Un panorama sombrío para las aerolíneas de EE.UU.
La recesión, la caída en la demanda de viajes y el difícil entorno en los mercados de crédito están golpeando a las aerolíneas de Estados Unidos, lo que amplía la posibilidad de una escasez de liquidez que podría resultar en empresas acogiéndose a las leyes de protección por bancarrota de aquí a fines de año si no mejoran las condiciones.
Se espera que las cinco mayores aerolíneas de ese país reporten pérdidas para el segundo trimestre, empezando hoy con American Airlines, de AMR Corp., seguida la próxima semana por Delta Air Lines Inc., United Airlines, de UAL Corp., Continental Airlines Inc. y US Airways Group Inc.
El segundo trimestre normalmente produce un gran volumen de tráfico y una fuerte rentabilidad, pero esta no fue una temporada típica. Las pocas noticias positivas en un panorama sombrío para la industria son las expectativas de ganancias modestas para las aerolíneas de descuento Southwest Airlines Co., JetBlue Airways. Corp. y AirTranHoldings Inc., y por Alaska Air Group Inc. Esas cuatro aerolíneas reportarán también sus resultados la próxima semana.
"Así como la industria aérea no fue creada pensando en un barril de crudo a US$130, tampoco está preparada para un panorama de crecimiento global negativo y mercados de capital estancados", dijo Gerard Arpey, presidente ejecutivo de AMR en junio durante una conferencia con inversionistas.
La recesión sigue perjudicando el lucrativo tráfico de viajeros de negocios, obligando a las aerolíneas a ofrecer grandes descuentos para llenar los aviones con viajeros de placer. En mayo, los ingresos por pasajero cayeron 26% debido a un declive de 9,5% en el tráfico de viajeros, que pagaron precios 18% más baratos que el año anterior, según la Asociación del Transporte Aéreo de EE.UU.
Continental y US Airways reportaron que sus ingresos por unidad (la suma generada por cada silla de avión volada cada milla), descendieron 20% en junio comparado con el mismo mes del año anterior. Mientras, el tráfico de junio de American cayó 8% y el de United 10%. En un informe de la semana pasada, Morgan Stanley estimó que los ingresos de las aerolíneas caerían 18% durante todo 2009.
La restricción de crédito sigue siendo un problema para las aerolíneas que tratan de mantener o aumentar sus reservas de capital mientras siguen desembolsando efectivo. Actualmente, sólo Southwest tiene una calificación de crédito de inversión, y Moody's Investors Service tiene calificaciones negativas para ocho de las nueve mayores aerolíneas de EE.UU.
Precios de liquidación
En un reflejo del pesimismo sobre las ventas para el tercer trimestre, Southwest lanzó la semana pasada una de las mayores ofertas de pasajes de su historia, con tiquetes de una vía que empiezan en US$30 a partir de septiembre, cuando la demanda tiende a caer. "No parece que hay una recuperación en camino", dice Laura Wright, directora financiera de Southwest.
El precio del combustible, que hace un año alcanzaba niveles récord, está ahora en unos US$60 por barril, US$10 por debajo del promedio de junio. Pero los ahorros de las aerolíneas en uno de sus mayores gastos no han sido suficientes como para compensar el desplome de la demanda, a pesar de que las aerolíneas han recortado el número de asientos disponibles.
"El impresionante colapso de los ingresos por unidad no tiene precedente", asevera Bill Warlick, un analista de bonos emitidos por aerolíneas para Fitch Ratings.
Hace poco, Warlick redujo la calificación de la deuda corporativa de Delta y United, empujándolas aún más en territorio especulativo. Aunque Delta tiene una reserva de efectivo irrestricto relativamente fuerte de US$5.300 millones, enfrenta vencimientos de deuda de más o menos la misma cantidad para fines de 2011. La capacidad de Delta de mantener su liquidez a los niveles actuales depende de la apertura de los mercados de crédito y de una estabilización de la industria en 2010, señala Warlick. Delta declinó hacer comentarios.
United, que tiene unos US$2.500 millones en efectivo, enfrentará pagos de deudas y contratos de arrendamiento por US$650 millones este año, y de otros US$1.000 millones en 2010. Con esta estructura de capital "insostenible", United podría tener problemas para recaudar grandes cantidades de capital a corto plazo, dice Warlick. United no quiso hacer comentarios.
Algunas aerolíneas podrían verse obligadas a buscar protección ante sus acreedores para fines de año, cuando el flujo de caja normalmente se agota. United, American y US Airways son las más vulnerables entre las grandes aerolíneas, según agencias de calificación de crédito y bancos de inversión de Wall Street.
Aunque no descarta la posibilidad de que una o más aerolíneas se acojan a las leyes de bancarrota en el segundo semestre, Philip Baggaley, analista de deuda de Standard & Poor's Corp., dice que "el escenario más probable es que conseguirán salir a flote una vez más". Sin embargo, apunta, "no tienen mucho margen de error". AMR y US Airways también declinaron los pedidos de comentarios.
US Airways ha pasado por el tribunal de bancarrotas dos veces desde los ataques terroristas de 2001 en EE.UU. United y Delta, así como Northwest Airlines, recién adquirida por Delta, han pasado por la quiebra en una ocasión. Algunos analistas cuestionan los beneficios de más reestructuraciones.
"Podríamos perder una de ellas en el camino", dice Bill Swelbar, investigador del Centro para Transporte Aéreo del Instituto Tecnológico de Massachusetts. "Es difícil reestructurar cuando hay cero demanda".
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