¿Revolución? No, gracias.
Cuando se utiliza el término "revolución", se entiende que se trata de un cambio importante y positivo en cualquier aspecto. Los profesionales del marketing, por ejemplo, lo utilizan para publicitar un producto: "revolución en el lavado" es el eslogan de una empresa de lavarropas. Pero según la Wikipedia, una revolución es "el cambio o transformación radical y profunda respecto al pasado inmediato. Se puede producir en varios ámbitos al mismo tiempo, tales como económicos, culturales, religiosos, políticos, sociales, militares, etc". O sea, no por el simple hecho de ser una revolución, se entiende que es un cambio positivo y hecho para mejorar las cosas.
Teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente, no podemos negar que en Venezuela y Cuba, por ejemplo, existen gobiernos revolucionarios, pues estos expresan un cambio radical en las políticas de dichos países. Ahora bien, ¿es este cambio positivo? Veamos.
El dictador imperialista venezolano, Hugo Chávez, así como lo hizo el dictador cubano Fidel Castro durante sus 50 años en el poder, asegura que su revolución traerá libertad, paz, seguridad, igualdad, una importante reducción de la pobreza y una mejora en la educación.
Ahora bien, su modelo para alcanzar el "paraíso socialista" es un poco extraño y paradójico, pues pretende promover la libertad censurando a la prensa, encarcelando a la disidencia, oprimiendo manifestaciones pacíficas, expropiándose de todo lo que no le pertenece, cambiando las leyes a su antojo, manejando la justicia como le place e instalándose en el poder hasta cuando se le de la gana (o sea, hasta su muerte).
Tampoco entiendo cómo pretende crear un ambiente de paz y seguridad incitando al odio contra Estados que no se rinden a sus caprichos dictatoriales, contra gente que no piensa como él y contra los judíos, amenazando con iniciar un conflicto bélico en la región o aliándoce a grupos terroristas como las FARC en Colombia y otros islámicos radicales que no ocultan sus intenciones de extreminar a los "infieles", en el Medio Oriente.
También me pregunto a qué se referirá con igualdad ¿Todo el pueblo venezolano debe ser igual de pobre, mientras él y sus ministros pasean por el mundo dándose todos los lujos capitalistas y entregando millones de petrodólares a sus marionetas, como lo hace con Evo Morales, Cristina Fernández o Rafael Correa? Pues en ese caso, debo reconocer que ha logrado la igualdad entre los venezolanos.
Con respecto a la reducción de la pobreza, me parece que primero debería ocuparse de frenar el aumento de la misma.
Y, por último, su "mejora en la educación", no es ni más ni menos que puro adoctrinamiento. Un lavado de cerebro con el objetivo de amar al líder y de odiar al que no comparte las ideas del mismo.
Todas estas políticas son copias exactas de lo que fue el totalitarismo comunista, islámico y nazi, que derivó en genocidios y guerras que se llevaron la vida de cientos de millones de seres humanos. Y no es casualidad que este voluminoso dictador sea aliado o admirador de ellos, ni que todas estas dictaduras, sean teocráticas o socialistas, se consideren revolucionarias. Es por ello que la palabra revolución, cuando se trata de un cambio político, social o económico, me genera cierto temor.
Y creo que mi miedo está justificado si pienso en los gobiernos que se autoproclaman "revolucionarios" como el iraní o el norcoreano o el chino o el cubano o el venezolano, etc, así como las organizaciones "revolucinarias" como las FARC, el Hezbolá, el Hamás, Al Qaeda, ETA, etc.
Me pregunto, entonces, qué es una revolución para la izquierda ¿Será negar el Holocausto o proclamar por la destrucción de un Estado soberano (Israel) como lo hace el dictador iraní? ¿O quizás subirse a un colectivo e inmolarse asesinando civiles inocentes? ¿O fusilar disidentes y homosexuales? ¿O secuestrar y matar seres humanos para "defender la causa"? ¿O dejar a su pueblo hambriento e ignorante para adoctrinarlo en el odio? ¿O quizás expropiarle a la gente sus propiedades, así como sus libertades individuales?
Por último, vale resaltar que todas estas dictaduras se consideran "democracias socialistas", lo cual demuestra que el similar comportamiento de estos gobiernos con el del régimen nazi, no es casualidad, ya que el partido político de Adolf Hitler se llamaba "Nacional Socialista" y se consideraba un demócrata por haber sido elegido por el pueblo, así como lo hace Hugo Chávez.
A todas las personas que no quieren "luchar" contra enemigos imaginarios y que tampoco pretenden ser esclavas de un personaje que los oblige a pensar y a hacer lo que él quiere, sino que sólamente tienen como objetivo el bien propio y de su familia, el cual se consigue sólamente por medio del otorgamiento de libertades individuales, les recomiendo que si les ofrecen una revolución, digan: no, gracias.
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