¿Hacia dónde vamos Venezuela?
Querida Venezuela, te escribe una joven de 22 años casi licenciada en periodismo que con preocupación observa cómo tu pueblo es pisoteado, humillado, robado y limitado de sus derechos de libertad de expresión. Hace una década, cuando tenía doce años, se nos prometió un país como el que nunca hemos tenido donde la pobreza, el hambre y el desempleo no existirían y las próximas generaciones tendríamos un futuro prometedor, pero con los acontecimientos de hoy en día este está más lejano y casi imposible de alcanzar.
Venezuela ¿Qué pasará con mis compañeros, colegas y conmigo que estamos a punto de graduarnos? Dónde conseguiremos empleo si las televisoras donde se permite la denuncia de los problemas del país son atacadas diariamente con el fin de eliminarlas, si acaban de cerrar 34 emisoras de radio y cerraran muchas más, los medios impresos (que aún siguen en pie por ahora) también son perseguidos, para montar un negocio propio se necesitan millones que no tenemos, el empleo en las empresas del Estado está limitado a aquellos que pertenezcan al PSUV y monopolizado por un color, y no hablemos de las empresas básicas que a lo mejor terminan de desaparecer un día de estos. Entonces ¿de qué viviremos? ¿Del comercio informal, del robo o nos tenemos que conformar con lo que se tiene y esperar un milagro del cielo? Pues Venezuela te digo que no me conformaré nunca, porque este no es el país que quiero, no es el país en donde deseo que mis hijos crezcan.
¿Será que lo que se busca es que todos trabajemos en un lugar donde la información tiene que ser distorsionada, disfrazada y donde mi libertad de expresión sea limitada? No lo creo Venezuela, yo no estoy estudiando para eso, sino para trabajar donde deseo, un lugar en el que el objetivo de la carrera es cumplido y no ultrajado. Y ver esta situación me ha hecho preguntar ¿para qué me preparo tanto entonces? pero sé para qué lo hago y sé que no estoy cometiendo un error.
Muchos dirán que la solución es irse a otro país donde no existan estos problemas, pero no quiero abandonarte porque aquí nací, crecí y es donde debo realizar mis metas y no creo que me deba ir sólo porque un sistema que se encarga de regalar lo nuestro a diestra y siniestra me obligue a hacerlo. Yo le digo a ese Gobierno que NO, yo me quedo.
Pero hay un problema mi querida Venezuela, no puedo luchar sola por ti y por nuestro futuro. Mis colegas estudiantes (quienes han cumplido demasiado) tampoco pueden, porque por más que caminemos por tus calles, gritemos pidiendo justicia y mucho más, aún así no somos escuchados, por lo que necesitamos de todo tu pueblo unido para que nuestro mensaje llegue y el mundo entero vea que en tus tierras algo grave sucede. Nunca podremos hacerlo si tu gente nos continúa observando y diciendo “adelante muchachos, sigan así”.
Debe ser que el conformismo es demasiado grande, y como dice un querido profesor mío, “esa gente está esperando a que alguien más les haga el trabajo”. Cada día nuestra Constitución es violentada una y otra vez, asimismo la inseguridad, el desempleo y el alto costo de la vida aumentan más y más. ¿Será que tienen que tocar a nuestros hijos de forma que sean soldaditos que sólo repitan “patria, socialismo o muerte”? o ¿meterse con la tan apreciada cerveza es lo que hará que tu gente se dé cuenta que necesitas ayuda? Dime Venezuela ¿Cómo te salvamos?
A veces pienso que este es un castigo impuesto por el simple hecho de que todas las riquezas del mundo se encuentran en tu interior y son administradas deficientemente. Tal vez sea como dice mi madre, “Dios nos pone obstáculos para hacernos más fuertes”, pero ¿Cuántas pruebas tenemos que pasar para que tengamos el país que queremos?
El único consejo que le puedo dar a tu pueblo es que no pierdan las esperanzas, salgan del conformismo y que luchemos por lo que queremos para así evitar de una vez por todas que nos sigan quitando lo nuestro.
Lo que deseo para ti es que seas un país próspero, de primer mundo, donde tu pueblo sea feliz, sin preocupaciones por trabajo, alimento y seguridad personal. Espero verte algún día de esa manera Venezuela porque de verdad eres un país con mucho potencial y sé que puedes llegar a ser un ejemplo a seguir para otros como lo has hecho antes.
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