Los inversionistas buscan la luz en el ‘feng shui’

The Wall Street Journal

Hong Kong – Unos 170 inversionistas con un patrimonio de al menos US$1 millón cada uno llenaron hace poco un salón del hotel Four Seasons de esta ciudad para escuchar las opiniones de Alion Yeo sobre las perspectivas de los mercados. La audiencia, clientes del banco europeo ABN AMRO, lo acribillaron con preguntas.

"El presidente de Estados Unidos y el secretario del Tesoro nacieron en el año del buey", dijo un cliente. "¿Es esto un problema?".

La respuesta de Yeo: Sí. Los dos bueyes a cargo de la economía estadounidense son un acci‐dente en potencia. Es mejor esperar hasta después de enero de 2010 para invertir en EE.UU., aconsejó.

Olvídese de pedir la asesoría de un corredor. Aquí en Hong Kong, cuando un maestro de feng shui habla, la gente escucha.

Alrededor del mundo, mucha gente ha consultado a maestros del feng shui (un sistema chino que cree en la influencia de las estrellas, la geografía y la ubicación de los objetos en las vidas de las personas) para obtener consejos sobre cómo maximizar su buena fortuna y bienestar a través de la decoración de la casa. Pero en Hong Kong, maestros de feng shui (literalmente, "viento y agua") también opinan habitualmente sobre cuestiones económicas. Y tras un año de grandes pérdidas financieras, éstos líderes están encontrando una audiencia especialmente receptiva.

Raymond Lo, un conocido veterano de feng shui en Hong Kong, afirma que en las últimas semanas ha registrado un aumento del flujo de banqueros y gestores de dinero de alto nivel que llegan en busca de sus opiniones sobre acciones y de sus "consultas sobre el destino".

William Lee, un empresario jubilado de 70 años que afirma que aún tiene sustanciales activos bursátiles, decidió consultar a un maestro de feng shui en el famoso templo de Wong Tai Sin, de Hong Kong. "No está de más escuchar una segunda opinión, ¿cierto?"

"Los inversionistas solían confiar en los bancos y en los fondos de inversión", asegura por su parte Liu Qiao, profesor de la Universidad de Hong Kong. "Ahora, la gente ve que los banqueros profesionales cometen errores muy estúpidos, y creo que eso explica por qué tantas personas están tomando otros caminos, como consultar a maestros de feng shui o rezar en templos".

En Hong Kong, buscar orientación en el feng shui es ampliamente aceptado, incluso entre la elite empresarial.

El año pasado, los banqueros se ganaron una reputación especialmente mala en Hong Kong luego de que inversionistas perdieran fortunas en productos financieros exóticos que fueron ofrecidos agresivamente por gestores de dinero.

Hoy, algunos bancos siguen la corriente.

CLSA Asia-Pacific Markets revivió este año su popular "índice feng shui", y envió guías de inversión a 5.000 gestores de dinero en 1.200 instituciones financieras.

La guía, que está basada en las adivinaciones de dos maestros de feng shui, predice alzas bursátiles breves este mes y en abril en el índice de referencia de Hong Kong, el Hang Seng, antes de tocar fondo en agosto, para subir otra vez en el último trimestre del año.

Muy en serio

"A los clientes les encanta este informe", señaló Simone Wheeler, una vocera de CLSA.

En el Bank of China International, Lawrence Lau, un analista del sector de energía, hace las veces de maestro de feng shui.

En una nota reciente a sus clientes escribió: "Aunque algunos pueden pensar que la superstición antigua tiene poco que ofrecer en términos de asesoría de inversión, le pido a los lectores que se pregunten a sí mismos: ¿Han funcionado mejor en el último año todos sus modelos cuantitativos sofisticados y sus análisis fundamentales?".

Paso seguido, Lau recomendó que los inversionistas este año pongan su dinero en acciones relacionadas a los elementos de fuego y madera, es decir, empresas en los sectores de energía, electrónicos y agricultura.

En el evento organizado por ABN AMRO, Yeo, el maestro de feng shui, insistió en su visión negativa sobre EE.UU. El presidente Barack Obama, dijo, quizás debería considerar lucir el emblema de una rata para balancear la desgracia tradicional de ser un buey en el año del buey. "Quizás alguien debería darle un gorro del ratón Mickey", sugirió.