El dictador caradura

El Colombiano, Medellín

Con el título " Reflexiones ", Fidel Castro publicó esta semana en varios medios de su país un artículo en el que responde a las nuevas medidas anunciadas por el presidente Barack Obama con respecto a Cuba, y pidió que la decisión del norteamericano sirva para ponerle fin a una política "que ha fracasado durante casi medio siglo". Pongo esto entre comillas para demostrar, aunque no se pueda creer, que lo dice textualmente Fidel; el dictador cubano asegura que la política que ha fracasado durante tanto tiempo es la que viene de afuera y no la tiranía que ejerce desde 1959 en la isla.

Hace algunos años conocí a una profesora cubana que nos confirmó a un grupo de estudiantes que sería imposible un encuentro en su país en las mismas condiciones que teníamos en ese momento los compañeros que cursábamos estudios superiores, y que si hacíamos una reunión allá no podría quedarse con nosotros en el hotel. Como tampoco pueden acceder a Internet en sus casas, y apenas hace un año tienen servicio de telefonía celular. Sólo por ser cubanos.

Lo que me causó mayor impresión de estas "Reflexiones" es la parte donde asegura que Cuba no pedirá nunca limosnas. ¿No son limosnas lo que los cubanos han tenido que pedir durante los años de la Revolución a los líderes del Partido Comunista, del cual Fidel Castro sigue siendo su Primer Secretario? Me pregunto cómo un hombre que contiene el progreso del mundo exterior para su pueblo, sí disfruta en cambio de grandes marcas como Adidas que viste para las fotos en las solemnes audiencias que concede a quienes considera visitantes dignos (al presidente de Guatemala, por ejemplo, no lo quiso recibir).

Se explaya el tirano en ese escrito, disertando del bloqueo que existe desde 1962 sobre Cuba y en limitar su credibilidad a las nuevas disposiciones, a que Obama hable fuerte en la Cumbre de las Américas en contra de una medida que el cubano considera "genocida"; cuando él ha sido el más beneficiado del embargo porque esconde detrás del mismo las monumentales equivocaciones de cincuenta años en el poder y no asume así culpa de sus actos; estos -cree- son pecado de los presidentes estadounidenses desde Kennedy hasta nuestros días, que mantienen encerrada la isla y nunca de su poder absoluto que controla entre otros los medios de comunicación que existen en Cuba y publican sus escritos.

Mientras nada cambia por parte de los Castro pero con desvergüenza exigen otro tratamiento; Fidel, que ha pasado más de cincuenta años renegando del capitalismo y de la libre empresa, mata el tiempo de su retiro enfundado en una sudadera hecha por Adidas, una compañía que cotiza sus acciones en la Bolsa de Valores de Frankfurt y es parte del mercado de consumo del mundo libre.