Cisnes negros, números rojos y economistas pálidos
Es interesante observar la forma en que muchos economistas, pese a fallar estrepitosamente tanto en sus diagnósticos como en sus pronósticos sobre la crisis financiera internacional, han podido mantenerse hábilmente indemnes a las críticas que tales yerros debieran haberles ocasionado. Algunos tendrían que estar pálidos.
Afortunadamente no faltan quienes con buen tino destacan la necesidad de revisar los modelos utilizados por la ciencia económica para pronosticar sus resultados.
Y que con mayor tino aún, ponen en tela de juicio la idea misma de que la misión de la economía sea "pronosticar con precisión matemática".
Tanto los economistas que debieran estar pálidos como las empresas que tienen números rojos (en la jerga financiera, pérdidas) tendrían que leer un artículo sobre los cisnes negros escrito la semana pasada por Nassim Nicholas Taleb en el Financial Times.
Taleb es un libanés radicado en los Estados Unidos y dedicado a las inversiones financieras, que saltó a la fama con su libro titulado precisamente "El cisne negro", sinónimo de evento raro e impredecible.
Tal como fue para los científicos europeos del Siglo XVII descubrir que en Australia había cisnes negros…, dando por tierra con la afirmación "todos los cisnes son blancos", utilizada por entonces como ejemplo de "cosa científicamente comprobada".
El filósofo inglés Francis Bacon ya había mostrado su preocupación por la forma infantil en que los seres humanos nos dejamos engañar suponiendo que la realidad es más simple de lo que verdaderamente es.
Por ejemplo, nos gusta creer en reportes tales como "el mercado hoy bajó porque muchos inversionistas ofrecieron sus acciones a la venta ante la incertidumbre sobre la producción de gas en Rusia".
Mentira. La realidad es que nadie sabe la verdadera razón por la cual el mercado se mueve de cierta forma en un día determinado.
Taleb destaca con acierto que los eventos en verdad importantes son precisamente raros e impredecibles…, como fue el descubrimiento de los cisnes negros, e invita "a desconfiar de quienes le prestan demasiada atención al pasado para proyectar el futuro".
Ciertos economistas son su principal blanco, pues pretenden convertir en decisiones económicas infalibles al "conocimiento y comprensión supuestamente perfectos" que dicen tener de los problemas.
Por el contrario, lo que Taleb intenta convertir en decisiones económicas adecuadas son justamente "la carencia de conocimiento y de comprensión perfectos" que acepta tener de los problemas.
Su reciente artículo, titulado: "Diez principios para un mundo a prueba de cisnes negros" es un listado medidas prudenciales, escritas en un lenguaje elíptico aunque sencillo, que debieran ser tenidas en cuenta por las autoridades gubernamentales y por los agentes privados. Son las siguientes:
1) Lo que es frágil se debería romper rápido, mientras sea pequeño. Apunta al "too big to fail" (demasiado grande para fallar) en que se amparan algunas empresas y bancos.
2) No socializar pérdidas ni privatizar ganancias. Alerta sobre eventuales rescates gubernamentales.
3) La gente que estuvo conduciendo un bus escolar a ciegas nunca debería volver a conducir. Recomienda no esperar soluciones de quienes generaron la crisis.
4) Impedir que alguien con el incentivo de una bonificación dirija una planta nuclear (y que tampoco venda activos financieros….).
5) Balancear complejidad con simplicidad. Alienta a acotar el endeudamiento para limitar la severidad de las burbujas.
6) No darle explosivos a los niños. Sugiere prohibir el uso de complejos derivados financieros, incomprensibles para los inversionistas.
7) Sólo los esquemas Ponzi deberían depender de la confianza. Las autoridades nunca deberían tener necesidad de reestablecerla.
8) No hay que darle más drogas a un adicto. Tomar más endeudamiento para curar problemas de sobre-endeudamiento es negar la realidad.
9) La ansiedad de la gente debería estar sólo en sus propios negocios, que controla, y no en sus inversiones financieras, que no controla.
10) Finalmente, recomienda "hacer una omelette con los huevos rotos": afrontar la crisis tomando decisiones. Entre ellas, descreer de las supuestas certezas infalibles.
Sin dudas, un decálogo muy oportuno.
Hasta la próxima.
El autor es Ingeniero, Máster en Economía (ESEADE, Buenos Aires) y columnista de El Diario de Hoy.
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- 8 de junio, 2012
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