Hollywood encuentra menos compradores en el extranjero
En la muestra más reciente de los apuros que está atravesando la industria del cine estadounidense, parece que una fuente crucial de financiamiento para las películas independientes —las ventas de derechos de distribución internacional— se está secando rápidamente.
Durante décadas, los productores de cine independiente en Estados Unidos financiaban rutinariamente sus películas mediante la venta de derechos de distribución en el extranjero. Si la producción contaba con alguna estrella o director importante, los derechos podían venderse incluso antes de que la película estuviera terminada, proporcionándoles a los productores un 50% o más del costo total.
Ahora, debido a factores que van desde la crisis de crédito al auge de la piratería en línea, ni las estrellas más populares bastan para vender una película estadounidense en otros países.
Cuando Graham King, un productor de Hollywood que ganó un Oscar en 2007 por Los infiltrados, envió a principios del año los paquetes de marketing de sus dos proyectos más recientes al Festival de Cine de Berlín, pensó que atraería a multitudes de interesados. Uno es The Rum Diary, un cinta con Johnny Depp, el protagonista de la franquicia de Piratas del Caribe y uno de los actores mejor pagados de Hollywood. El segundo proyecto, London Boulevard, con Colin Farrell y Keira Knightley, tiene proyectado costar unos US$30 millones.
Sin embargo, muy pocos compradores picaron el anzuelo. King había proyectado que las ventas internacionales ascenderían en torno al 60% de los US$45 millones que valdría hacer The Rum Diary. "En un mercado normal y con Johnny Depp, a estas alturas ya tendríamos que haberlo vendido", dice.
Durante años, los distribuidores en los mercados de Francia, Alemania, Japón y América Latina llegaban a pagar millones de dólares por los derechos para exhibir películas estadounidenses, como el reciente éxito en taquilla Crepúsculo, de Summit Entertainment, y la cinta independiente El luchador.
En los últimos años, el auge de la piratería y la mayor competencia por parte de las películas locales han sofocado las preventas de los derechos internacionales. Y desde que la sequía de crédito en Wall Street empezó a propagarse por todo el mundo, los productores aseguran que ya se consideran afortunados si las preventas logran cubrir la mitad de sus costos.
Además, los miles de millones de dólares que Wall Street inyectó en la industria del cine antes de la crisis crearon un exceso de películas independientes que hace que los distribuidores sean más selectivos, o simplemente, esperen a que la película esté terminada antes de tomar una decisión.
"En los viejos tiempos, era como vender salchichas", dice Kathy Morgan, presidenta de la firma de ventas de películas Kathy Morgan International. "Pero esos días han pasado a la historia", agrega.
Otros factores han llevado a que los compradores extranjeros pasen de largo a la hora de elegir títulos estadounidenses. El fortalecimiento del dólar frente al euro ha reducido drásticamente las cantidades que algunos distribuidores fuera de EE.UU. pueden permitirse para adquirir derechos de distribución. Y, a medida que los ingresos por publicidad se han precipitado, el mercado televisivo en países como España ha colapsado.
Además, el cambio en los gustos en muchos mercados le ha dado un empujón a las películas locales frente a las estadounidenses. Paraíso Travel, una cinta sobre inmigrantes colombianos en Nueva York, fue la segunda cinta más taquillera en Colombia en 2008, sólo superada por Batman, el caballero de la noche. Este resurgimiento del cine local en muchos países ha persuadido a algunos distribuidores a concentrarse en los proyectos domésticos.
El Festival de Cine de Cannes servirá el mes que viene como un termómetro del mercado extranjero. "Esperamos poder prevender películas en Cannes", dice Guy East, director de Exclusive Film Distribution, una firma de ventas y distribución de películas. "Si no, tendremos que esperar a ver lo que pasa en Venecia y Toronto".
Con menos crédito disponible en todo el mundo, muchos distribuidores extranjeros simplemente carecen de capital para comprar películas. "En algún momento, esos compradores tendrán que encontrar algo para 2010 y 2011, así que Cannes y Venecia serán interesantes", añade King, el productor de Hollywood.
Aun así, asegura que la industria del cine estadounidense nunca había visto una
desaceleración tan marcada del mercado de ventas internacionales como la de ahora. "Los problemas económicos siempre estaban en alguna parte, pero uno podía compensar al venderle a otro país", explica King. "Pero ahora es algo global […] Es realmente muy preocupante".
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