El Salvador: De estrategias y alternancia política
En el deporte, en la política o las guerras, existen ciertas estrategias universales, practicadas para alcanzar objetivos deseados. Una de ellas, muy utilizada, es la estrategia del engaño: se engaña al adversario haciéndole creer que se hará un movimiento o jugada en una dirección, cuando en realidad se pretende hacer otra. En algunos casos la estrategia del engaño funciona…en otros casos no; pero aún sigue siendo puesta en práctica.
Un ejemplo sano en el ámbito deportivo: en el último partido de fútbol por las eliminatorias al mundial 2010, "la selecta" inició brevemente atacando y luego se posicionó de la defensiva, lo cual no funcionó, resultando en la pérdida del encuentro. En la guerra de guerrillas el engaño es usado con mayor sagacidad y descaro, el guerrillero se oculta en medio de la población civil y ataca traicioneramente a las fuerzas regulares uniformadas.
Desafortunadamente también en el escenario político nacional es conocida la práctica del engaño. Ahora y después del 15/3/09 (el quince-tres), es propicio analizar posible escenarios por venir. Se tiene en el horizonte un proyecto político diseñado para el largo plazo: uno de los contendientes venía de sostener 12 años de "guerra popular prolongada", sin haber logrado el éxito planificado; maniobrando con jornadas de diálogo para finalmente convertirse en un partido político. Una vez posicionado ahí, sostuvo otros 17 años una táctica "ofensiva" de oposición, participación electoral y movimientos sociales de desgaste y desestabilización. Ganando tiempo, fortaleciéndose y logrando, ahora, en este ámbito el éxito que no pudo en el ámbito de guerra de desgaste: llegar al poder.
Este proyecto de largo plazo trata de instaurar un modelo de "planificación centralizada", con un "estado sabio" distribuidor central y eficaz de riqueza y bienestar. Proyecto que es difícil pero no imposible abandonar después de 29 o más años de "lucha". Podrían y tienen la oportunidad de hacer movimientos conservadores para generar confianza, pero se estará a la expectativa de cuál será su movimiento definitivo. Un argumento para perseverar en el ideal centralizador es la falta de fe en el modelo de libertades individuales, modelo de mercado en competencia y del sistema de precios de equilibrio como la herramienta para mejorar con equidad el bienestar que la población salvadoreña necesita.
Lo que no es tolerable a cualquiera, es utilizar la estrategia del engaño en un tema tan trascendental como el bienestar y el desarrollo de la población. Este tema debe ser tratado con más sinceridad y honestidad.
Para terminar hago referencia al asunto de la tan anhelada "alternancia". Sin engaño alguno, creo que la alternancia democrática no se está ejercitando aún en el país. Estamos por experimentar un cambio de partido político en el gobierno central, pero la verdadera alternancia será puesta a su prueba ácida en los próximos 10 ó 15 años, porque el espíritu de la alternancia es de corregir y enrumbar por el camino correcto la conducción de un país, sin que éste sufra cambios traumáticos en el sistema de vida de la población. La alternancia sana permite al votante que el gobierno pase de las manos de un partido político a otro, al comprobarse una conducción política y económica equivocada e ineficaz, tan pronto como el marco constitucional y el Estado de Derecho se lo permite. Salvadoreños, cuidémonos de no ser presa de la estrategia del engaño en esta jugada tan importante.
El autor es militar y economista.
- 28 de marzo, 2016
- 23 de julio, 2015
- 5 de noviembre, 2015
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