El alza del crudo contradice la debilidad de la demanda
Los precios del petróleo han reanudado su marcha alcista, alcanzando US$66 el barril el martes. Los inversionistas apuestan a que la economía se fortalecerá y que eso pronto se traducirá en un repunte del consumo. Hasta ahora, sin embargo, eso no parece más que una disposición a pensar en positivo.
Pese al alza en los precios, las proyecciones de los expertos sobre la demanda son pesimistas y los inventarios son altos. Algunos incluso temen que el optimismo de los inversionistas podría resultar perjudicial si los precios suben tanto que acaban ahogando cualquier repunte de la demanda y, tal vez, frenen una incipiente recuperación de la economía.
Los precios del petróleo, que a fines de febrero estaban por debajo de los US$45 el barril, se han disparado más de 45% en los últimos tres meses. El repunte refleja un conjunto de factores: el debilitamiento del dólar, los temores de brotes inflacionarios y el mayor apetito por el riesgo de los inversionistas. Pero el principal motor detrás del incremento de la cotización del crudo parece ser las primeras señales de recuperación económica.
Hay algunos indicios de una mayor demanda. El consumo de gasolina en Estados Unidos, por ejemplo, ha subido durante dos semanas consecutivas, según el Departamento de Información de Energía estadounidense. La demanda china de crudo creció 3,9% en abril frente al mismo mes del año previo, según Reuters. Asimismo, Ali Naimi, el ministro saudita de hidrocarburos, dijo la semana pasada que la recuperación económica "ya había empezado" y proyectó que el petróleo llegará a los US$75 el barril a finales de año.
Recuperación lejana
Otros indicadores sugieren que la recuperación aún está lejos. Los estadounidenses usaron menos gasolina durante las últimas cuatro semanas que la que usaron en el mismo período del año pasado, a pesar de que los precios por galón han caído US$1,50 en promedio. La Agencia Internacional de Energía (AIE) informó el mes pasado que la demanda global está en su nivel más débil en dos décadas y proyectó una caída de 3% en el consumo mundial este año.
"Si echamos un vistazo alrededor del mundo, no creo que veamos evidencias de un repunte de la demanda", dijo Rachel Ziemba, analista de energía de RGE Monitor. Ziemba cree que el alza de la demanda en China está más ligada a los esfuerzos del gobierno de acumular reservas de crudo que a un aumento real del consumo de energía.
Incluso cuando la demanda se recupere, las grandes reservas de petróleo deberían calmar las preocupaciones de una restricción repentina del suministro. Las reservas de crudo de EE.UU. son 16,5% más altas que hace un año, aunque las importaciones han caído 6,6%, con base en un promedio de cuatro semanas. En todos los países desarrollados había suficiente petróleo almacenado a finales de marzo para satisfacer 62,4 días de demanda, 14,7% más que hace un año, de acuerdo con la AIE.
Los inversionistas en el sector energético parecen estar ignorando todas las cifras pesimistas de suministro y demanda y, en lugar de eso, se concentran en los primeros brotes de recuperación de la economía, como un repunte de la confianza de los consumidores, una desaceleración en el desempleo y mayores pedidos de bienes duraderos.
La visión a largo plazo de muchos analistas es que los precios se elevarán cuando una economía más sana lleve a un consumo global más sólido que supere la oferta. Las petroleras han advertido que un período prolongado de precios bajos durante una recesión podría deprimir la producción por años, sembrando las semillas de otra alza rápida en los precios una vez la demanda se recupere. Pero ahora que los precios se han recuperado relativamente rápido (el petróleo llegó a los US$65 en noviembre en su caída tras alcanzar el cénit de US$145,29 en julio de 2008), los productores están haciendo un llamado a la cautela.
El presidente ejecutivo de Exxon Mobil Corp., Rex Tillerson, advirtió la semana pasada que nadie sabe si los primeros indicios de recuperación en los que los inversionistas están apostando tendrán bases sólidas. "Creo que aún es muy pronto para saber qué pasará con esta economía", agregó.
Si el alza en los precios de la energía afecta la demanda, o si la economía sufre de nuevo, los inversionistas podrían sacar su dinero del sector petrolero tan rápido como lo inyectaron, dijo Adam Sieminski, economista jefe de energía para Deutsche Bank. Eso deprimiría de nuevo los precios y daría comienzo a un nuevo ciclo. De hecho, con la volatilidad que reina entre los inversionistas, es probable que este trimestre sea un período muy volátil en los mercados petroleros.
—Russell Gold contribuyó a este artículo.
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