Señor Presidente Hugo Chávez
Señor Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez: El pueblo venezolano lo ha elegido, y lo ha reelegido. Esa elección y reelección es o no es un acierto del pueblo de Venezuela, y de nadie más. El pueblo venezolano le ha concedido un extraordinario poder, que equivale a un unificado poder legislativo, judicial y ejecutivo. Esa concesión es o no es un acierto del pueblo de Venezuela, y de nadie más. El pueblo venezolano ha aprobado su ideal de transformar a Venezuela en Estado socialista. Esa aprobación es o no es un acierto del pueblo de Venezuela, y de nadie más.
Señor presidente Chávez: Usted, que en su propio país no ha impuesto su ideal socialista, pretende imponerlo en otros países latinoamericanos. Precisamente la cuestión esencial no es que usted sea socialista, y haya logrado que la mayoría del pueblo venezolano apruebe su propuesta socialista. La cuestión esencial es que usted quiere imponer el socialismo, precisamente como intentó imponerlo el presidente de Cuba, Fidel Castro. Es evidente que cualquier país latinoamericano puede ser o no ser socialista; pero si lo es, que lo sea porque el pueblo lo prefiere, y no porque usted le impone serlo, o coopera para consumar la imposición.
Señor presidente Chávez: No es mi propósito juzgar, ahora mismo, que el socialismo es, o no es, el mejor régimen económico; pero es mi propósito declarar que, aunque fuese el mejor, y el pueblo de Venezuela lo haya aprobado, y lo disfrute, usted no debe imponerlo. El derecho internacional prohíbe esa imposición.
Señor presidente Chávez: Tampoco es mi propósito juzgar, ahora mismo, que usted profesa con honestidad o no honestidad el ideal socialista; pero es mi propósito declarar que, aunque usted lo profesara honestamente, y no poseyera una intención imperialista, usted no debe imponer ese ideal. El derecho internacional prohíbe esa imposición.
Señor presidente Chávez: Puede ser difícil impedir que usted, con el poder que le otorga la riqueza petrolífera de Venezuela, combinado con artificios diplomáticos, donaciones financieras, ofertas crediticias, cooperación técnica, y hasta amenaza de invasión militar, pretenda imponer el socialismo. Empero, esa pretensión puede ser resistida. Precisamente Honduras intenta resistirla. Destituir al presidente Manuel Zelaya ha sido un primer acto ejemplar y heroico de resistencia. Es un acto que ha evitado que usted le imponga al pueblo hondureño la restitución del señor Zelaya.
Señor presidente Chá-vez: Simón Bolívar, aquel que pretendió ser presidente vitalicio de Perú, y propuso que el presidente de Bolivia fuera vitalicio, se declaró dictador de la Gran Colombia (de la cual eran parte Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela). Quizá inspirado en él, usted intenta ser el dictador de la Patria Grande, y ha anunciado que esa patria incluirá a El Salvador. Presiento que el pueblo salvadoreño se prepara para continuar la resistencia que el admirable pueblo hondureño ha comenzado.
Post scriptum. Señor presidente Chávez: Usted proclama “socialismo o muerte”. Proclame ese dilema sólo en su país.
- 23 de julio, 2015
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