Difícil luna de miel
El Tiempo, Bogotá
En la ceremonia nupcial que hoy podría celebrarse en Trinidad y Tobago entre el presidente Obama y 34 mandatarios latinoamericanos, hay un invitado peligroso. Siempre histriónico y locuaz, puede llegar a la reunión como otras veces, sin corbata y dueño de un combo de incondicionales, haciendo brotar chispas explosivas con sus declaraciones contra el Imperio. O, para sorpresa de todos, puede disfrazarse de arcángel conciliador. Todo, con tal de no ser ignorado. Ya sabemos quién es: Hugo Chávez.
Aunque Obama no desea en esta reunión tratar temas puntuales de un solo país, es posible que el del embargo a Cuba sea inevitable. Si es Lula da Silva quien lo expone, lo hará de manera respetuosa. Pero si es el presidente venezolano, existe el riesgo de que lo convierta en una agresiva exigencia, hable de un bloqueo criminal y de atropellos a Cuba. De ser así, el prudente Obama se encontraría con el más abrupto de sus interlocutores.
El problema, pues, no es en sí el tema del embargo, sino la manera como se ventile en la Cumbre continental. Nadie cree hoy en la eficacia de esta medida. Más bien, le ha servido de pretexto a Castro para hacer creer dentro y fuera de Cuba que las penurias sufridas por la población de su país no se deben a los típicos desastres económicos de todo régimen comunista, sino a lo que él y sus amigos llaman estruendosamente "el bloqueo".
Si se abre el libre comercio con la isla; si se suspenden -como ya es el caso- las restricciones para el envío de dinero y la visita a los familiares de los exiliados y se permite que dos o tres millones de turistas gringos viajen cada año a Cuba, los cubanos van a llevarse una gran sorpresa: descubrirán que el infame capitalismo, descrito siempre así por los jerarcas de la revolución, es infinitamente más deseable y próspero que el comunismo. El propio dirigente castrista Armando Hart se ha apresurado a hablar del peligro ideológico que representaría para la revolución tal apertura.
El día en que Obama esté dispuesto a enfrentar el tema, no podrá entenderlo como una medida unilateral sin condiciones del otro lado. La más obvia de todas ellas sería la liberación de 200 presos políticos, que siguen viviendo una terrible agonía en las cárceles cubanas. De ella me ha dado testimonio, por haberla sufrido, mi amigo el poeta cubano Raúl Rivero, liberado hace poco más de cuatro años, gracias a la generosa gestión de García Márquez.
De la necesidad de una apertura democrática en Cuba nada dirá Chávez. ¿Qué podría decir si su socialismo del siglo XXI busca imitar el de Castro? En esta cumbre, con la presencia de sus incondicionales Rafael Correa, Evo Morales, Daniel Ortega, y la amistad que con ellos tienen los gobernantes de la izquierda vegetariana de Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay, Honduras y El Salvador, el tema de una democracia amenazada en el continente no será tocado en esta cumbre. El propio Obama lo pasará por alto, como también nuestro presidente Uribe, por la prudencia que le impone la preservación de las relaciones comerciales con Venezuela.
Quedarán en la agenda problemas sin solución, como el de una nueva estrategia en la lucha contra la droga, el proteccionismo, la lucha contra la pobreza, la defensa del medio ambiente y otros, de modo que todo se reducirá a gestos de apertura y buena voluntad de Obama hacia el continente latinoamericano. Todo ello muy propio de una nueva luna de miel en las relaciones hemisféricas, a condición de que nuestro truculento vecino de la camisa roja no decida embarrarla con una de esas típicas salidas suyas, como aquellas que quebraron la paciencia del rey Juan Carlos y le hicieron lanzar su famoso "¿por qué no te callas?".
- 28 de diciembre, 2009
- 23 de julio, 2015
- 14 de noviembre, 2014
- 8 de junio, 2012
Artículo de blog relacionados
- 1 de junio, 2020
Antes que nada e independientemente del contenido que Galeano estampa en su prosa,...
30 de diciembre, 2014Clarín La pelea del Gobierno con el Banco Central le borró la sonrisa...
15 de enero, 2010- 15 de enero, 2009