Tel Aviv cumple cien años
Jerusalén – Tel Aviv, la gran metrópolis de Israel, más antigua que el Estado mismo pero mucho más joven que la capital, Jerusalén, está de fiesta, al celebrarse el centenario de su fundación.
El sábado en la noche se dio apertura oficial a los festejos con una celebración multitudinaria en la céntrica Plaza Rabin.
Aproximadamente 100.000 personas se dieron cita en el lugar para celebrar los 100 años de "la ciudad que nunca descansa", como le llama a menudo en Israel.
Una destacada lista de artistas famosos participaron en el evento, con enormes pantallas reflejando cada minuto del colorido espectáculo, bandas musicales tocando sobre techos de edificios y un impresionante despliegue de fuegos artificiales adornando el cielo.
Ron Huldai, el alcalde de Tel Aviv, resumió ya días atrás su satisfacción: "Cien años después, la visión de los fundadores de nuestra ciudad, que miraron hacia las dunas de arena y vieron el potencial vibrante, se ha realizado. Tel-Aviv Yaffo es una ciudad global pujante cuyos 400.000 residentes están orgullosos de llamar su hogar".
Algo de historia
Mucho ha pasado desde aquel abril de 1909 en el que 66 familias judías que vivían en la ciudad judeo-árabe de Jaffo decidieron construir un nuevo barrio, Ahuzat Bait, frente a la costa.
Con el fin de decidir cómo distribuir las parcelas autorizadas para la nueva localidad, se decidió hacer una lotería. Akiva Arieh Weiss, director del comité encargado del sorteo y una de las figures más destacadas entre los fundadores, recogió 60 conchas grises y 60 blancas de la playa.
Sobre las blancas escribió los nombres de los postulantes y sobre las grises, los números de cada parcela.
Sin planificación alguna, juntó una de cada color y anunció los resultados, destinando a cada familia lo que le había tocado al azar. Fue un paso concreto hacia la construcción de lo que se conoce hoy como "la primera ciudad hebrea".
En 1920 hubo disturbios árabes en Yafo y serios choques entre árabes y judíos, lo cual movió a numerosos de sus habitantes judíos a pasar a la aledaña Tel Aviv. Poco después, las autoridades británicas que ejercían el Mandato en la entonces llamada Palestina desde 1917, autorizaron a Tel Aviv autogobernarse.
El consejo local declaró rápidamente que Tel Aviv era una ciudad, aunque no tenía todavía más que algunas calles y mucha arena.
Fue en el Museo de Tel Aviv que el 14 de mayo de 1948, mientras Jerusalén estaba sitiada por las tropas de la Legión Árabe (el ejército jordano, en la víspera de la guerra de Independencia), el entonces líder de la comunidad judía en el país, David Ben Gurion -quien se convirtió en el primer ministro- declaró la independencia del Estado de Israel.
Multifacética
Tel Aviv es la ciudad más heterogénea de Israel, en la que conviven varios mundos muy dispares.
Es la ciudad de las más altas torres del país -entre las que sobresale la Azrieli, a la entrada misma de la ciudad, viniendo desde el sur- pero también de los parques más grandes, especialmente el Hayarkon.
Es por un lado considerada la ciudad más secular de Israel, la más liberal y abierta, y por otro. su Rabino Jefe, Israel Meir Lau, dice a la BBC que "es una ciudad muy judía, con 545 sinagogas, 200 clases de estudios religiosos diarios y mucho sentimiento de respeto por la tradición".
Lau cuenta satisfecho que "en el primer Consejo Municipal, de 31 miembros sólo uno era religioso, pero hoy hay siete". No está de acuerdo con la imagen que se "asocia" a veces con Tel Aviv, como si fuera el centro del hedonismo, casi del pecado.
Ya en 1933, uno de los más queridos poetas de Israel, Natan Alterman, vaticinó que sería "la capital del entretenimiento" en Israel.
Tiene un sinfín de variados cafés, clubes abiertos toda la noche; están el colorido mercado de Najalat Biniamin -que se llena de artistas callejeros y puestos artesanales de todo tipo, especialmente los viernes en la mañana- y el popular Bulevar Rotschild, en la parte norte de la ciudad.
"En Tel Aviv puedes salir vestida como quieres; nadie te mira, porque uno es más raro que el otro", comenta Eti, una joven estudiante y cuenta que "en Jerusalén, donde nací, es diferente, porque la ciudad es más conservadora".
Y realmente, en sus calles, la sensación es que "hay de todo".
"Nadie puede quitarle su lugar a Jerusalén, la ciudad sagrada, la milenaria", nos dice Shlomo Lahat, que fue alcalde de Tel Aviv durante 20 años."Pero para mí, Tel Aviv es el alma, la ciudad más vibrante de Israel".
Centro cultural
Según el profesor Baruch Kipnis, de la Universidad de Haifa, que acaba de publicar un libro sobre la centralidad de Tel Aviv, el 76% de los artistas y escultores del país viven en el área metropolitana y el porcentaje asciende al 89% cuando de teatro, danza y cine se trata.
El ex intendente Lahat cuenta con orgullo sobre la ópera, el ballet central, el Teatro Nacional Habima, los centros de danza, el teatro en ruso, la Universidad… todo lo que llama "las joyas de Tel Aviv". "Este es un hermoso cumpleaños, porque se ha hecho mucho en la primera ciudad hebrea", dice a BBC Mundo.
"Hubo muchas localidades antes de Tel Aviv, pero como una gran ciudad, algo tan especial como lo que vemos hoy, es única", resume con orgullo.
En 2003, "la Ciudad Blanca" de Tel Aviv fue declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, por la concentración de edificios destacados del estilo arquitectónico Bauhaus.
Centro económico
Tel Aviv es hace ya mucho el centro económico, financiero y comercial de Israel.
Según el profesor Baruch Kipnis, el 70% de las instituciones financieras del país están ubicadas en la ciudad, al igual que el 63% de las compañías de alta tecnología y el 74% de los empleos en empresas de nuevos emprendimientos.
Mario Burstein, que dirige desde hace cinco años la Cámara de Comercio Israel-América Latina, da fe de la centralidad de Tel Aviv. Le parece simbólico que la cámara -una de las 44 bilaterales que existen y que operan en la ciudad- haya sido fundada justamente en Tel Aviv.
En conversación con BBC Mundo comenta que "cada vez que la cámara realiza algún encuentro, cuando lo hace en Tel Aviv, que es lo normal, es un gran éxito, con la presencia de 70 a 80 empresas, hasta 120, pero cuando quisimos abrirnos hacia Haifa o Jerusalén los resultados fueron mucho menores porque la mayoría de las empresas israelíes tienen sede en Tel Aviv".
Nunca indiferentes
"A Tel Aviv se la odia o se la ama", dice a la BBC Uzi Cohen, un taxista que vive en el sur de la ciudad y sostiene estar "enamorado de Tel Aviv, porque nunca descansa y tiene opciones para todo".
Un joven que mandó su opinión sobre la ciudad al sitio de un diario israelí que pidió la participación de los lectores precisamente por el centenario, se manifestó en otros términos, criticando "las complicaciones diarias en la vida normal, de quien tiene que moverse para el trabajo, a todos lados".
En estilo muy singular, comenta que "hay que vender un riñón para conseguir estacionamiento".
"Es que hay mucho movimiento y eso causa complicaciones, es verdad", dice una pareja mayor en la plaza Rabin. "Pero es porque aquí no estamos parados, sino que realmente se vive con intensidad".
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