No será sencillo el reemplazo del dólar
Durante la reunión, estos lideres examinaron mecanismos para comprarse mutuamente bonos y otros activos financieros denominados en sus propias monedas, y en su comunicado final hicieron un llamado a favor de un sistema monetario más diversificado que reduzca su dependencia en la moneda mundial de reserva (el dólar). No limitaron sus acciones a un mero debate y durante el último mes redujeron sus tenencias de activos denominados en dólares en 6.400 millones, lo que contribuyó al debilitamiento del dólar.
Esta tendencia fortaleció la posición de los que argumentan que el dólar es una moneda "enferma" y que por ello será reemplazado en los portafolios públicos (reservas internacionales) y privados por otras monedas, en un futuro no muy lejano.
Este tema es importante para Argentina, no solamente por su efecto sobre el valor de sus reservas internacionales, sino también por sus efectos sobre el precio de las materias primas y sobre los niveles de actividad económica en el mundo.
La reciente suba de los precios de las materias primas está fundamentalmente explicada por la debilidad del dólar y afecta el ingreso de los productores, su capacidad de gasto, la recaudación impositiva y las posibilidades de exportar a nuestros países vecinos. En columnas anteriores dejé en claro mi posición a favor de la creación de una moneda internacional de reserva que sustituya gradualmente al dólar; sin embargo, la posibilidad de que este anhelo se materialice y que incluya la emisión de una moneda internacional con existencia física es aún remota. En este contexto, considero que no existe en la actualidad ninguna moneda con fortaleza suficiente como para reemplazar al dólar, pero una combinación de varias monedas podría complementarlo.
Ninguna moneda de un país mediano o pequeño puede aspirar a ser la moneda dominante de reserva porque cada año se requeriría una emisión muy importante en relación al tamaño de su economía. Esta relación surge al comparar la demanda incremental de reservas internacionales con el PBI de estos países.
El total de las tenencias gubernamentales de activos financieros internacionales (reservas internacionales) es aproximadamente equivalente al 11% del PBI mundial, y a este total es necesario sumarle las tenencias privadas de estos activos. El ritmo de crecimiento de estas tenencias es un poco superior al del crecimiento del PBI mundial medido en dólares (poco más del 6% por año), por lo que estas tenencias totales se incrementan a un ritmo superior a los 500 mil millones de dólares por año. Esta demanda incremental explica una parte importante del déficit en cuenta corriente de los Estados Unidos (para acumular divisas debo entregar bienes a cambio de ellas), y no se ve afectada por el sistema cambiario en uso puesto que bajo un sistema de tipo de cambio flotante la demanda se traslada del sector público al sector privado.
Si la potencial moneda de reserva fuese el franco suizo, este país se vería obligado a emitir el equivalente a casi diez veces su PBI cada año. Esta restricción limita las alternativas a sólo cuatro monedas: el dólar, el euro, el yen y el yuan. Sin embargo, la moneda china no es -por ahora- convertible, lo que limita su utilidad. Para evaluar las fortalezas y debilidades de las restantes tres monedas es necesario examinar la evolución relativa de las principales variables macroeconómicas en estos países durante los últimos años.
La tasa de crecimiento promedio del PBI en los Estados Unidos desde 1991 fue el 2,8%, lo que compara favorablemente con tasas promedio de crecimiento del 1,9% en la zona del euro, y del 1,3% en Japón. Para alcanzar estas tasas de crecimiento los Estados Unidos invirtieron en promedio 19% del PIB mientras que la tasa promedio de inversión en Europa fue el 21,3% y el 26,2% en Japón, diferencia que se explica por la productividad relativa de estas inversiones.
En materia fiscal, el déficit promedio anual en los Estados Unidos durante este período fue equivalente 2,8% del PBI, idéntico al de los países de la zona del euro pero inferior al de Japón (4,6%), al mismo tiempo que la deuda pública total en los Estados Unidos es equivalente al 41,5% del PIB, bastante inferior al de Europa (69,9% del PIB) y de Japón (135% del PIB). La única variable en la que Japón y Europa muestran una mayor fortaleza relativa es el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos; sin embargo, este comportamiento está explicado en gran medida justamente por el uso del dólar como moneda de reserva. Si el euro reemplazara al dólar, el déficit en cuenta corriente se trasladaría a Europa.
Estas cifras muestran que ninguna de las monedas alternativas al dólar muestra fundamentos macroeconómicos superiores. El abandono brusco del dólar como moneda de reserva tendría importantes repercusiones macroeconómicas que podrían afectar severamente el comportamiento de la economía mundial; el impacto sobre la economía de los Estados Unidos sería equivalente al producido por la salida masiva de capitales en la Argentina en 2001.
El ideal es un cambio gradual de portafolios complementando al dólar con otras monedas, hasta que se consiga el acuerdo para emitir un nuevo activo de reserva internacional.
- 12 de enero, 2025
- 14 de septiembre, 2015
- 16 de junio, 2012
- 8 de junio, 2012
Artículo de blog relacionados
BBC Mundo La Corte Internacional de Justicia de la Haya concedió a Honduras...
8 de octubre, 2007Editorial – ABC El Gobierno socialista se equivoca al pretender ignorar la...
5 de marzo, 2010Por Colin P.A. Jones El Instituto independiente Las sociedades conyugales podrían diseñarse a...
2 de diciembre, 2023Por Marcos Carrillo El Universal No puede sino causar un inmenso estupor la...
11 de mayo, 2012