EE.UU.: capitalismo de amigos
Durante 20 años, los estadounidenses han censurado el “capitalismo de amigos” de los países del Tercer Mundo, sobre todo los de Asia. Pero ahora que esas regiones han estado mejorando su gobernanza pública y corporativa -en Hong Kong un tribunal acaba de pronunciar una decisión trascendental contra un magnate de las telecomunicaciones que es el hijo del hombre más rico y poderoso de la provincia- el capitalismo de amigos se está arraigando en Estados Unidos, un país al que el mundo consideró durante mucho tiempo el patrón de la igualdad de condiciones para los negocios. Las “pruebas de estrés” de los bancos estadounidenses que acaban de terminar son sólo la señal más reciente de que el capitalismo de amigos se ha asentado en Washington D.C.
No sorprende que los mercados de valores hayan recibido con agrado los resultados de las pruebas de estrés que el Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, aplicó a los grandes bancos de ese país, ya que las conclusiones generales se habían filtrado desde hace algunas semanas. En efecto, la mayoría de los inversionistas profesionales calificaron a las pruebas de deshonestas, aun cuando sus posiciones se estaban beneficiando por un mercado al alza.
Incluso el Wall Street Journal, que generalmente es el partidario más ruidoso de los mercados financieros, descalificó abiertamente la integridad de las pruebas. El gobierno había permitido a los banqueros “negociar” los resultados, como un estudiante que presentara un examen final y después negociara su calificación.
Se suponía que las pruebas revelarían las condiciones verdaderas de los bancos cargados con valores tóxicos sin auditar en préstamos hipotecarios y derivados financieros. La lógica para aplicar las pruebas parecía impecable. Pero, ¿lo era?
Como sabe cualquier banquero experimentado, un banco bien administrado debe someterse regularmente a “pruebas de estrés” internas para mantener las cosas en orden. Con la crisis financiera se debían haber aplicado pruebas de estrés continuas para mantener actualizados diariamente a los directivos. ¿Por qué, entonces, fue necesario que el gobierno estadounidense llevara a cabo un ejercicio que los banqueros mismos pudieron y debieron haber realizado mucho mejor y más rápido?
Lo cierto es que las pruebas no estaban diseñadas para obtener respuestas. Los jefes tanto de Wall Street como de la administración Obama ya conocían la verdad. Sabían que si se daban a conocer al público las condiciones reales de los grandes bancos, muchos de ellos tendrían que ser declarados inmediatamente en quiebra, lo que requeriría una intervención del gobierno para evitar un tsunami de corridas contra los bancos.
El autor es ex presidente fundador de un fondo de cobertura y de un fondo de capital privado en Asia.
Project Syndicate
- 23 de julio, 2015
- 5 de noviembre, 2015
- 4 de septiembre, 2015
- 14 de septiembre, 2015
Artículo de blog relacionados
Cada nuevo enero que inyecto mis neuronas en el tema de los impuestos...
29 de enero, 2011América Economía Colombia merece la calificación de grado de inversión, aunque la crisis...
23 de septiembre, 2008Por José María Carrascal ABC Empecé a perder interés en los Juegos Olímpicos...
8 de agosto, 2008- 11 de julio, 2015