Pecados capitales: IRA…, y varios más
El IRA (Instituto Regulador de Abastecimiento), por su parte, no se remonta a los lejanos días de la Divina Comedia pues data de 1953, y contrariamente a lo que algunos pudieran suponer dista de ser un invento salvadoreño: en asuntos agropecuarios las malas ideas locales suelen ser módicas copias de torpezas originalmente pergeñadas en Sudamérica.
En efecto, dicha región marca pautas en el ámbito agropecuario para toda América Latina dadas las mayores extensiones, las mayores producciones…, y las mayores tentaciones intervencionistas que tales abundancias representan para los funcionarios de turno.
Por ejemplo, con la excusa de la depresión de los años 30, y la consecuente caída de los precios de gran parte de los productos agropecuarios, en Argentina fueron creadas en 1933 la Junta Reguladora de Granos y la Junta Nacional de Carnes.
No casualmente fueron esos los días, y esas las decisiones, que marcaron el final de un ciclo de 80 años en que la actividad agropecuaria había transformado a una pampa muy fértil pero económicamente insignificante, en una de las diez primeras economías del mundo. Paraíso perdido.
Como destaca la reseña preparada por Fusades en su reciente publicación "Estrategia agropecuaria: retomando el camino hacia la competitividad" (pág. 26), la existencia de una entidad como el IRA fue justificada en que el Estado supuestamente debía: 1) incentivar la producción nacional de granos, 2) reemplazar al sistema privado de comercialización, 3) intervenir en la venta de productos básicos, y 4) subsidiar a los consumidores.
Son demasiadas funciones, contradictorias entre ellas, prueba de lo cual es que en 1988 el IRA tuvo que recibir transferencias fiscales equivalentes a unos US$ 18 millones actuales, y tomar préstamos del Banco Central por el equivalente a unos US$ 91 millones actuales.
Ese déficit financiero es la inevitable consecuencia de comprar granos a precios distorsionados, desvinculados de toda referencia internacional, premiando injustamente la ineficiencia en la producción.
Evidentemente, el déficit es también consecuencia del despilfarro que significa venderles alimentos a precios subsidiados a demasiados consumidores, no todos precisamente necesitados.
De hecho, ya en 1989 Fusades decía que "cualquier programa de subsidio de alimentos para sectores de extrema pobreza debe ser canalizado directamente por la estrategia social y no a través de una distorsión de precios que daña seriamente al sector".
Se trata de una definición impecable, que en verdad no sólo debería ser aplicada a los alimentos sino también a todo bien o servicio comercializable en el mercado, como por ejemplo los combustibles. Será tema para otra ocasión.
Asimismo, la pretensión de uniformizar por ley los precios de los alimentos durante todo el año, además de ir a contramano de los dictados de la naturaleza (¿pecado de soberbia?…), desalienta proyectos de inversión en infraestructura de almacenamiento. Suenan los primeros acordes de AC/DC, y son las campanas del infierno.
Sin embargo, seria un error fatigar un tema claramente técnico con discusiones pseudo-ideológicas de poca monta, cómoda y habitual pantalla detrás de la cual políticos y "expertos" parlanchines esconden su apabullante ignorancia en materia económica. No sonría: los hay de todos los partidos.
También sería erróneo endilgar a las actuales autoridades decisiones que no han tomado, olvidando temas pendientes de aclaración (informe citado, pág. 27): ¿qué precio pagó el gobierno anterior por la importación de 16 mil qq de frijol rojo nicaragüense en 2008?, ¿qué resultado económico representó para el Estado esa operación?
Lo que nada tendría de erróneo sería liberar la administración de los contingentes arancelarios, que garantizan (¿monárquicamente?) cuotas a los "importadores históricos": son incompatibles con el artículo primero de la Ley de Competencia.
En síntesis: menos ira y más economía, por favor.
Hasta la próxima.
El autor es iIngeniero, Máster en Economía (ESEADE, Buenos Aires) y columnista de El Diario de Hoy.
- 28 de diciembre, 2009
- 25 de noviembre, 2013
- 16 de junio, 2012
- 8 de junio, 2012
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