Familias rotas por el sistema migratorio de EE.UU.

Su calvario comenzó el 25 de enero de 2007. Después de llevar 17 años viviendo en el país, tener un negocio de mecánica de carros propio y haber dado a luz en suelo estadounidense a tres hijos, ese día llegaron tres oficiales de inmigración para regresarla a "su hogar": Colombia.

Lo que siguió fue una serie de infortunios que le quiebran la voz a esta mujer de 39 años y que terminaron por devolverla a Manizales, el 14 de marzo -después de pasar siete semanas en prisión-, sin su esposo ni sus hijos.

Jonathan, ahora de 18, Matthew de 16 y Katherine de 13, son solo una muestra de los cinco millones de niños que la organización Fraternidad Americana calcula fueron o están en proceso de ser separados de sus padres.

Nora Sándigo, quien fundó hace 20 años esta organización pro derechos de los inmigrantes, es como la madre adoptiva de 600 de estos "niños huérfanos" y lleva su campaña "No me dejes solo" a todos los rincones del país para que la comunidad americana, el Congreso y la Casa Blanca conozcan las consecuencias de las leyes de inmigración estadounidenses.

"El gobierno cumple con sus leyes que son frías y calculadoras y termina dejando al niño desamparado; saca a los padres y se olvida que atrás deja un mundo de llantos, injusticias y violaciones de derechos humanos", dijo Sándigo.

Fraternidad Americana trata de suplir las necesidades básicas que un menor, que se queda solo en el país, no es capaz de conseguir por sí mismo: alimentación, refugio, medicinas y útiles escolares, a la par que saca a la luz pública esta problemática para incentivar una solución.

Nora aseguró que cerca de 12 millones de adultos de todo el mundo en E.U. están envueltos en esta problemática. Los más afectados son los mexicanos y salvadoreños, seguidos de los venezolanos y colombianos.

La semana pasada Claudia no pudo ver a su hijo mayor graduarse de bachiller. No solo su ausencia en fechas especiales le duele. "Los tres tuvieron que madurar a la brava, mi esposo (que está tramitando la residencia) hace las veces de padre y madre y a Jonathan le tocó conseguir un empleo para ayudar", lamentó Claudia.

Historias como la suya ayudaron a que el pasado 19 de mayo la Junta de Comisionados del condado de Miami-Dade aprobara una resolución en la que le pide al presidente Barack Obama enmendar las leyes de inmigración para que estos niños puedan pedir la residencia de sus padres.

Pese a la adversidad, Claudia espera que las leyes cambien para reencontrarse con su familia en E.U., su hogar, en donde se formó y la única cultura que sus hijos conocen.