Guatemala y el estado de derecho
La declaración realizada en noviembre por el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos de que México, junto a Pakistán, está en riesgo de convertirse en un estado fallido ha dado mucho de que hablar.
Pero en un ránking de los países en mayor riesgo en el Hemisferio Occidental, donde las redes criminales amenazan con colapsar la autoridad del estado, México podría no clasificar ni entre los 10 primeros. América Central y partes de América del Sur están en una situación mucho peor.
Demos un vistazo a Guatemala. Con una tasa de asesinatos de 47 por cada 100.000 habitantes en 2008, se ha convertido en uno de los países más peligrosos y anárquicos de la región. Esa realidad quedó en evidencia la semana pasada con el asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg, quien alegó en un video dado a conocer tras su muerte que la corrupción estatal alcanza hasta las oficinas del presidente.
¿Hay algo que se pueda hacer para invertir esta espiral de caos? Un grupo de activistas cívicos así lo cree, y podría sorprenderle saber que su proyecto no involucra la asistencia extranjera. En cambio, un componente central del proyecto ProReforma parece estar encaminado a mantener a raya a "asesores" en el Departamento de Estado y colaboradores internacionales bien intencionados.
ProReforma es una solución estrictamente guatemalteca a lo que califica como la "crisis crónica" que vive el país.
El proyecto tiene como objetivo reformar la constitución para que los derechos individuales tengan prioridad sobre los "intereses", ya sean generales o especiales. Manuel Ayau, presidente de ProReforma dice que "un sistema basado en igualdad de derechos para todas las personas creará una situación donde la gente pueda perseguir su propia felicidad en una contexto pacífico".
Hacer que los derechos individuales sean sacrosantos sería un ataque al status quo, que sacrifica la igualdad ante la ley de manera regular para complacer a los intereses de facciones acaudaladas o vociferantes. Esto ha condenado al país a una pozo sin fondo de pobreza y violencia. Entre los principales derechos que ProReforma busca restaurar están el derecho a la propiedad y el derecho contractual. Cabe señalar que aunque estos son supuestamente valores de los sectores ricos de la sociedad, grupos de base como la iglesia Evangelical Alliance, con una congregación de 15.000 personas, están dando un fuerte apoyo a ProReforma.
Uno de los motivos del más reciente deterioro de la seguridad pública es la lucha de México contra el narcotráfico, que ha causado un éxodo de malhechores hacia el sur. Pero también es cierto que Guatemala es especialmente vulnerable antes los efectos perniciosos de la guerra contra las drogas porque su política económica ha sido incapaz de generar riqueza.
Más aún, la presión de "expertos" internacionales en desarrollo e intereses particulares para que el gobierno gaste sus escasos fondos en proyectos "sociales" —como la vivienda y el deporte— ha diezmado las reservas para seguridad pública y la rama judicial. Como resultado, aunque existen muchas leyes escritas, los criminales operan con impunidad.
Limitar el poder del gobierno para imponerse sobre los derechos individuales es crucial. ProReforma lo explica así en uno de sus panfletos educativos: "Ningún país, en ningún momento, ha tenido éxito con un modelo democrático que otorga el derecho a intervenir excesivamente al gobierno". Pero el gobierno de Guatemala sigue intentándolo. "En las seis décadas desde la Segunda Guerra Mundial y tras muchos intentos" por todas las partes, sean "populistas o elitistas, civiles o soldados, de izquierda o de derecha, es evidente que el sistema de intervención, mercantilismo y paternalismo no ha producido ni prosperidad ni paz".
¿Cómo cambiarían el futuro los derechos individuales? Ayau argumenta que cuando los derechos individuales sean prioridad sobre los intereses particulares, la cultura que subfinancia y politiza las cortes empezará a cambiar. Este ajuste de actitud es clave para acabar con el flagelo de la impunidad. Por lo que se refiere a la pobreza, considere el hecho de que los aspirantes a empresario no pueden competir en muchos mercados porque poderosos intereses dictan las reglas y regulaciones. Sin una economía de mercado, el país no puede crear riqueza.
No hay nada nuevo en el clásico argumento liberar de los derechos individuales como herramienta de desarrollo. Lo que es nuevo aquí es el alcance del proyecto. Reconociendo que los beneficiarios de la reforma propuesta son los guatemaltecos comunes y corrientes cuyos derechos son regularmente violados por la clase política, ProReforma ha pasado dos años en una campaña de educación nacional.
Haciéndose eco de la frustración popular, la campaña argumenta en un folleto promocional que los guatemaltecos deben hacer más que perseguir la "ilusión vana" de que "algún día un hombre bueno e iluminado llegará al poder". Deben presionar por el cambio "a un estilo de gobierno que facilite el éxito para quien quiera que llegue al poder".
ProReforma necesitaba 5.000 firmas para que su propuesta fuera admitida a debate en el Congreso, pero ha recolectado más de 73.000. Ahora, la izquierda ideológica ha empezado una campaña propia, marcada por los ataques vituperantes y personales contra los promotores de ProReforma. La propuesta podría ser rechazada, pero la buena noticia es que el proyecto de educación cívica de ProReforma ya ha triunfado. Hoy, más guatemaltecos son conscientes de sus derechos inalienables. La única pregunta es cómo pueden arrebatar esos derechos de la izquierda colectivista.
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