Mengua influencia regional de Chávez
The New York Times – Venezolanos en Línea
Países que han dependido de la ayuda venezolana miran a otras partes La caída del petróleo y el desorden en Pdvsa limitan las acciones del Presidente El impulso del presidente Hugo Chávez para extender su influencia en América Latina está menguando entre los bajos precios del petróleo y el desorden en la industria de energía de Venezuela.
Chávez ha usado la riqueza petrolera para impulsar una agenda socialista en el ámbito interno y atraer a otros países en la región hacia su esfera de influencia, contribuyendo a consolidar un giro político hacia la izquierda en varias partes de América Latina.
Sin embargo, más de una docena de grandes proyectos enfocados a ampliar el alcance de su nación están en el limbo incluido un gasoducto que cruce el continente y al menos ocho refinerías, desde Jamaica hasta Uruguay a medida que Venezuela lucha con la caída de ingresos y otras complicaciones en Pdvsa.
Venezuela también está reduciendo marcadamente otros tipos de apoyo financiero a sus vecinos, elemento fundamental de su influencia regional. Un estudio del Centro de Investigaciones Económicas reveló que Venezuela había anunciado planes para invertir 6 millardos de dólares en el extranjero este año, muy por debajo de los 79 millardos de dólares de 2008.
Eso incluye el gasto propuesto en todo, desde compras militares hasta ayuda, y apunta a un importante debilitamiento de la diplomacia petrolera de Chávez. Ya desaparecieron los multimillonarios desembolsos de dólares para comprar bonos argentinos.
Cambios. Países que han dependido de la ayuda venezolana están dirigiendo la mirada a otras partes. Argentina aseguró un trato de 10 millardos de dólares con China para importaciones. Ecuador está reavivando sus vínculos con el Fondo Monetario Internacional, institución dominada por Occidente que Chávez desdeña.
Algunos aliados de Venezuela incluso dan la impresión de estar aceptando gradualmente al gobierno de Barack Obama.
Cuba está abriendo cautelosamente la puerta al mejoramiento de vínculos con Estados Unidos, al mismo tiempo que intenta atraer inversiones de Brasil, reduciendo potencialmente su dependencia hacia Venezuela.
"La influencia de Chávez está empezando a llegar a sus límites naturales, tras años de impulsar un proceso de integración regional en el cual Venezuela era el centro de la rueda y los otros eran los rayos", dijo Daniel P. Erikson, analista del Diálogo Interamericano. "Países de tamaño mediano en América Latina no albergan interés en ser un rayo de Venezuela", agrega.
Países mayores, en tanto, están yendo en pos de sus propios planes, contribuyendo a trazar de nuevo el mapa de las alianzas de energía y poder en América Latina lejos de Venezuela y de Bolivia.
Brasil, Argentina y Chile avanzaron este año con proyectos enfocados a la importación de gas natural de fuentes rivales, como Rusia y Trinidad y Tobago.
Brasil también ha surgido como un rival en el sector de energía por derecho propio, luego de haber descubierto grandes cantidades de petróleo y gas natural frente a su Costa Atlántica. Ahora está aumentando sus exportaciones a Estados Unidos, al tiempo que Pdvsa enfrenta un descenso en la producción.
A pesar de los cambios, Venezuela sigue conservando amplia influencia en la región, incluidos el Caribe y Centroamérica, donde permite que más de 15 naciones pospongan el pago de la cuenta por petróleo venezolano.
Otra de las principales prioridades de Venezuela, la formación del Banco del Sur, al parecer está logrando cierto progreso, aunque no está claro cuándo empezaría a operar.
Venezuela también ejerce influencia en el ALBA, integrado por seis de las naciones más pobres de la región, incluyendo Nicaragua y Bolivia.
Problemas. De cualquier forma, una caída drástica en los ingresos del petróleo ha acentuado problemas en la industria petrolera venezolana. Las tensiones son altas entre sindicatos laborales a causa de salarios que van a la zaga de la inflación del país, la mayor en América Latina.
Chávez decomisó este mes los activos de docenas de contratistas petroleros en vez de pagarles deudas contraídas con ellas, valoradas en más de 10 millardos de dólares.
Bajo este tipo de presiones, Chávez ha tenido que cambiar el enfoque este año, pasando de los vastos proyectos internacionales que expanden su influencia al apuntalamiento de Pdvsa. En abril, la empresa redujo los salarios de ejecutivos en 20% y congeló los de sus 75.000 empleados.
Otros proyectos, como el muy demorado plan para extraer reservas de gas natural frente a las costas, avanzan a paso de caracol. "Venezuela intentó imponer su propia perspectiva de la integración energética en la región, pero ese modelo se está haciendo añicos", dijo Roger Tissot, autoridad en la industria de energía de Venezuela por Gas Energy, empresa brasileña de consultoría.
Una parte de la presión pudiera incluso estarse revelando en el programa de Venezuela enfocado a suministrarles petróleo subsidiado a naciones en la región. Al menos un país impaciente por participar, Costa Rica, ha dicho que su petición ha perdido fuerza, una potencial indicación de que Caracas está menos dispuesta a recibir nuevos integrantes en una época de ingresos en descenso. Al mismo tiempo, Costa Rica ha estado considerando un trato con China para construir una refinería de 6 millardos de dólares.
Por contraste, el ascenso de Brasil en lo concerniente a temas políticos y de energía en la región estuvo de manifiesto tras la elección en marzo de un integrante de la izquierda salvadoreña, Mauricio Funes, quien fue recibido con entusiasmo por Chávez como prueba de la "corriente histórica que ha estado en ascenso en Latinoamérica en esta primera década del siglo XXI". No obstante, la primera visita de Funes después de su victoria fue al presidente brasileño.
"Me identifico más con el modelo brasileño que con el de Venezuela, pero deseo buenas relaciones con todos ellos", dijo Funes. Ayer, dijo que serán las circunstancias las que definirán si el país se asocia a la ALBA o al acuerdo de Petrocaribe que impulsa Venezuela.
En público, Brasil aplaude las iniciativas de Chávez, como el demorado Banco del Sur y el oleoducto de 20 millardos de dólares de Venezuela hasta Argentina. Pero lo hace con las condiciones que corresponden a sus propios intereses.
"Yo pienso que el proyecto es factible", dijo en abril el canciller Celso Amorim, refiriéndose al gasoducto, "pero durante la crisis, no hay un solo fondo disponible. El gran proyecto debería esperar un poco".
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