Un mayor apetito por el riesgo debilita al dólar
El dólar se bate en retirada a medida que los inversionistas que acapararon la divisa estadounidense durante las recientes turbulencias en los mercados financieros se abalanzan sobre activos más riesgosos, en particular las monedas de grandes exportadores de materias primas que se beneficiarían de un repunte de la economía global.
El dólar ha perdido terreno contra el euro, el jueves descendió a su nivel más bajo en cuatro meses y medio, y se ha visto aún más golpeado en relación a monedas muy ligadas al desempeño de los commodities, como el dólar canadiense o el real brasileño. Los inversionistas que buscan aprovechar los primeros indicios de expansión están sacando los dólares de debajo de sus colchones y enviándolos a lugares más arriesgados, disparando la cotización de sus monedas. También temen que la futura emisión de deuda del gobierno estadounidense deprima al dólar.
El jueves en Nueva York un euro compraba US$1,3905, bastante más que el US$1,2534 de marzo. La sacudida que recibió libra esterlina tras la advertencia de Standard and Poor's de que la calificación de la deuda de Gran Bretaña podría sufrir una rebaja, revirtió la caída del dólar por sólo en forma momentánea (ver nota relacionada). Después de unas pocas horas, la libra repuntó y cerró en alza frente al día anterior. Un libra compra US$1,5856.
Los inversionistas prefirieron comprar dólares durante la crisis financiera, apostando que era la moneda más segura del mundo. La tendencia contradijo la predicción de que el estímulo monetario de la Reserva Federal debilitaría al dólar. Las bajas tasas de interés en Europa y otras partes del mundo también desincentivaron la venta del billete verde.
"Ahora esas tendencias se están revirtiendo", observa Parker King, director de inversión en divisas de Putnam Investments. King cree que EE.UU. será uno de los últimos países en aumentar las tasas de interés y apuesta a que el dólar seguirá debilitándose. "El mercado asumirá ahora mayores riesgos y todo el dinero que fue repatriado a EE.UU. se colocará fuera de EE.UU.".
Otros factores que contribuyeron a la baja del dólar fueron la preocupación de que EE.UU. podría lanzar pronto grandes emisiones de bonos del Tesoro y la posibilidad de que la codiciada calificación crediticia triple A del país se vea afectada. La divulgación de las minutas de la Reserva Federal (Fed) también agravó los problemas del dólar al mostrar que el banco central podría inyectar más liquidez al mercado.
Muchos analistas cambiarios predicen que el dólar seguirá cayendo. Deutsche Bank espera que el euro se fortalezca a US$1,50 a mediados de año. Standard Bank pronostica una evolución a más de US$1,55 dentro de los próximos 12 meses. J.P. Morgan revisó a la baja su pronóstico y ahora prevé que el euro alcanzará US$1,45 de aquí a diciembre frente a una expectativa previa de US$1,34. El banco japonés Nomura cree que la política de estímulo monetario poco convencional de EE.UU. provocará una escalada del euro a US$1,50 antes de fin de año.
A largo plazo, un dólar débil aumenta la competitividad de los exportadores de EE.UU. y podría contribuir a la recuperación de la economía. Las fluctuaciones de corto plazo son menos importantes. "Podría ayudar marginalmente a las exportaciones", dice el economista de Morgan Stanley Richard Berner, quien añade que la recuperación de la demanda global es mucho más importante para el crecimiento de las exportaciones estadounidenses. "La sensibilidad de las exportaciones es mucho mayor al crecimiento que a las variaciones del tipo de cambio".
Por otra parte, la caída del dólar ha fortalecido las divisas de economías ligadas a la exportación de petróleo y metales. El dólar canadiense, por ejemplo, ha recuperado casi la mitad del valor que perdió tras el colapso de Lehman Brothers en septiembre pasado. Un dólar canadiense el jueves compraba US$0,8769, comparado con su mínimo en noviembre de 2008 de US$0,7768. Un informe de Goldman Sachs difundido el jueves pronostica que las monedas de Australia, una gran productora de mineral de hierro, y Canadá se dispararán porque "están entre las primeras economías avanzadas en volver al crecimiento de tendencia". Ambos países no tienen grandes déficit fiscales y cuentan con sistemas bancarios relativamente saludables comparados con EE.UU. y Gran Bretaña.
El descenso del dólar constituye una apuesta a favor de la recuperación de la economía global. Lo contrario también podría resultar cierto. Daniel Tenengauzer, estratega de Bank of America-Merrill Lynch, reiteró ayer su postura minoritaria de que el dólar se fortalecerá en los próximos meses. Tenengauzer dice que los cambios de largo plazo en el consumo y ahorro de EE.UU. mantendrán bajo el déficit comercial, lo que fortalecería el dólar.
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