El miedo de Chávez

2001

En Venezuela no podemos llamarnos más a engaños, porque aquí se está desarrollando un proceso dictatorial, y en tal sentido no me pregunten qué debemos hacer. Cada quien en su conciencia, debe tener perfectamente claro que todos estamos llamados a defender nuestra democracia. Lo que se les acaba de hacer a estas 34 emisoras, que arbitrariamente fueron sacadas del aire por instrucciones directas del presidente Chávez, en un nuevo atentado contra la libertad de expresión establecida en nuestra Constitución Nacional, no es otra cosa que una manifestación de miedo.

Se trata del miedo que embarga al propio Presidente de la República, toda vez que el gobierno le tiene pánico a la libertad de expresión. Esa tal ley de delitos mediáticos no es otra cosa que una ley Mordaza, y está destinada a castigar la opinión, porque ahora opinar se ha convertido en un delito en nuestro país según esa ley, porque el gobierno cree que cerrando las estaciones de radio, amenazando la libertad de expresión, y atemorizando a los periodistas, quienes están llamados a cumplir cabalmente con su sagrada misión de informar, los venezolanos no vamos a dejar de comentar las desgracias que viven las parturientas a las puertas de la Maternidad “Concepción Palacios”.

El presidente Chávez y sus colaboradores creen que no es responsabilidad de su ineficiencia, de la corrupción y el despilfarro de los dineros de los venezolanos, lo que está ocurriendo en las emergencias, no sólo de los hospitales de Caracas, sino de todos los centros de salud del país, y el ver cómo aquí han venido incrementándose los índices de las enfermedades. El gobierno considera que nosotros, como ciudadanos, cometemos un delito el comentar lo que ocurre todos los lunes a las puertas de la morgue de Bello Monte o en cualquier morgue de cualquier estado de Venezuela, donde se contabilizan, asombrados aún por esta situación que pareciera ser ya una rutina, la gran cantidad de seres humanos que pierden la vida a manos del hampa desbordada.

El gobierno tiene miedo de que en Venezuela se hable de la computadora del guerrillero Raúl Reyes, tiene miedo que los venezolanos nos preguntemos el porqué se usan armas de nuestro país para equipar a movimientos guerrilleros terroristas como los que operan en Colombia, el gobierno tiene miedo porque no encuentra cómo explicar sus relaciones con el narcotráfico internacional.

Agraden por los cuatro costados del país, a sindicatos, gremios, obreros, trabajadores, quienes reclaman sus justas reivindicaciones y solicitan la realización de elecciones en sus gremios sindicales, y el gobierno no puede esconder su miedo a esas elecciones, y procede a suspenderlas, así como suspendió los comicios para concejales, que han debido realizarse este año. Y es por ello que inventa ese tipo de leyes electorales que se están haciendo a contrapelo de la Constitución Nacional.

No se trata de que la Ley beneficie o perjudique a la oposición o el oficialismo. Aquí lo muy grave es que esa Ley Electoral está en contra de principios que deben ser sagrados para todos los venezolanos. El gobierno no encuentra cómo explicarle al país la torta que puso en Honduras, involucrando incluso a nuestras Fuerzas Armadas y utilizando recursos de Venezuela para financiar los movimientos de uno de los factores en conflicto en la hermana República de Honduras.

Mientras en nuestro país mucha gente se está muriendo de hambre, que no consigue trabajo y a los que observan cómo están desmadrándose los hospitales de Venezuela, el gobierno no encuentra cómo explicar que se sigan regalando miles de millones de dólares a otros países. El gobierno con miedo observa cómo Raúl Castro, a la chita callando, se está entendiendo con el gobierno norteamericano, y además no encuentra cómo explicar la matanza que se escenifica a diario en barrios y urbanizaciones como consecuencia de una inseguridad desatada. Entonces viene a clausurar las emisoras de radio, y quiere ir —si nosotros lo permitimos— contra las antenas y señal de Globovisión y mañana será contra cualquier otro micrófono que hoy le sirve a la libertad de expresión.

Invito al pueblo de Caracas a sumarnos a una protesta cívica. Hago un llamado a compañeros gobernadores y alcaldes de cualquier tendencia política a que cuanto antes nos declaremos en emergencia. A todos los partidos políticos que defendemos la Constitución Nacional a que también nos declaremos en emergencia para presentar una agenda de lucha a toda la sociedad democrática venezolana.