Uribe y sus enemigos
Todas las baterías están puestas sobre Colombia y el detonante es la aceptación por parte del gobierno a la propuesta de los Estados Unidos para que sus militares puedan instalarse en tres bases estratégicas. ¿Pero de donde salen los proyectiles? Obviamente desde Venezuela y Ecuador, los dos incómodos vecinos cuyos gobiernos, comprometidos hasta la sepa con la guerrilla narcoterrorista de las FARC, tienen que acudir a estas tretas deshonestas.
Decíamos la semana anterior que Colombia estaba entre varios fuegos malignos, víctimas de las informaciones e interpretaciones tendenciosas de los presidente Chávez y Correa, contra quienes cada día surgen más y más documentos comprometedores con la subversión narcoterrorista. Lamentablemente algunos mandatarios como Lula en Brasil, Bachelet en Chile y Fernández en Argentina, pero especialmente los dos primeros han expresado algún excepticismo al respecto, aunque ponen por delante su respeto por la soberanía de las naciones y la no intervención. Sin embargo crean la duda.
Por ello el Presidente Alvaro Uribe, con muy buen criterio, le salió al paso a las críticas por su inasistencia a la conferencia de UNASUR en la que hubiese tenido que soportar una situación más que incómoda por la consabidas actuaciones agresivas de Chávez y Correa, y se fue a hablar directamente con aquellos presidentes que, aunque manifiestan dudas, son demócratas abiertos al diálogo y seguramente entenderán y aceptarán los argumentos que esgrime el gobierno colombiano para que haya militares norteamericanos en sus bases aéreas y que no son otros que la lucha contra la FARC y el narcotráfico, que van de la mano en su afán de desestabilizar al país.
Dicen los enemigos de Colombia que la presencia militar norteamericana allí desestabiliza la región y es una amenaza latente para la soberanía de sus gobiernos.
Obviamente quienes ello afirman, no son otros que los que, de acuerdo a documentos descubiertos en poder de la guerrilla revelan claramente los vínculos constantes, de tiempo atrás, que han mantenido Hugo Chávez y Rafael Correa.
Son ellos, nadie más, los que sienten pasos de animal grande y tratan de confundir a la opinión pública mundial. Que no es tan estúpida como para comulgar con sus desafueros. Ahora si son una amenaza los militares norteamericanos en bases colombianas, pero no lo fueron durante diez años que estuvieron operando en Manta, Ecuador, allí si como auténticas bases militares norteamericanas y no como lo serán en Colombia, regidas, orientadas y controladas estrictamente por su gobierno y sus fuerzas militares en orden a combatir exclusivamente la narcoguerrilla y el narcotráfico.
Desde luego con ello buscan inútilmente de encubrir las arbitrariedades con las cuales pretenden sostener sus gobiernos mientras sus pueblos se precipitan al caos social, cultural y económico. Los dos enemigos declarados de Colombia están recibiendo el repudio mundial por su represión extrema a la libertad de prensa, por su persecución a los forjadores de los grandes medios de comunicación de Venezuela y Ecuador a quienes consideran sus peores enemigos.
Se trata, como nos lo manifestó esta semana Enrique Santos Presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa –SIP- de un claro atropello contra los ciudadanos al quitarles su derecho a recibir información diversa y plural, lo cual constituye un “devastador golpe contra lo que queda de democracia en Venezuela”, que es bien poco.
- 23 de julio, 2015
- 4 de septiembre, 2015
- 16 de junio, 2012
Artículo de blog relacionados
El País, Madrid Hace casi dos décadas Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 83 años)...
12 de junio, 2019El Mundo, Madrid Buenos Aires.- Argentina, que siempre se jactó de tener más...
13 de junio, 2009- 11 de julio, 2019
Por Ana Luisa Herrera El Sentinel Los frustrados atentados terroristas de los últimos...
25 de agosto, 2006