El Salvador: La Corte Suprema y la unidad del país
Se dice que El Salvador está entrando en esta etapa gravemente dividido, porque el nuevo presidente logró el gane con un margen muy pequeño. La evidencia sugiere, sin embargo, que el país no está dividido porque el mandato era igual para los candidatos de los dos partidos principales: hacer un cambio de administración dentro del mismo sistema político y económico. El ahora presidente electo logró ganar porque logró convencer a un buen porcentaje del electorado moderado de que con él habría "un cambio seguro". La mayoría de salvadoreños quieren un régimen moderado, una mayoría que incluye casi todos los que votaron por él y por ARENA.
Correctamente, el presidente electo está enfocándose en calmar y reunificar al país después de una campaña dura, como primer paso para enfrentar la crisis mundial. Dada la tradición opositora que el FMLN creó en los últimos años, sería muy fácil para la nueva oposición el jugar a la desestabilización y la obstrucción de todo lo que el nuevo mandatario quiera hacer, como el FMLN jugó y obstruyó por tantos años. Pero hacerlo así sería abandonar al país en medio de una tempestad. Eso no puede hacerse.
La verdad es que la gran transición hacia la alternabilidad en el ejercicio del poder requiere de un cambio completo en la manera de hacer política en el país. Afortunadamente, ARENA ha dado todas las muestras de que va a cooperar con el presidente electo en todas aquellas actividades que estén de acuerdo con la Constitución y el régimen de libertades del país. El país entero está dispuesto a colaborar con un Mauricio Funes que guíe al país dentro de la Constitución y su régimen de libertades en los momentos críticos que vivimos.
Hay dos amenazas que el presidente electo Funes está confrontando en sus esfuerzos por dar calma y unidad. Una es una amenaza directa, explícita, de parte de los sectores más radicales del FMLN, que la semana pasada hicieron a través del líder histórico Dagoberto Gutiérrez un llamado a la formación de comités de cuadra y otras organizaciones opresivas "para defender la revolución". Este no es el mandato del pueblo. Es el remanente de los que quieren imponer su tiranía sobre el pueblo. Son los que se oponen a la democracia, y que ahora hacen llamados al levantamiento porque sospechan que Mauricio Funes es democrático.
La otra amenaza es más sutil pero más efectiva, es la amenaza que el mismo FMLN está planteando al pretender politizar la Corte Suprema de Justicia, llevando como candidato para la presidencia de dicho órgano al Dr. Fabio Castillo, fundador y ex-secretario general del partido. El Dr. Fabio Castillo sin duda podría desempeñar muchos otros cargos pero no el de miembro de la Corte Suprema de Justicia porque su carrera política lo inhabilita. Varias veces en estas columnas he dicho, refiriéndome a personas de ARENA ocupando puestos en los que puede haber conflictos de interés, que los que ocupan dichos puestos deben ser como la mujer del César, no sólo ser íntegros sino también parecerlo. Esto también se aplica a la Corte: sus miembros no sólo no deben usar la Corte para propósitos políticos partidistas sino que no deben despertar la mínima sospecha de que lo harían.
Una persona como el Dr. Fabio Castillo en la presidencia de la Corte, con razón o sin razón, despertaría el miedo en la sociedad entera de que el FMLN está buscando controlar el órgano judicial para politizarlo y convertirlo en un instrumento para perpetuarse en el poder, como ha pasado en Nicaragua y en otros países satélites de Cuba y de Venezuela. Esta sospecha detendría la inversión y llevaría al país a un desastre económico, social y político sin precedentes, exactamente en un momento en el que podría estar entrando en una nueva, superior etapa de su democracia. Esto destruiría la administración del presidente electo Funes.
Esto no le conviene al presidente electo Funes, no le conviene al FMLN, no le conviene al país. Sólo le conviene a los extremistas que quieren el caos para tomar el poder y establecer tiranías. El FMLN tiene que mostrar al pueblo que ya no es más así, que está dispuesto a ejercer la moderación que le permitirá contar con el apoyo de la oposición en el manejo del país en medio de las aguas turbulentas en las que nos encontramos. Para lograr esto, el FMLN debe retirar la candidatura del Dr. Fabio Castillo y la de las personas que lo acompañan en la lista, y permitir que se elabore por los canales correctos una verdadera lista de consenso con personas que, siendo connotados juristas, no tengan un historial político que haga surgir dudas sobre su imparcialidad.
El autor es Máster en Economía, Northwestern University y columnista de El Diario de Hoy.
- 28 de diciembre, 2009
- 28 de marzo, 2016
- 29 de mayo, 2015
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