformado trufado de inmigrantes. Las Alianzas entre dichos intereses y los senadores condujeron a la prolongación del ejercicio de los senadores.
Los Padres Fundadores dieron a las tres ramas políticas del gobierno federal (la Cámara, el Senado y la Presidencia) electores diferentes (el pueblo, las legislaturas de cada estado y el padrón electoral concebido originariamente) con el fin de reforzar el principio de la separación de poderes, en virtud del cual el gobierno se controla mediante el equilibrio entre los tres componentes.
Aunque los izquierdistas afirman verbalmente respetar "la diversidad", con frecuencia tratan el federalismo como un molesto obstáculo a su impulso a la homogeneidad. Feingold, que está orgulloso de que Wisconsin sea uno de los cuatro únicos estados que exigen claramente elecciones especiales de reemplazo de senadores bajo cualquier circunstancia, quiere imponer la elección de Wisconsin a los otros 46. Sí, reconoce, cada uno de los estados podría elegir libremente aprobar leyes como las de Wisconsin, pero hacer esto "estado a estado sería un proceso largo y difícil.” El pluralismo resulta una tediosa pérdida de tiempo.
Alarma de ironía: la enmienda de Feingold que exige la celebración de elecciones para ocupar vacantes en el Senado deberá cualquier tirón que gane a la oposición de los Demócratas del Senado a celebrar unos comicios para elegir el reemplazo de Barack Obama. Esa oposición condujo al presente desastre Blagojevich-Burris.
Al restringir la financiación a la defensa política de causas, la ley McCain-Feingold de administración de la libertad de expresión concede al gobierno las competencias para regular la cantidad, el momento y el contenido del discurso político. Gracias a Feingold, a McCain y a los demás, la Primera Enmienda reza ahora, en la práctica: "El Congreso no promulgará ninguna ley… que limite la libertad de expresión a menos que lo desee de veras con el fin de garantizar que haya la misma medida de libertad de expresión a propósito del gobierno que el gobierno considere adecuada, y en los momentos que el gobierno considere oportunos.”
Ahora Feingold se propone difamar el federalismo y alejar de mala manera al Senado aún más de la naturaleza y las funciones que prefirieron los Fundadores. Es, como quien dice, un progresista sin complejos, pero que tiene cada vez más de lo que disculparse.
© 2009, Washington Post Writers Group
- 25 de noviembre, 2013
- 5 de mayo, 2025
- 25 de marzo, 2015
Artículo de blog relacionados
El Independiente, México Las últimas elecciones han sido una estafa. Uno de cada...
8 de abril, 2023Por Ricardo Mejía Cano El Colombiano – Medellín En el Índice de competitividad...
25 de agosto, 2008- 22 de abril, 2008
América Economía El aspirante presidencial demócrata Barack Obama enfrenta el desafío esta semana...
25 de agosto, 2008