¿Una crisis con explosiones sociales?
Un nuevo estudio del Banco Mundial estima que la crisis financiera mundial producirá 6 millones de nuevos pobres en Latinoamérica este año, dando lugar a temores de que, además de la recesión económica, veamos explosiones sociales en algunos países.
Escuché estos temores en el curso de entrevistas que les hice al ex presidente de brasileño Fernando Henrique Cardoso y al ex presidente peruano Alejandro Toledo, quienes dirigían una reunión de alrededor de una docena de ex jefes de Estado de la región en Sao Paulo, Brasil.
Ambos señalaron que muchos de los actuales líderes latinoamericanos están minimizando el posible impacto de la crisis mundial en la región.
Cardoso, el dos veces presidente que inició la recuperación económica de Brasil, me dijo que en su país muy pocos creen en las proyecciones económicas del Gobierno, según las cuales la economía de Brasil crecerá un 4 por ciento este año. La mayoría de los economistas independientes calculan un crecimiento de 0.8 por ciento para el país este año.
''Si la crisis persiste, será más grave de lo que están diciendo los presidentes [de la región]'', me dijo Cardoso. «Por supuesto, los presidentes en ejercicio tienen que mantener la esperanza y la moral en alto, pero yo creo que están exagerando''.
Aunque Brasil y otros países latinoamericanos están mejor preparados para enfrentar la crisis que Europa del Este y los países asiáticos, entre otras cosas porque han acumulado más reservas en divisas extranjeras, ''decir que el cielo está azul cuando está lleno de nubes es arriesgado. Es mejor que nos preparemos ahora y no que lo lamentemos más tarde'', dijo Cardoso.
Toledo, el ex presidente peruano, criticó las proyecciones oficiales de su país que prevén que la economía crecerá alrededor de 5 por ciento este año.
''Yo quisiera compartir ese optimismo, pero cuidado: levantar falsas expectativas puede ser peligroso'', dijo Toledo. «La frágil clase media está entrando en la pobreza, y los pobres están cayendo al estrato de pobreza extrema. Eso puede crear un continente de tumulto, que ahuyenta a los inversores, impide el crecimiento, y debilita la gobernabilidad democrática''.
En los últimos cinco años, Latinoamérica ha crecido más de un 5 por ciento anual, su período más largo de prosperidad económica en más de cuatro décadas. Pero con la recesión que afecta a Estados Unidos y China, los principales mercados de exportación de la región, Latinoamérica tendrá un crecimiento nulo este año, según el Banco Mundial.
Casi todos los economistas independientes prevén que el crecimiento regional estará entre uno y menos uno por ciento, con algunos ultrapesimistas, como el grupo Capital Economics, de Londres, que prevé una contracción de 4 por ciento en toda la región, la mayor caída desde la década de 1930.
De los 6 millones de nuevos pobres que se calculan para este año, 4 millones serán ex trabajadores urbanos de la clase media que perderán su empleo en la industria textil, automotriz y otras industrias exportadoras, según el Banco Mundial. Los 2 millones restantes serán personas que hubieran ascendido a la clase media si la crisis no hubiera golpeado a la región.
El potencial de inestabilidad se basa, entre otras cosas, en que los ex trabajadores de clase media que posiblemente engrosen las filas de los pobres tienden a estar más organizados –ya sea por su pertenencia sindical o por su filiación política– que otros sectores de la sociedad, dicen los que temen una mayor agitación social en la región.
Además, mientras el presidente Obama y otros líderes de países ricos tienen altos niveles de popularidad, en varios países latinoamericanos los presidentes tienen menores índices de apoyo.
¿Usted teme que se produzcan explosiones sociales en la región?, le pregunté al economista del Banco Mundial Marcelo Giugale.
''Es algo que puede evitarse'', dijo Giugale. 'Los países latinoamericanos podrían pagar más y mejores servicios para los pobres eliminando los `subsidios universales' al agua, el combustible y la educación universitaria, cuyos principales beneficiarios son la clase media alta y los ricos''.
Venezuela, por ejemplo, gasta, $12 mil millones anuales subsidiando el precio del combustible, aún cuando un 44 por ciento de ese subsidio está destinado al 20 por ciento más rico de la población. México gasta $7,600 millones anuales para pagar por la universidad gratuita, cuando más de la mitad de los estudiantes que se benefician de ese subsidio proceden de la clase media alta y de la clase alta.
Mi opinión: Es hora de que los líderes latinoamericanos sean más francos respecto de la situación real de sus países, y será mejor que aprovechen la oportunidad para hacer cosas tales como eliminar los subsidios a los ricos, reducir los gastos militares y flexibilizar las leyes laborales para estimular la creación de nuevos empleos.
De otra manera, si la crisis persiste, los temores de inestabilidad política podrían convertirse en realidad.
- 23 de julio, 2015
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