La declaración de la cumbre: ¿una broma?
No me malentiendan: estoy muy a favor de la Cumbre de las Américas que se realizará el 17 de abril, y será el primer encuentro colectivo del presidente Barack Obama con los jefes de estado de América Latina, pero el borrador de la declaración final de la cumbre parece una broma.
La Declaración de Compromiso de Puerto España, de 11 páginas, cuyos detalles finales se están negociando esta semana en Trinidad y Tobago –el país sede de la cumbre– es una mezcla de declaraciones de buena voluntad y cháchara diplomática. Eso no sería tan grave, si no fuera porque los países participantes han invertido dos años de largas y costosas negociaciones para preparar este documento.
Mientras escribo estas líneas, los embajadores de los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) reunidos en Puerto España, la capital de Trinidad y Tobago, ya han aprobado 73 párrafos de la declaración final, mientras que otros 23 párrafos aún siguen negociándose.
He aquí algunos artículos del proyecto de declaración:
• Artículo 1: «Guiados por un espíritu renovado de cooperación, integración y solidaridad regional… nos hemos reunido en Puerto de España en la 5ta. Cumbre de las Américas, con el firme compromiso de mejorar el bienestar de nuestros pueblos, adelantando soluciones colectivas a los desafíos más apremiantes que enfrenta nuestro hemisferio''.
( Mi comentario: ¡Qué bueno! Pero, ¿para qué otra cosa se reunirían? ¿Para empeorar el bienestar de sus pueblos?)
• Artículo 2: «Conforme a los principios y valores de la Carta de la OEA estamos decididos a continuar nuestra lucha contra la pobreza, el hambre, la exclusión social, la discriminación y la desigualdad que afligen las vidas y erosionan las esperanzas de tantas personas de nuestro hemisferio''.
( Mi comentario: ¡Qué alivio! ¡Gracias a Dios, no han decidido cambiar de idea y firmar un documento acordando abandonar la lucha contra la pobreza y el hambre!)
• Artículo 39: «Todo desarrollo social y económico depende de la conservación y protección del medio ambiente. Por consiguiente, reafirmamos nuestro fuerte compromiso con el desarrollo sostenible, tal como se ha declarado en las Cumbres Mundiales de Desarrollo Sostenible de Río, en 1992, Johannesburgo, en el 2002, la Declaración de Santa Cruz de la Sierra de 1996, la Declaración de Santa Cruz de la Sierra más 10 del 2006, y en los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU''.
( Mi comentario: Si los presidentes están de acuerdo con las declaraciones que han firmado en el pasado, ¿para qué perder tiempo y dinero ''reafirmando'' lo que ya firmaron?)
• Artículo 49: «Les negaremos cualquier recurso a terroristas y criminales, y combinaremos nuestros esfuerzos para identificar, seguir, incautar y congelar activos asociados con el terrorismo y el crimen organizado, de acuerdo a la legislación nacional y en coherencia con la ley internacional''.
( Mi comentario: Fantástico saber que los presidentes están contra los criminales, pero la segunda parte de este artículo invalida la primera.)
Creo que ya me deben estar entendiendo. Como un árbol de Navidad, estas declaraciones siguen creciendo con cada nueva cumbre. Las ''declaraciones finales'' y los ''planes de acción'' de las cuatro Cumbres de las Américas previas han producido un total de 1023 artículos, sin contar los que serán aprobados en Puerto España.
Al igual de lo que ocurre con las Cumbres Iberoamericanas, y tantas otras, los diplomáticos se pasan años –a expensas de los contribuyentes– reuniéndose en hoteles de lujo en varios países de la región para debatir cada artículo en particular. Con frecuencia, los diplomáticos se pasan horas discutiendo sobre si un párrafo debe comenzar diciendo ''apoyamos categóricamente'', o ''reafirmamos nuestro compromiso'', o ''tomamos nota de'' tal o cual cosa.
Cuando recientemente le pregunté al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, si estas declaraciones finales no son ridículas, mencionó varios logros de las cumbres anteriores en áreas como la pobreza y los derechos humanos. Sin embargo, Insulza admitió que estas declaraciones finales ''son demasiado largas'' e innecesariamente reiterativas.
''Muchas veces reflejan la suma de cosas que las cancillerías de los distintos países ponen ahí, y naturalmente los presidentes no deberían meterse en tantos detalles, ni entrar en tantos temas a la vez'', me dijo Insulza. «Si ya dijimos lo que dijimos sobre la pobreza y la desigualdad, probablemente no debiéramos decirlo de nuevo, pero me temo que nuevamente las cancillerías quieran decirlo''.
Mi opinión: Lo primero que Obama y los líderes latinoamericanos deberían hacer en esta cumbre es reemplazar casi todos los párrafos de su declaración final por una sola frase: «Reafirmamos nuestro compromiso con todos los acuerdos anteriores firmados por nosotros y nuestros predecesores en las cumbres pasadas''.
Después, deberían tratar de lograr un puñado de acuerdos concretos. La declaración final no tendría más de cuatro o cinco párrafos, y todos ahorraríamos mucho tiempo y dinero.
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