La escasez de empleos en los países desarrollados revierte el flujo migratorio
Brígido de Jesús González vivió en Queens, un distrito de Nueva York, durante los últimos 20 años, trabajando como jardinero para sustentar a su esposa e hijos que quedaron en El Salvador. Pero cuando la recesión devastó su negocio, este inmigrante indocumentado decidió volver a su país para siempre.
"Estaba pensando en abrir un taller mecánico o quizás un lugar donde mis vecinos puedan ir y llenar sus tanques de propano", dice González, de 50 años. Los nuevos negocios podrían ser una buena manera de ayudar a sus dos hijos, quienes ahora viven en Nueva York, si la situación empeora en EE.UU. "Los puedo emplear si deciden volver a casa", dice.
Los economistas creen que estamos en presencia de, potencialmente, la mayor reversión de los flujos migratorios desde la Gran Depresión de los años 30.
Los datos de migración para la mayoría de los países demoran un largo tiempo en estar disponibles, por lo que aún no capturan la actual crisis económica en toda su dimensión. No obstante, la información disponible indica que el flujo de inmigrantes desde países pobres a regiones más ricas está cayendo significativamente por primera vez en décadas y más personas están volviendo a casa. Entre las personas que han retornado figuran trabajadores mexicanos de la construcción, empleadas domésticas de Filipinas, operarios de fábrica de Indonesia y Vietnam, además de banqueros, abogados y profesionales del mercado inmobiliario de todo el mundo que estuvieron trabajando en Dubai y Singapur.
La emigración desde México hacia Estados Unidos declinó 13% en el primer trimestre respecto al mismo lapso de 2008 y la cantidad de mexicanos que salió de EE.UU. superó a la que entró. Las autoridades de Indonesia esperan que 60.000 ciudadanos o más regresen este año al país desde Malasia, Corea del Sur y otros vecinos ricos, a medida que los inmigrantes pierden sus empleos. Decenas de miles de indios están haciendo las maletas ante la escasez de empleos en Dubai y el vencimiento de las visas de trabajo. El número de trabajadores registrados que llegan al Reino Unido desde miembros de la Unión Europea como Polonia y la República Checa cayó 55% en el primer trimestre de 2009 comparado con el mismo lapso del año pasado.
Un número creciente de emigrantes está volviendo a países como Nepal y Tayikistán, mientras muchos deciden que emigrar no es una buena idea, dice Dilip Ratha, economista y experto en migración del Banco Mundial, citando informes de ministerios y embajadas. Ratha describe esta reversión de los flujos migratorios como un fenómeno "muy reciente" y "sin precedentes".
Menos remesas
Los cambios podrían tener profundas repercusiones para los países desarrollados, especialmente en lugares donde la población local no está creciendo lo suficientemente rápido como para proveer la mano de obra necesaria o financiar las obligaciones sociales. Los inmigrantes altamente calificados son una fuente importante de ingresos fiscales en algunas ciudades y sus hijos llenan las aulas de las universidades y los colegios privados.
Por otra parte, las remesas que los emigrantes envían a los países emergentes también están cayendo, lo que significa menos ingresos y, potencialmente, menos crecimiento.
Algunos analistas dudan de que la actual reversión migratoria dure más que la recesión económica o que sea tan grande como algunos prevén. Muchos inmigrantes han trabajado duramente para hacerse un lugar en sus países adoptados y no estarán dispuestos a dar marcha atrás, incluso si los empleos desaparecen. Otros dicen que la tendencia podría ser duradera, especialmente si los trabajadores que vuelven ayudan a impulsar las economías en desarrollo o si la recuperación de las economías desarrolladas demora años.
Trabajadores como González están retornando de forma voluntaria, apostando a que, pese a todos los problemas internos, sus países de origen ofrecen mejores oportunidades que Europa o EE.UU. Muchas economías desarrolladas se están contrayendo, pero algunos países emergentes, como China e India, se siguen expandiendo.
En el pasado, "cuando un inmigrante llegaba a EE.UU., tenía sólo un boleto de ida", dice Vivek Wadhwa, un investigador de la universidad de Harvard quien acaba de finalizar un estudio sobre tendencias migratorias. "Pero ahora, existen muchas más tierras de las oportunidades". El propio Wadhwa emigró de Australia a EE.UU. en 1980 y trabajó en Xerox Corp. y First Boston antes de convertirse en un académico. Su estudio detectó que, entre los ciudadanos chinos que emigraron a EE.UU. y luego regresaron, un 72% cree que hay mejores oportunidades profesionales en su propio país. Entre los indios que retornaron, un 56% opinó lo mismo. Wadhwa calcula que unos 200.000 trabajadores calificados de India y China volverán a su país en los próximos cinco años, comparado con cerca de 100.000 en los últimos 10 años.
