Tercer ojo
El 16 de mayo de 2008, en medio de la selva panameña, un enjambre de científicos, técnicos, nerds y, quizá, genios poblaba el Gamboa Resort. Se llevaba a cabo el acto de cierre de la edición 2008 de la Latin American Academic Summit organizada por Microsoft Research. Desde aplicaciones de educación, hasta vistas del World Wild Telescope desarrollado por Microsoft, deslumbraban a los presentes.
Entre lo más impresionante estaba la muestra del joven Andy Wilson, el capo del área de surface technologies de Microsoft, la misma división que se hizo famosa por la mesa-ordenador que responde al movimiento de manos u objetos. La mesa no estaba esta vez, pero Wilson fue el centro de atención manipulando, y dejando manipular, un escritorio de computador simplemente proyectado sobre una pared. Cualquier similitud con Tom Cruise manipulando imágenes en el aire en Minority Report, no es casualidad.
Por contraste, a menos de 10 metros del show de surface, con sólo dos ordenadores y unos pocos afiches, el equipo de la Pontificia Universidad Católica de Chile, PUC, parecía desentonar para los neófitos en la materia. En realidad sólo estaban exhibiendo una aplicación más prosaica sobre la capacidad para ver que tienen los equipos de electrónica actuales: un sistema de control de calidad por registro de imágenes. "Esto, o la identificación de una sonrisa por parte de la cámara fotográfica, son la explosión de una tecnología que tiene más de 30 años, gracias al abaratamiento de la capacidad de cómputo y las mejoras en los algoritmos [lógica de procesamiento de una información]", dice entusiasmado al teléfono desde Santiago Domingo Mery, profesor del departamento de computación de la PUC y cabeza del equipo. "Lo que buscamos es un sistema de bajo costo para la industria alimentaria latinoamericana", agrega.
Precisamente uno de los primeros desarrollos de Domingo Mery y equipo fue Salmón On Line, SOL, un sistema valuado en US$ 50.000 que ha permitido a empresas como la filial chilena de la noruega Marine Harvest incrementar la selección de productos de exportación en un 100% gracias a una capacidad de registro de 240 filetes por minuto, cuando la línea ronda en un ritmo de 30 a 40 filetes en ese lapso. La diferencia con la percepción humana es de 2%, evitando costos por devoluciones. Para hacerlo, el ordenador capta imágenes ya digitalizadas por la cámara y analiza ceros y unos que la componen y que están previamente correlacionados con parámetros de calidad determinados por los programadores. "Todo un proceso de enseñanza para establecer que tal frecuencia corresponde a tal color, a tal síntoma, algo que varía de producto a producto", explica Mery. Además el sistema permite llevar un historial del aspecto de los salmones producidos, ya sea para una aplicación estadística, como para integrarlo a los sistemas de trazabilidad de las empresas.
Los proyectos no han terminado allí. El año pasado la PUC y el mexicano Instituto Politécnico Nacional, con el auspicio de Microsoft Research, desarrollaron un sistema similar para las tortillas de maíz, que también podría ser aplicado para el análisis de granos. Este año lograron financiamiento del gobierno chileno para finalizar el desarrollo de Salmón X, un equipo con visión de rayos X para localizar espinas o pequeños residuos en los filetes de pescado, tarea que hasta hoy se realiza de manera absolutamente manual.
Después de ensayar distintas formas de comercializar el equipo, Mery decidió lanzar su propia start up: Digital Vision Solutions. Y por cierto no han sido los únicos en la región. El mexicano Miguel Arias y su equipo en Ciencia de la Computación del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica de la Universidad de Puebla lanzaron en 2005 Prefixa, destinada a los controles en la industria metalúrgica y del plástico, que hoy tiene oficinas en Silicon Valley y un equipo de 15 personas, 70% de ellas con maestrías. "Mientras investigábamos, vimos la oportunidad. Uno de mis tesistas, que hoy es miembro del equipo, resolvió cómo lograr un análisis tridimensional con sólo dos tomas gracias al análisis de la luz blanca y eso nos dio una gran ventaja competitiva", asegura Arias. Con su truco patentado y el manejo del procesamiento en paralelo, su tecnología puede hacer análisis tridimensional en tiempo real, sin detener las líneas de montaje. "Hay dos mercados críticos: medicina y aeroespacial, y según los estudios, cada uno representa de US$ 600 millones a US$ 800 millones, sólo en Estados Unidos", analiza Arias.
El ojo del gran hermano
En Brasil, los profesores e investigadores de posgraduación en informática de la Universidad Católica de Paraná fundaron en 2004 la empresa InviSys en Curitiba. Sus aplicaciones fueron desarrolladas con campos más amplios en mente: desde la industria alimentaria, clasificando y controlando calidad de frutas y verduras; hasta el control de embalajes por sus cerramientos, ausencia de etiquetas o códigos; hasta la industria electrónica; pasando por las industrias del papel, cerámicos, gráficas o metal-mecánicas. Sin embargo, llevaron la mirada electrónica aun más allá, como los sistemas biométricos en boga en los sistemas de seguridad, como la lectura de huellas dactilares, manos, iris, o incluso el mismo rostro. De esta forma, entraron a competir con gigantes internacionales de la talla de la japonesa NEC, la cual, desde su centro de desarrollo en Buenos Aires, ofrece el desarrollo de aplicaciones para el sector público y corporativo latinoamericano.
"Hay tecnologías como la lectura de huellas que llevan 30 años y en la que NEC es líder, pero otras como la detección de rostros son más recientes por haber presentado problemas de mutación a través de los años. Sin embargo, ya hemos logrado una eficacia de 96,5%", apunta desde la ciudad platense el gerente de marketing de NEC en Argentina, Jorge Vargas. "Son aplicaciones que trabajan fundamentalmente en sistemas de seguridad física", especifica, ejemplificando la premura con que se resolvió el atentado de Atocha en España durante 2006.
Pero por viejos no quiere decir que se hayan acabado las vueltas de rosca. NEC ha desarrollado para el BBVA en Chile un sistema de lectura de huellas digitales para la validación de operaciones por parte de los clientes desde la comodidad del hogar o la oficina, gracias a pequeños escáneres que el cliente adquiere.
Ahora, ¿qué tal si ya que se controla la circulación de la gente por seguridad, no aprovechar las imágenes para hacer un análisis de mercado? Ése fue el razonamiento de la misma InviSys, que sumó a las cámaras de vigilancia aplicaciones para recuento de transeúntes y definición de itinerarios, "lo que puede ser muy útil para determinar armado de góndolas de supermercados, promociones o incluso la longitud de las colas en la línea de cajas", comenta Alceu de Souza, socio director de InviSys. Sonría, que lo están filmando.
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