Venezuela: El control de precios
En aquel tiempo el ministro de Fomento, Carmelo Lauría y Diego Arria, gobernador del Distrito Federal, fueron los encargados de aplicar un sistema de control de precios que abarcaba desde las arepas hasta las medicinas. Al final no se controló de forma efectiva la inflación pero si se desestímulo la producción. Ahora, el ministro de Comercio, Eduardo Samán, quiere reinstaurar con mayor fuerza parte de la política económica de Carlos Andrés Pérez, treinta y cuatro años después, como si la experiencia no contara y sin tomar en cuenta los aportes de la ciencia económica al estudio y comprensión del funcionamiento de los mercados.
Algunas veces cuesta explicar los temas económicos a los ministros del área que no tienen nociones básicas de la teoría económica. Pero es un reto alentador transmitirles a los lectores de forma pedagógica el funcionamiento de un mercado para que de esa manera puedan valorar adecuadamente lo que los altos funcionarios son incapaces de entender. Para ese propósito se va a seguir el contenido del grafico anexo con la petición al lector de tener un poco de paciencia, nada más. La curva de oferta refleja los bienes que está dispuesto a vender el productor. Esta inclinada positivamente porque en la medida en que sube el precio mayor será el incentivo para aumentar la producción. Pero el productor no está solo en el mercado, también existen los consumidores, quienes pueden optar no consumir el bien si el precio es muy elevado o buscar un sustituto. Por esa razón la curva de demanda se inclina negativamente, al caer el consumo cuando se incrementa el precio. Por tanto, el productor estará interesado en precios más altos para sus bienes mientras que el consumidor aspira a precios más bajos. En consecuencia, cuando hay competencia, el precio que equilibra esas dos fuerzas no la fija ni el productor ni el consumidor aisladamente, se ubica en el punto E, donde se produce la cantidad Ce al precio Pe. Allí están satisfechos los productores y consumidores.
Suponga ahora, que el presidente Chávez y el ministro Samán consideran que el precio Pe es muy alto y deciden bajarlo de forma administrativa mediante un control de precios estableciendo un precio controlado Pc. En ese caso, el productor estará dispuesto a producir solamente la cantidad al precio controlado (Co) pero el consumidor que ahora encuentra el precio más bajo demandará la cantidad Cd. Es claro que el mercado está en desequilibrio al existir un exceso de demanda sobre la oferta y ello crea una presión inflacionaria permanente.
Pero es digno de destacar que el efecto del control de precios fue la disminución de la producción desde Ce hasta Co, es decir, desde el punto E hasta el punto A. Eso es lo que suele ocurrir cuando se instaura un control de precios, los productos son baratos pero no se producen porque no hay incentivos para el productor. El consumidor está contento debido a que el bien tiene un precio bajo pero ese bien no aparece en el mercado y eso es lo que se conoce como escasez, mal endémico de la cual padecieron las economía centralmente planificadas o socialistas, donde un grupo de burócratas desde sus oficinas establecían cuánto y a qué precio se producía.
Así como es absurdo fijar el precio de un bien cualquiera, considérese la fijación del precio del petróleo. Imagínese que existiese un superministro de comercio mundial llamado Eduardo Samán, que procura determinar el precio justo del petróleo. A Venezuela le ha convenido precios elevados. De hecho con un costo por barril de US$ 10, lo llegó a vender en US$ 135 por barril. Según los criterios del gobierno, Venezuela sería un especulador y usurero en el comercio internacional del petróleo porque estaría obteniendo ganancias extraordinarias a costa de los pobres consumidores. ¿Cuánto es ese precio justo? Nadie puede saberlo. En julio de 2008 el precio petrolero estaba en US$ 140 por barril y actualmente roza los US$ 40 por barril. ¿Cuál de los dos es el precio justo? Yo no me atrevo a decir cual de los dos, sería conveniente que lo intente el ministro Samán. Si la inflación se curara con controles de precios en el mundo no existiría la inflación. ¿Han pensado en esto tan simple quienes en Venezuela dirigen los asuntos económicos?
En Venezuela, a diferencia de la inmensa mayoría de los países civilizados, cada vez que la inflación aumenta las autoridades económicas han recurrido a dos medidas, que no resuelven el problema, pero dan la sensación de que se puede detener el alza de los precios. Esas medidas son los controles de precios y de cambio. El control de precios en Venezuela hizo su debut en el infausto primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, entre 1974 y 1978 con el objeto de prevenir el brote inflacionario con motivo del aumento vertiginoso de los precios petroleros y el incremento desorbitado del gasto público.
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