Argentina: Gobierno rico, productores pobres
La situación de los productores agrícolas en general y de los productores de soja en particular será realmente dramática cuando se acerque la cosecha. Todos tienen miedo del momento en que entren en acción las máquinas cosechadoras y se confirmen los bajos rendimientos, consecuencia de la peor sequía sufrida en los últimos 50 años.
El Gobierno no ha tomado conciencia de la terrible crisis social que se avecina y sigue con el argumento de que el campo debe ayudar al resto de los sectores. El gran interrogante es quién ayudará al sector agropecuario.
Veamos algunos ejemplos. En la zona de Venado Tuerto, si bien se sufrió una tremenda sequía, las lluvias recientes ayudaron a la recuperación de los cultivos de soja. Aun así, los rindes esperados están un 30% por debajo de los alcanzados en la campaña anterior. Con una hipótesis optimista de 3000 kg/ha, el productor obtendría una ganancia de 55 dólares por hectárea, mientras que el Gobierno embolsaría 346 dólares por hectárea en concepto de retenciones. Si el productor obtuviera 2500 kg/ha, su ganancia se convertiría en una perdida de 26 dólares por hectárea, pero el Gobierno seguiría ganando: en este caso, US$ 289 por hectárea. Con 2000 kg/ha, el productor perdería 107 dólares por hectárea y el Gobierno ganaría 230 dólares por tonelada. La moraleja es que, mientras los productores se funden, el Estado se enriquece, aun en la situación de pérdida y quebranto.
En la zona del NOA, con un rinde de 2500 kg/ha los productores de Salta podrían ganar US$ 44 por hectárea, mientras que el Gobierno ganaría 289. El análisis efectuado por nuestra consultora revela que el 80% de los productores del NOA tendrán pérdidas, mientras que el Estado igualmente seguirá ganando. En conjunto, los productores del NOA perderán este año US$ 72 millones mientras que el gobierno obtendrá ganancias por US$ 235 millones.
En Santa Fe, prácticamente todos los productores de la zona norte no tendrán rendimientos que les permitan compensar el doble costo de producción (costo genuino más costo retenciones) y tendrán que afrontar pérdidas por US$ 182 millones, mientras que el Gobierno ganará US$ 112 millones.
El Ejecutivo se preocupa por los sectores más necesitados, pero no toma conciencia de que decenas de miles de productores y sus familias van derecho al precipicio. Habrá una nueva clase social de productores desocupados con tierra y sin renta, que arrastrarán en su suerte a muchas localidades y pueblos chicos del interior.
¿Que país racional permite que su aparato productivo se destruya como consecuencia de su política económica? ¿Se pensará que los productores entrarán en el blanqueo impositivo repatriando sus abundantes ganancias del pasado y girando desde Suiza miles y miles de millones de dólares?
La sequía causó pérdidas irreversibles en la soja de primera y fuertes caídas de rindes en la soja de segunda. Estamos hablando del principal cultivo del país con más de 17 millones de hectáreas sembradas y un volumen de producción estimado que difícilmente pueda superar los 37 millones de toneladas, contra 50 millones de toneladas producidas en la campaña anterior.
A los valores actuales de mercado, los productores de soja deberán asumir una pérdida de más de US$ 1400 millones, mientras que el Gobierno tiene asegurado un ingreso, con el 35% de retenciones, de más de US$ 4.000 millones. Esto es así pues las retenciones, el más perverso de los impuestos, se aplican sobre el valor bruto de la producción y actúa como un costo más de producción.
En muchos casos, el impacto de las retenciones equivale al 100% del costo de producción. ¿Acaso el gobierno no pregona la ayuda a los sectores de la economía más desprotegidos, aplicando subsidios a las tarifas eléctricas, de gas y de transporte público? Ahora que el sector agropecuario pasó a categoría de desprotegido, se ignora por completo esa realidad. Si el país quiere atravesar la crisis que se avecina, deberá hacerlo de la mano de su sector agropecuario, que en los últimos 5 años aportó divisas por más de US$ 120.000 millones y le permitió al gobierno recaudar más de US$ 30.000 millones en concepto de retenciones. Si el Gobierno no escucha el reclamo genuino del sector agropecuario, la crisis en el interior será cada vez de mayor gravedad, pues ya no sólo está en juego la ganancia de los productores, sino también la vida de muchos pueblos del interior y su impacto en las grandes ciudades.
El autor es ingeniero. Es consultor y analista del mercado de cereales.
- 12 de enero, 2025
- 5 de noviembre, 2015
- 23 de julio, 2015
- 8 de enero, 2025
Artículo de blog relacionados
- 6 de agosto, 2011
- 23 de febrero, 2023
Siglo 21 (A propósito de “Barillas Libre”) Debido a la preeminencia, el poder,...
4 de mayo, 2012Por Marissa Krienert La Prensa, Panamá Muchos estudios demuestran que los individuos que...
20 de septiembre, 2010