Venezuela: El absurdo régimen cambiario
La economía venezolana comenzó a confrontar problemas el año pasado en medio del boom de los precios del petróleo pero con este empujón, la economía se encamina a un primer trimestre fatídico: alta inflación, un proceso recesivo que ya es visible, caída de los salarios reales y un déficit importante de la balanza de pagos. Estos indicadores son síntomas claros de una economía enferma que solamente el ojo irresponsable de un ministro no percibe o no valora adecuadamente, enceguecido por el dogmatismo.
Venezuela es presa inerme del vendaval que ha causado la depresión de las cotizaciones petroleras sobre la economía interna y lo peor de todo es que los supuestos recursos ahorrados en el Fonden literalmente no existen porque si estuvieran disponibles no anduviera el Ministerio de Finanzas colocando deuda pública por más de US$ 17.000 millones y PDVSA por US$ 2.000 millones para cubrir sus necesidades de caja. Nadie que dice tener recursos acumulados comete la insensatez de endeudar a un país en un solo año por la astronómica cifra de casi US$ 20.000 millones.
El ministro Giordani, la persona que decide en el gabinete económico, de manera tan perseverante como terca, sigue aferrado a la creencia medieval de la enseñanza de economía de Salamanca según la cual el régimen de tipo de cambio fijo como el que actualmente tiene Venezuela, con una cotización inalterada por más de tres años en medio de una inflación galopante, puede producir el triple milagro de bajar la inflación, mantener el crecimiento económico y ayudar a la diversificación de la economía. Cada quien con sus credos. Lo cierto es que el sistema cambiario de Venezuela está haciendo aguas por todas partes en la medida en que Cadivi cierra el grifo y refuerza con ello el alza del precio del dólar en el mercado de permuta, el cual se despega cada día de tipo de cambio oficial de Bs/US$ 2,15. La historia económica de Venezuela es muy clara al respecto: cada vez que ha existido una brecha entre ambos tipos de cambio, esa diferencia se ha saldado con una devaluación del tipo de cambio oficial y esta vez no va ser distinto. La devaluación del dólar oficial es asunto de meses porque la que ocurre a diario en el mercado de permuta es evidente.
El hecho de que un mismo bien, el dólar, tenga dos precios, denota que algo anda mal en una economía y que tal discrepancia habrá de corregirse de forma programada o brusca como sucedió en febrero de 2002 cuando el ministro Giordani ocupó por primera vez la cartera de Planificación y con la misma intransigencia de hoy se opuso durante 2001 al ajuste del tipo de cambio hasta que la fuerza de los hechos lo venció y el dólar pegó un salto que pudo haberse evitado. Es tal la distorsión que en los precios ha creado el actual esquema de cambio dual no oficial que en el cuadro anexo se registra la brutal diferencia de precios entre bienes similares vendidos en Venezuela y en Estado Unidos. Tales diferencias abismales obedecen exclusivamente a la sobrevaluación del bolívar y la inflación, todo lo cual le confieren mayor poder de compra externo a nuestra moneda en relación con el poder de compra interno, razón por la cual todos los viajeros que vienen a Venezuela encuentran los productos excesivamente caros en tanto que quienes van desde Venezuela al resto del mundo consiguen muy baratos los bienes que compran. Nótese cómo a la tasa de cambio del mercado de permuta los precios internos e internacionales tienden a igualarse, lo que pone de manifiesto el hecho de que el tipo de cambio que prevalece no es el oficial sino el que rige en las operaciones de permuta de dólares.
Tal situación está acabando con la industria y la agricultura de Venezuela cuyos productos no pueden competir con los bienes importados no obstante las trabas que levantan Cadivi y el Milco. De esta manera, toda la protección que pueda establecerse, por disparatada que ella sea, con el control de cambio y las prohibiciones a las importaciones, la elimina la sobrevaluación del bolívar. Venezuela produce bienes caros a los precios internacionales debido a una tasa de cambio oficial que hace del dólar que entrega Cadivi el artículo más barato después de un litro de gasolina. Al tipo de cambio oficial lo único que Venezuela puede producir eficientemente es petróleo. Acá vale recordar al insigne economista Gustavo Cassel creador de la teoría de la paridad del poder de compra, la cual permite comparar el poder adquisitivo interno y externo de una moneda. Decía el reputado profesor: “No existe tal cosa como una superioridad en el sentido de que un país produce más barato que otro. Semejante comparación solo puede ser hecha a una tasa de cambio determinada. Si un país es inferior a otro en técnica y organización, si está peor equipado en capital, tierra y trabajo calificado, no obstante todo ello, existirá una tasa de cambio a la cual pueda venderse tantas mercancías al país rico como productos compre éste, y así se producirá el equilibrio en el comercio con ese país” (Gustavo Cassel: The Theory of Social Economy).
Cuadro
Precios en dólares en Estados Unidos y Venezuela
|
Precio en Estados Unidos (US$) |
Precio en dólares Venezuela a BsF/US$ 2,15 |
Precio en dólares en Venezuela al dólar permuta |
Toyota Corolla |
19.000 |
48.000 |
16.000 |
Hamburguesa Big Mac |
4 |
12 |
4 |
Computadora portátil |
750 |
2.100 |
700 |
Pantalón Levi 505 |
45 |
140 |
46 |
- 23 de enero, 2009
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