Quiero ser el perro Bo
Supongo que la contracción de la economía está haciendo cuestionar a mucha gente el rumbo de su existencia dentro del género humano.
Con la nueva adquisición de Bo, un perro pescador de una raza conocida como “de agua portugués”, los Obama han despertado una curiosidad insólita, paradójica e incongruente en la mente de la persona común y corriente –por lo menos en mí—Pero no en perro cualquiera, sino en uno que descansa en un lecho de seda, que come croquetas especiales y está rodeado de seres humanos que lo limpian desde la nariz hasta la cola.
Si el presidente Barack Obama es considerado el hombre más poderoso del universo, Bo Obama –nombre legal de la mascota de los Obama—debe considerarse el emperador de la Casa Blanca, el centro de atracción de los paparazzis y una verdadera estrella dentro del mundo surrealista de Hollywood.
¿Y por qué no?Jerry Vlasak, un comedido defensor de animales en Los Ángeles, estaría feliz que Bo liderara una protesta contra los abusos que aparentemente cometen los investigadores académicos en las universidades.
Irónicamente Bo también le ha dado una dosis de amuniciones políticas a aquellos grupos y organizaciones que están inconformes con los negocios que lucran con las mascotas de “pura raza”.“El Presidente no cumplido su promesa”, dijeron.
Por si fuera poco,para unos pocos radicales intolerantes de la extrema derecha, que todavía no aceptan ver a un afroamericano tomando decisiones del país, Bo es como la encarnación de una deidad “oscura” de mal agüero.
Para bien o para mal, Bo es el nuevo centro de atención de los medios de comunicación.Y las ex estrellas de cine y la televisión, Rin Tin Tin y Lassie, deben estar organizando un complot desde sus tumbas.
Al pobre Barney, mascota del ex –presidente George W. Bush, le debe doler que, en su momento de apogeo, las cámaras no le dieron tanta importancia.“De tal palo tal astilla”, dice por un conocido adagio.
No profeso la religión budista, ni tampoco tengo afinidad con creencia en la reencarnación, pero al ver el entorno de felicidad y comodidad que rodea a Bo, a mi si me interesaría reemplazarlo por lo menos por una o dos horas.Después de todo, a quién no le gustaría tener comida gratis, casa gratis y cuidado gratis.
Humberto Caspa es profesor universitario
- 28 de diciembre, 2009
- 23 de julio, 2015
- 14 de noviembre, 2014
- 8 de junio, 2012
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