En CEDICE se dijo
El seminario de Cedice sirvió para demostrar que un segmento importante de los profesionales, intelectuales, académicos y políticos del país, son proclives al debate de las ideas, y que el liberalismo no se ha anquilosado, ni se reduce a ser una visión economicista de la sociedad.
Uno de los temas que más ocuparon la atención de los invitados nacionales e internacionales, fue el relacionado con la igualdad de oportunidades y la reducción de los desequilibrios sociales, rasgo distintivo de toda América Latina. La libertad y su expresión política, la democracia, difícilmente pueden sobrevivir en un ambiente signado por hondas desigualdades. Mario Vargas Llosa, cuya presencia hirió la delicada piel del Gobierno, lo dijo con claridad: el liberalismo no proclama sólo, ni siquiera fundamentalmente, la libertad de mercado y el resguardo de la propiedad privada; representa una concepción que asume la defensa irrestricta de la democracia, la libertad y la justicia en el más amplio sentido de la expresión. Incluye al Estado de Derecho, la libertad de pensamiento e información, la defensa del individuo ante los abusos del Estado, el fomento de la equidad. El liberalismo es una doctrina que se autocrítica y renueva constantemente, situándose en el punto muy alejado del fanatismo y la intolerancia.
La cita, convertida en el suceso más importante de la nación durante una semana, logró desplazar al Presidente del centro de atención y sirvió para que las brillantes figuras que nos visitaron, se llevaran una impresión exacta de lo que ocurre en el país, de las amenazas reales que se ciernen sobre la democracia y de lo que, en términos concretos, significa el socialismo del siglo XXI. Los atropellos en el aeropuerto de Maiquetía contra algunos visitantes, las descalificaciones e insultos a través de La Hojilla, la presencia en la plaza Altamira de un grupo de tarifados que trataban de perturbar el debate, y las impertinencias de los representantes de algunos medios oficiales que cubrieron el evento, fueron algunos de los desaguisados con los cuales el régimen trató, infructuosamente, de opacar la reunión. Pero, no lo logró. En Venezuela existe la imperiosa necesidad de debatir sobre los problemas que nos aquejan y, también, que afectan al continente. Esa oportunidad la brindó Cedice luego de un enorme esfuerzo colectivo. La nación no aceptó que le impidieran disfrutar de ese festival de la inteligencia.
Hoy la democracia en Venezuela cuenta con defensores de la talla continental de muchos de los invitados del exterior. Las autoridades locales que estuvieron presentes, y a quienes no les importó acercarse al liberalismo, la gente de Súmate y todos los que batallamos a diario para proteger los espacios de libertad que aún quedan a salvo de la garra autocrática, no estamos solos.
El mensaje de la mayoría de los concurrentes fue categórico: se sitúan a nuestro lado para enfrentar el presente y el futuro con esperanza y optimismo, aunque sin ingenuidad. El autoritarismo, que durante esos días estuvo especialmente arrogante y errático, se vio obligado a retroceder.
Ahora corresponde a los partidos políticos, sindicatos, gremios y demás grupos organizados de la sociedad civil, impulsar el análisis y la discusión de la situación nacional desde nuevas perspectivas.
Les agradecemos a todas las personas, instituciones y empresas que hicieron posible el encuentro. Igualmente, al público que nos acompañó.
- 23 de julio, 2015
- 19 de diciembre, 2024
- 29 de febrero, 2016
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