Muchos economistas creen que el mayor movimiento migratorio del mundo ocurrió a fines del siglo XIX, cuando millones de personas abandonaron Europa del Este y el Mediterráneo para establecerse en América del Norte, Australia, Sudáfrica y Sudamérica. Gracias a los avances en la comunicación y la facilidad de viajar internacionalmente, una segunda y posiblemente mucho más amplia ola migratoria empezó 100 años más tarde, alrededor de la caída del Muro de Berlín en 1989.
El volumen migratorio se disparó a fines del siglo XX y principios del actual, a medida que el acelerado crecimiento económico impulsó la demanda por mano de obra extranjera. EE.UU., Reino Unido y Canadá volvieron a ser grandes destinos de inmigrantes, al igual que los Emiratos Árabes Unidos (E.A.U.) y otros países que aprovecharon sus exportaciones petroleras para acumular riqueza. El porcentaje de inmigrantes en la fuerza laboral de EE.UU., por ejemplo, bordeó el 16% en 2007, frente al 9% de 1990, según Wadhwa.
Ahora, algunos de los principales imanes para la mano de obra foránea no tienen como acomodar el flujo. La población de E.A.U. y especialmente Dubai se ha inflado en años recientes gracias a los miles de trabajadores indios, paquistaníes, filipinos y de otras nacionalidades que llegaron para construir sus flamantes rascacielos brillantes y atender a los consumidores en sus centros comerciales, además de los profesionales occidentales que trabajaban como abogados y banqueros. Pero a medida que el crecimiento en E.A.U. pierde fuerza y los inmigrantes vuelven a casa, los economistas esperan que la población se mantenga estancada este año tras crecer más de 6% en 2007 y 2008.
En EE.UU., por mucho tiempo el destino preferido de muchos inmigrantes latinoamericanos, el número de trabajadores indocumentados de la región parece haber alcanzado un máximo y puede haber empezado a bajar, según un reciente estudio del Centro de Estudios Hispanos Pew. La población de sudamericanos, por ejemplo, ha caído en por lo menos 400.000 personas desde cerca de 3 millones en 2006, dice Jeffrey Passel, demógrafo de Pew. Buena parte del descenso se debe a trabajadores altamente calificados que están volviendo a Colombia, donde los problemas de seguridad han mejorado, y Brasil, cuya economía ha crecido en los últimos años. "Lo que estamos viendo es un flujo normal de retorno y un gran descenso en la inmigración" a EE.UU., dice Passel.
Los datos divulgados la semana pasada por el gobierno mexicano muestran que la emigración hacia EE.UU. cayó 13% en el primer trimestre de 2009. En el mismo lapso, fueron más los mexicanos que volvieron a su país que los que emigraron a EE.UU., cerca de 139.000 contra 137.000, respectivamente.
Incentivos para volver
El cambio de los flujos migratorios probablemente continuará a medida que gobiernos aumentan las restricciones para otorgar visas y dificultan la entrada de los inmigrantes. España y Japón ofrecen incentivos monetarios para quienes deciden volver. Australia anunció recientemente que espera recortar en un 14% el flujo de trabajadores calificados.
El gran dilema de muchos inmigrantes ahora es decidir: "¿Quiero gastar lo que tengo ahorrado en EE.UU. o quiero gastarlo en mi país, donde la situación es peor, especialmente si resulta difícil volver a EE.UU. más adelante?", dice Gregory Watson, especialista en remesas del Fondo Multilateral de Inversión del Banco Interamericano de Desarrollo, quien duda de que un gran número de extranjeros decida retornar.
En un vuelo reciente de EE.UU. a Ciudad de México, Santiago, un emigrante mexicano de 37 años quien prefirió no revelar su apellido, contó que ha cruzado la frontera ilegalmente cuatro veces desde 2000. La última fue a fines de 2007, para volver a su trabajo como lavador de camiones en Tacoma, Washington.
Hasta hace poco, trabajando muchas horas extra, recibía cerca de US$800 a la semana. Pero la llegada de la recesión hizo que su empleador eliminara las horas extra en enero, llevando a Santiago a reconsiderar su situación en EE.UU.
Santiago ya estaba enviando efectivo a su familia para mantener un pequeño negocio de fumigación que fundó con su hermano en 1997. Con lo que calcula son unos US$12.500 en la billetera, dice que ha vuelto a su casa "con mi capital".
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